Fin del Cataclismo

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Como todo un valiente me encontraba en la entrada del castillo, listo para plantarle cara a Ganon. Abrí la puerta y ví el mapa que apareció en la piedra sheikah. Mi enemigo estaba en la parte mas alta del castillo, lugar que ya había pisado antes e intuía que no era muy grande. Pensando muy bien lo que estaba haciendo, decidí no irme por las ramas e ir directamente. Subí por las rampas que era el camino más corto, acabando con unos cuántos guardianes fijos que tenían mira de largo alcance. Llegué en poco tiempo y entré a la zona donde el punto naranja brillaba. Miré al techo y puse cara de horror, parecía un corazón palpitando. Apareció la característica luz de Zelda.
-Link, mi poder ya no es suficiente para seguir conteniendo a Ganon, lo siento... -del corazón palpitante aparecieron rayos ancestrales que pasaron por todo el bastión, rompiendo el suelo y haciéndonos caer a los dos. Usé la paravela mientras veía la forma de Ganon, era enorme, con patas parecidas a los de guardianes, con lanzas y la espada igual a la ira del fuego. Se giró al sentirme y pegó un chillido. Yo no paraba de mirarlo fijamente, viendo todas sus armas. El suelo comenzó a temblar y de la nada apareció una luz azul proveniente de las bestias, que cayó sobre Ganon haciéndolo chillar y causandole daño.
Saqué la espada totalmente preparado. Me apuntó con un cañón, disparándome un rayo que le devolví con el escudo y dejandolo aturdido, momento que aproveché para atacarlo con la espada maestra. Me empezó a perseguir por el lugar tratando de darme con la espada de fuego que portaba, pero yo lo paralicé justo antes de que me diera y aproveché para atacarlo. Seguí haciendo lo mismo hasta que se alejó de mi y se rodeó de un escudo rojo, su cuerpo al igual se puso rojo. Ahora si fue momento de que Mipha hiciera aparición, pues no lo podía atacar y una gran bola de fuego me había hecho daño. Otra vez me disparó con el cañón y yo seguí con la idea de devolvérselo. Fue así que pensé que acabé con el, porque al igual que al terminar las bestias me fui disolviendo en luz, quedando en la llanura de Hyrule. Me quedé confundido al ver a Epona a mi lado.
-Ganon... Ganon nació en una época remota, y representa la maldad y el odio personificados. Aunque sea derrotado vuelve a resurgir una y otra vez. Está furioso, pues no es capaz de abandonar su forma actual. Si no lo frenamos, el desastre será peor que el que se produjo hace cien años... Te confío el arco de luz, un arma capaz de alejar el mal. -de los cielos bajó un arco dorado. -No sé muy bien si has logrado recuperar todo tu poder ni todos tus recuerdos completos. -me subí a Epona, que parecía saber lo que venía. -¡pero estoy muy segura de que tu valor sigue siendo inquebrantable! -hice galopar a la yegua cogiendo el arco al vuelo, dándome cuenta de que traía flechas que se regeneraban solas.  Fui hacia Ganon, que parecía querer moverse.  -El cuerpo de Ganon está envuelto en un aura maligna. Por mucho que intentemos atacarlo, no servirá de nada. Trataré de despojarlo de su aura, aunque mi poder está muy debilitado. Tu presta atención  y apunta a la zona que brilla. Link, confío en ti. -Tras unos segundos el costado izquierdo de Ganon empezó a brillar con tres trifuerzas. Las apunté a tiempo. -¡El poder de Ganon se debilita! Link, volveré a despojarlo. -Ahora, su costado derecho era que el brillaba. -¡Ahora, aprovecha la ocasión!  -le dí a las tres trifuerzas robandole un grito a Ganon. -¡Has logrado hacerle daño! Lo despojaré de su aura. -le dí a la trifuerza que apareció en su barriga. -¡Aguanta, pronto acabaremos con el! -pasaron 10 segundos y Zelda me volvió a llamar. -¡Fíjate en la cabeza de Ganon! -fui hacia la parte delantera y miré su cabeza, en ella había un ojo que al abrirse brillaba. -Esa es la esencia de su ser, lo dejo todo en tus manos. -Estuve pensando unos segundos y ví que unas corriente de aire se levantaban, por lo que abrí la paravela y me elevé. Saqué el arco y justo antes de apuntar Zelda me habló. -¡Link, acaba con el! -le dí con la flecha.

De tal ojo apareció una luz. La figura de Zelda se hizo presente, joven como en mis recuerdos. Ella juntó sus pequeñas manos cerrando los ojos y haciendo su luz resplandecer. Yo estaba sin palabras. La cabeza de Ganon, rodeada de su aura comenzó a volar sobre Zelda, dando grandes chillidos. La princesa en ningún momento se hizo atrás. Levantó su mano y apareció el simbolo de la trifuerza en el aire. Un gran campo de luz se tragó a Ganon, dejandome con una gran paz interior. Me dirijí a Zelda que estaba de espaldas a mi.
-Durante todo este tiempo, nunca he dejado de vigilar tus pasos. He sido testigo de todas tus batallas y también de los retos que has superado. Por eso, nunca he perdido la fe en ti. Sabía que serías capaz de derrotar a Ganon de una vez por todas. -Se giró dándome la cara. -Gracias, Link, héroe de Hyrule. -sonrió de una forma tímida. -Dime, ¿Te acuerdas de mi? -Yo no fui capaz de decir nada, solo atiné a correr hacia ella y abrazarla como si se me fuera la vida en ello.














𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐬𝐮𝐞𝐥𝐭𝐞𝐬 • (𝑻𝒍𝒐𝒛)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora