𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐬𝐮𝐞𝐥𝐭𝐞𝐬 • (𝑻𝒍𝒐𝒛)

Desafío de Revali. (II)

-Os felicito por haber llegado hasta aquí. Para aumentar el poder que mora en vuestro interior, superad las pruebas en las ubicaciones señaladas. No perdáis el empeño...

-¿El monumento ha brillado? Entonces no ha sido mi imaginación...  ¿Eh? ¿Lleváis mucho tiempo ahí? No me había percatado de vuestra presencia... -murmuró el Orni al ver a la pareja, quien celosamente se cogían de la mano. -habéis dado conmigo justo cuando elucubraba en voz alta... disculpad. Con todo, me alegro de que nuestros destinos vuelvan a cruzarse. -los dos le dedicaron una sincera sonrisa. -A propósito, ¿veis ese monumento? Es uno de los que se menciona en la balada inacabada de mi maestro. Me emociona poder interpretar este canto justo donde debe hacerse... frente a los monumentos de verdad. Forma parte de la balada de mi maestro, y habla sobre Revali, el elegido Orni. Permitid que os lo cante. 

<<El orgulloso elegido del viento
a lomos de la gran Medoh sube,
surca su reino de aliento y de nube...>>

<<Y busca, en un mudo anhelo por fortalecer 
el poder sagrado de su alma, las tres 
pruebas que el monumento le señala>>

<<Acertar al dragón en un cuerno
en el instante en que lo cubra el fuego;
cruzar los aros de luz como el viento...>>

<<Y, suspendiendo el tiempo,
acertar cuatro blancos sin tocar el suelo.
Con tales pruebas se revela el intrépido.>>

-¿Qué os ha parecido? Gracias a las historias que me han contado sobre los elegidos, pronto podré crear los versos claves que faltan. Voy a cumplir el sueño de mi maestro... Como su alumno, es mi deber terminar su balada inconclusa. Por suerte Teba y el patriarca, Tyto me contaron muchas historias sobre Revali, en el poblado Orni.  Aunque me temo que mi hogar solo es un punto intermedio en este viaje para terminar la balada. -con eso, les dejó admirar las imágenes en el monumento. Link hizo fotos para poder recordar los lugares y prosiguieron. Empezarían con la primera prueba. 

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Se teletransportaron a la torre de Hebra. Link agarró a Zelda por la cintura y planearon hacia el suroeste, allí vieron un pequeño campamento custodiado por un Orni. 
 
-Buenos días sus majestades. No esperaba encontraros aquí. He venido aquí porque el patriarca me ha puesto al cargo de vigilar al dragón que aparece en esta zona. Últimamente se deja ver muy a menudo. Las gentes de la tribu temen que acabe acercándose al poblado. Desde lo que pasó con Medoh, no los culpo por estar aterrorizados. Por el momento no se ha producido ningún incidente, pero seguiré haciendo guardia durante un tiempo. Ahora que lo pienso... El dragón siempre atraviesa el cañón por las noches. Es fácil de detectar porque le brillan los cuernos. Relucen de tal forma que parecen estar llamándote...

-¿Lo has llegado a ver de cerca? -pregunta Link.

-No, lo he intentado ahuyentar, pero en cuanto te acercas suelta fuego que lo protege y de paso trata de hacer daño a quien se acerca. -los tres se sentaron ante la hoguera, pronto se hizo de noche. Desde lo lejos se vio al dragón. Esta vez, fue Zelda quien cogió la paravela y el arco. En cuanto los cuernos del dragón se iluminaron en color azul, la reina se lanzó con la paravela, cuando estuvo lo suficiente cerca dio de lleno en los cuernos. El santuario de Gireom se hizo presente. 

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Zelda deslizó una bomba por un pequeño conducto para romper las piedras que bloqueaban el paso gracias al viento. Seguidamente los dos se deslizaron con la paravela hacia la siguiente prueba. Más adelante se encontraba una plataforma giratoria con dos conductos, Link lanzó una bomba en el momento justo, teniendo en cuenta un ventilador que subía y bajaba unas rejas. Paralizando aquel ventilador consiguieron romper unas piedras que bloqueaban el paso, para seguidamente planear hacia el monje.