𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐬𝐮𝐞𝐥𝐭𝐞𝐬 • (𝑻𝒍𝒐𝒛)

Recuerdo

Había estado siguiendo las ordenes del hombre, que me había ayudado a llegar a unos santuarios. El primer santuario que encontré se llamaba el santuario de Maonu, que me entregó un módulo de la piedra sheikah, el imán.
El segundo santuario se llamaba santuario de Asiph, que me dio el poder de destrozar cosas, eran bombas.
El tercero era el santuario de Gaddai, que me dio el poder de paralizar objetos por unos segundos.
El cuarto ultimo, el del Soukeh me entregó el poder de hacer bloques de hielo, pero solo si había agua.
Tras eso, volví a ver al anciano. Se encontraba en el tejado del templo del tiempo.
-No esperaba menos de ti, supongo que ha llegado el momento de que te muestre mi verdadera identidad. -tras un fuerte resplandor donde tuve que tapar mis ojos vi la figura real de este hombre, vestido con ropajes muy elegantes y una corona.- mi nombre es Rhoam Bosphoramus Hyrule, fui el último monarca de Hyrule, un reino que existió hace mucho años. El cataclismo devastó mi reino y su gente como ya te conté antes.Fue entonces que perdí la vida, mas conseguí que mi espíritu quedara anclado a este mundo, contarte toda la verdad al despertar solo te habría confundido más, por lo que asumí otra identidad para poder guiarte. Discúlpame. Ahora ya estás preparado para saber que ocurrió hace 100 años. -unas imágenes aparecieron en mi cabeza, de un ser malvado consumido por la oscuridad.-la verdadera naturaleza de Ganon, se pierde en la noche de los tiempos. El rey demonio nació en este reino, mas la malicia lo devoró y convirtió en lo que ves ahora. Las historias de Ganon se han ido contando de generación en generación en forma de leyendas y cuentos. Sin embargo, en algún momento del pasado llegó a nuestros oídos una ominosa profecía. Rezaba así: <<Numerosas señales evidencian el retorno de Ganon.., aunque el poder para plantarle cara sigue latente en el reino.>> Decidimos hacer caso a la profecía, así que comenzamos a excavar por todo el reino. Gracias a eso encontramos múltiples reliquias que habían diseñado nuestros antepasados. Por un lado las bestias divinas, una reliquias gigantescas de forma animal que dirigían los elegidos, por otro lado los guardianes, unos soldados mecánicos que luchaban con voluntad propia. Todos estos hallazgos se ajustaban a las leyendas que habían circulado por el reino.  La princesa de la familia real con un poder sagrado y el elegido por la espada de la leyenda. Ambos habían confinado a Ganon en el pasado remoto con la ayuda de las reliquias. Hace 100 años también existía una princesa con el mismo poder, y un caballero excepcional. Decidimos tratar de repetir el plan de nuestros antepasados. Seleccionamos a cuatro valientes de todo el reino con un gran talento... y pusimos en sus manos la difícil tarea de manejar a las bestias divinas. La princesa asumió el papel de lider del grupo y los llamó elegidos para aumentar su motivación. Ahora que contábamos con la princesa y los cinco elegidos estábamos seguros de la victoria. Sin embargo, la maldad de Ganon no conoce límites y regresó con un plan que superaba todas nuestras expectativas. Surgió de los cimientos del castillo de Hyrule... y se apoderó de los guardianes y las bestias divinas, poniéndolos en nuestra contra. Los habitantes del castillo como los cuatro valientes elegidos perdieron la vida. El caballero elegido sufrió graves heridas y cayó inconsciente defendiendo a la princesa. Y fue así con el cataclismo, Ganon, acabó destruyendo el antiguo reino de Hyrule. No obstante, la princesa logró sobrevivir y tuvo que enfrentarse a Ganon en solitario. -la imagen en mi cabeza me mostró la princesa frente al castillo, quien levantó su mano y un simbolo apareció en esta. Recitó estas palabras: <<Link, debes ocuparte del resto, contamos contigo. No te rindas.>> - Esa princesa es Zelda, y era mi hija. Y el caballero que la protegió hasta su último aliento... ese eres tu, Link. -abrí los ojos de golpe, sin poder asimilarlo.-Ese día estuviste al borde de la muerte. Pero, te trajeron al santuario de esta meseta mdonde caíste en letargo durante 100 años.Al despertar, has oído una voz que trataba de guiarte en tu empresa, ¿Verdad? Esa voz es la voz de Zelda que sigue luchando en el castillo de Hyrule para contener a Ganon. Mas el poder de mi hija pronto se acabará. Cuando eso ocurra nuestro enemigo quedará libre y arrasará con estas tierras de una vez por todas. Link, lamento enormemente tener que colocar esta carga sobre tus hombros. Pero aún así debo pedírtelo, derrota a Ganon, te lo suplico. Salva a nuestra gente y a mi hija. Pero debes saber que Ganon aún controla a las cuatro bestias divinas. Del mismo modo varios guardianes siguen activos en el castillo de Hyrule. En tu estado actual entrar al castillo sería una temeridad. Te recomiendo que primero visites una aldea que se encuentra en el este, se llama Kakariko. Ve allí y busca a una mujer llamada Impa, ella sabrá guiarte. El mapa de tu piedra sheikah podrá guiarte hasta ella. Debes seguir la senda que atraviesa picos gemelos, y seguir la ruta del norte. -asentí y me sonrió ampliamente.- Toma, aquí tienes mi paravela tal y como te lo he prometido. Ahora ya podrás descender de la meseta con total seguridad. Link, te he confiado todo cuanto sé. Cuento contigo, Link. -y así desapareció.

Durante el camino a Kakariko la lluvia me calaba los huesos, muy dentro de mí oía su hermosa voz dándome ánimo cosa que me ayudaba mucho, no conocía nada de este lugar. Miles de veces traté de recordar, los recuerdos eran borrosos y siempre me dejaban exhausto. Al llegar a Kakariko me sentí muy arropado, era muy familiar y lleno de vida. Fui con Impa,me dio a ver unas imágenes, según ella debía buscar los lugares por tan denso lugar. El primero que encontré se situaba frente al castillo, en el altar. Ese recuerdo me había dolido en demasía, en el, había una joven y bella mujer, con una dulce voz, la misma que me despertó, pero con tonos distintos, en su mirada se notaba lo que le molestaba mi presencia, a la vez de cuatro personas más detrás nuestra. El primer recuerdo que puedo ver con claridad y me deja un mal sabor de boca.