El llanto gélido

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Desde que aquel repugnante ser me lo arrancó de mis brazos me siento vacía, sin vida y sin alma. Él, el centro de mi universo, dio su último aliento por mí, sus últimas fuerzas... Aún siento la calidez de ese beso, ese último suspiro contra mi pecho, perdiendo el conocimiento. 
A día de hoy, sigo recordando ese momento.

Flashback:
Ahí estaba él, un humilde caballero que me miraba con simpleza, no se sentía intimidado ante todos los personajes allí presentes, lo miraban con deshonra, como si no mereciera mi presencia. Por primera vez en mi vida me sentí rota, su mirada fija en mí me hacía tambalear levemente y sus ojos azules lo empeoraban todo. ¿Qué pasaría ahora con nosotros? 


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El joven que me asignaron era muy silencioso, se limitaba a dar respuestas cortas o a responder con suaves movimientos de cabeza. Me enteré que él era el elegido por la Espada Destructora Del Mal, me sentí mal,  ¿por qué todos tenían un poder importante menos yo? ¿Qué estaba haciendo mal? Por favor Diosa, dímelo ya.


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Hoy me porté muy mal con él, tras mi investigación fallida me sentí muy decepcionada. Le grité, y a decir verdad, sin justificación. Aun así, él me miró como si nada hubiera pasado. Odio esa actitud suya. Mañana cuando llegue al castillo le pediré disculpas.


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No se como empezar, me ha salvado la vida. A pesar de mis malas actitudes con el, hoy me salvó de las sucias manos del clan Yiga, que suerte la mía que estuviera ahí. ¿Cómo pude ser tan egoísta? Por mi terquedad de no querer escolta casi muero. Gracias Link.

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Me encontraba con Link, como no, estudiando las reliquias. Hoy iríamos a la bestia Vah Ruta. Desde hace unos días Link y yo nos habíamos unido más, me contó su vida desde niño, lo mucho que le gustaba comer todo tipo de comidas. Este chico me sorprendía cada día más, no podía negar que este hermoso joven me estaba conquistando hasta lo más hondo, es por eso que ahí ocurrió. Mis nerviosos pies tropezaron con las piedras del sendero Zora, haciendo que casi me matara de no haber sido por el rápido impulso de mi escolta. Sus fuertes brazos se ciñeron a mi cintura, agarrándome con firmeza, sus ojos zafiro pasaron de mis ojos llorosos a mis labios, nos íbamos acercando poco a poco. Mi corazón se removía nervioso, de lo más escondido de mi cuerpo salieron unas mariposas que no llegué a sentir nunca. Agarrando su túnica terminé con la dolorosa distancia entre los dos. Ante mi salto sus ojos se abrieron de más, después se cerraron y me respondió al beso. Sentí por primera vez el sabor de un beso de amor de verdad, parecido a los cantos de ángeles, del azúcar... sus labios se movían con delicadeza sobre los míos, saboreándome y yo a él. La separación me dolió en demasía... esto será una nueva etapa para mí. 


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Para qué negarlo, estaba completamente loca por ese chico de cabellera rubia. Estos meses en los que el peligro se acercaba volvíamos al castillo, cogidos de la mano como acostumbrábamos desde hace tiempo. Mientras mi padre se encontraba ausente, no podía evitar llamarlo en las noches para dormir en sus brazos. Me encontraba muy frustrada, él era el único capaz de calmarme, además de ser mi ángel protector.


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¿Cómo explicar esto? ¿Cómo llegamos a esto? Mi padre se había ido de viaje y los soldados estaban entrenando. Esto era normal, todas las tardes invitaba a Link a mi cuarto aunque estuviera mi padre, pero hoy, todo se nos había descontrolado, comenzamos a besarnos y el asunto se subió de tono. ¿Cómo llegó Link a mi entrepierna? Esta sensación me tenía loca, su lengua sobre mi parte mas sensible me hacia ver las estrellas. No tardamos mucho en llegar al meollo de la situación, contemplé con admiración su abdomen bien marcado y su pecho con algunas cicatrices de duras batallas por mí.  Me hizo llegar al cielo durante toda la noche, me hizo sentir amada, por primera vez en mi vida llegué al borde de la locura, lo amé, sobre mi misma. Te amo, Link.

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Al día siguiente, me sentí dichosa de despertar con el hombre de mis sueños a mi lado, roncando suavemente y sin causar mucho ruido. Me pareció extremadamente adorable. Desperté con ganas de darle placer, por lo cual me escabullí entre las suaves y sedosas sábanas llegando a su masculinidad, que mimé con mi boca hasta llegar a la liberación de su semilla. 

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Caminé junto a Link, con la cabeza agachada, había fracasado otra vez. La fuente de la Sabiduría no había resultado buena. Los cuatro elegidos nos esperaban allí. Tras hablar, un fuerte temblor se hizo presente, Revali fue a echar un vistazo y ahí estaba, Ganon había despertado. Link, corre al castillo, sálvanos mi amor. 

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Corríamos entre los bosques, escuchaba a los guardianes muy cerca, me sentía muy nerviosa. Fue inevitable, tropecé, caí, sentí la mano de Link junto a la mía, dándome apoyo. Las bestias y los guardianes, se volvieron en nuestra contra, por causa de Ganon. Todos los que nos podían ayudar habían muerto. Lloré desconsoladamente entre los brazos de mi amado, era impresionante que mi poder, aunque se lo pidiera a gritos, no saliera.

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Aquí lo tenía, caído ante mí, suspirando, sus heridas lloraban la cruenta batalla que habían sufrido. Mi primer amor, no podía más, pero no se daba por vencido. Le pedí que parara, que se salvara él al menos, pero no me hizo caso. Un guardián nos vio en la lejanía. Apuntó a Link, fue entonces que sentí miedo, terror y un calor recorrer mi alma, me puse delante de él, queriendo protegerlo. Levanté mi mano y no vi que más sucedió. Cuando la luz se pausó, escuché la caída de Link, lo besé, lloré en su pecho, hice lo posible por mantenerlo anclado a mí, pero a cada segundo su corazón se debilitaba. Fue entonces que lo llevamos al santuario de la vida. Yo por mi parte me llevé la espada y la hice descansar en su pedestal hasta que su propietario la reclamara, no puedo hacer más. Lucharé por Hyrule, por mi reino, mi gente y por ti, mi amor, te estaré esperando.

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Fin del flashback: 

Hoy, sentía su pura alma volver a renacer, y junto a la suya mi cuerpo se llenaba de vida. Te estoy esperando Link, llevo esperándote 100 años. Es hora de que nos salves: despierta, Link.


𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐬𝐮𝐞𝐥𝐭𝐞𝐬 • (𝑻𝒍𝒐𝒛)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora