Vah Rudania

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¿No era que los gorons rodaban? Los pequeños guardianes que había soltado Rudania nos habían pillado 3 veces y a consecuencia de ello, la montaña se removía y de ella caían grandes rocas envueltas en fuego ante las altas temperaturas del lugar. Para mi suerte pude refugiarme para que no me dieran.
Mi plan cambió, decidí parar a Yunobo de un silbido y tras eso fui acabando con los mini-guardianes. Poco a poco nos abrimos camino y conseguimos, tras un último cañonazo a la bestia, meterla en el cráter. Ahora venía lo difícil.
-¡Lo hemos conseguido! Hemos metido a la bestia en el cráter, aprovecha ahora. -de un salto casi suicida llegué a la entrada de la bestia.
Me habló Daruk e igual que los demás, me explicó donde estaba el mapa, solo que de una forma muy paternal que me incitó a entrar a la bestia cuanto antes. El calor fuera era inhumano, pero dentro estaba un tanto fresco, porque estaba completamente a oscuras y no entraba calor por ningún sitio. Solo habían esencias de Ganon que duraron poco, y unas llamas azules. Poco a poco fui iluminando el lugar con antorchas y llegué al sitio mencionado por el Goron. Me moví por toda la bestia divina, analizándola y visualizando todos los terminales. Primero activé los que se encontraban dentro, quemando unas enredaderas y abriendo una compuerta. Los de fuera fueron más difíciles, arriesgandome a saltar entre las columnas de la bestia para activarlas, llevando el fuego azul a su lugar para que una bola que estaba atascada en un canal pudiera encender el terminal y yo activarlo. En cuanto el último terminal fue despertado, todos los puntos brillantes fueron sustituidos por uno más grande, avisándome de la próxima pelea.
Suspirando, me senté en un pequeño escalón, miré mi alforja mágica y de ahí saqué una botella de agua que para mi sorpresa estaba fría.
-¿Que tipo de monstruo será ahora? obvio tiene que ser de fuego, así que será mejor que me equipe bien y coma como es debido. -a pesar de odiarlo, tomé un elixir contra el fuego. Comí en un corto periodo de tiempo, no quería tardarme y fui hacia el terminal central. Mentalizándome en el proceso, encendí el terminal y salió mi enemigo, era feo a rabiar. El calor que emitía era enorme, sentí que iba a colapsar ahí mismo de no haber sido por elixir.
-Venga zagal, se que no vas a caer aquí. -una pequeña sonrisa se formó en mis labios para que la batalla comenzase. En su brazo derecho tenía una espada ancestral de largo alcance mientras su otro brazo estaba libre. Dando por hecho que sus ataques serían de fuego, traté de no acercarme demasiado. Gracias a mi conclusión fui salvado de una gran bola de fuego que iba aumentando a medida que avanzaba. Mirando la espada que portaba, salté esquivándola al mismo tiempo que el entorno parecía ralentizarse poniéndome ataques a favor, ataqué variadas veces, hasta que lo sentí moverse y no fui lo bastante rápido. Mi brazo empezó a sangrar, pero no paré, tenía, necesitaba acabar con esta pesadilla. Mi contrincante cayó, agonizando ante mi y desapareciendo.
Miré mi cuerpo y casi me rio de mi mismo, me había ido muy mal. Tenía el cuerpo ensangrentado y lleno de cortes que me quemaban. Otra vez ella, con dulce voz susurrándome al oído, hizo que todas mis heridas desaparecieran a la misma vez que la sangre acumulada desaparecía dejandome como nuevo.
-Gracias, Mipha. -no escuché más que el cráter burbujeando. Posé la piedra Sheikah en el terminal central y ante mi se mostró el enorme espíritu de Daruk.
-¡Muy bien zagal! Estoy muy orgulloso de ti. -su semblante cambió a uno mas entristecido.-bueno, yo tengo que disculparme, no fui capaz de defender Hyrule en su momento y ahora tu tienes ese peso sobre los hombros. Os ruego que me disculpéis tu y la princesa. Para agradecerte tu valentía te entregaré mi poder, el escudo de Daruk. -una esfera roja se introdujo en mi pecho y una reconfortante luz roja se hizo alrededor de mí, comprendí que era su escudo. -ahora ve, Hyrule espera tu ayuda zagal
Y así, desaparecí de nuevo. A salvar Hyrule.

𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐬𝐮𝐞𝐥𝐭𝐞𝐬 • (𝑻𝒍𝒐𝒛)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora