La Furia De Revali

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Al posar mis pies en la entrada de la bestia y despertar el teletransportador, Revali comenzó a hablar como todo un orgulloso, riéndose en mi cara.
-Vaya héroe, sabía que ibas a venir, pero no pensé que me harías esperar 100 años... -se escuchó una risa profunda.-en todo caso tengo que ayudarte, en el fondo de la bestia se encuentra un mapa, cogelo... si llegas a el...

Apreté la mandíbula, ya cansado de su actitud chulesca ante mi, aunque tampoco me esperaba algo distinto. Primero, inspeccioné la amplia sala. Al principio me encontré un boquete, por el cual podría bajar más tarde. Más adelante unos artefactos que podía mover con el imán, junto con un hermoso mini-guardián en frente que me daría una buena bienvenida. A los lados había unas salidas que podría usar mas tarde para salir a explorar. Salté por las plataformas de metal, acabé con el enemigo y conseguí el mapa. De nuevo habló.
-Como has podido observar, es el mapa de la bestia  divina, podrás moverlas de izquierda a derecha, según como quieres que se incline. No te duermas en los laureles y empieza.

Miré los puntos naranjas y me fui guiando a través de ellos. El primer terminal que encendí fue uno situado a la derecha de la bestia, tuve que pulsar unos interruptores y mover imanes para lograrlo, fue pesado, ya que al abrir las compuertas el aire empezó a entrar por todos lados de la sala y ha empujarme. El segundo que encontré no se encontraba muy lejos, incliné la bestía y entré a un cuarto empotrado con la ayuda del viento y la paravela. Subí rampas, seguí moviendo las alas de Medoh y por fin el quinto terminal fue hallado, todo fue muy rápido, más que con Vah Ruta. El punto naranja se encontraba solitario en el mapa y estaba vibrando tratando de darme señales de que lo liberase. Me senté un momento, todo me daba vueltas, había pasado 5 horas metido ahí dentro, dónde el aire era totalmente puro y el frío era notorio, pero había algo que me acompañaba, mi soledad. Desde que empecé con esta aventura, me había encontrado totalmente solo. Carraspeé y mi garganta dio señales de que necesitaba beber. ¿Cuánto llevaba sin abrir la boca? Desde que hablé con Teba, tal vez.
-Pero bueno, a nadie le importa si el héroe se siente solo. -mi voz salió pastosa, normal, después de estar callado por tanto tiempo. Me encontraba en un momento depresivo, donde mi mente sacaba los pensamientos amargos que me comían la cabeza. Ojalá y todo esto pase.

No quise perder más tiempo, ni me molesté en comer, solo bebí un poco de agua y me sacudí los pantalones de la tierra que se había acumulado. Subí a la parte más alta, donde me indicaba el gran punto naranja en la piedra. Al tratar de encender el terminal central, otra vez se volvió a consumir por las sombras del Ganon, de el salió un monstruo mas o menos de la mismas proporciones que la ira del agua, su mano izquierda estaba libre mientras que en la derecha portaba un cañón que se veía poderoso y muy peligroso. El estremecimiento me recorrió todo el cuerpo cuando soltó un chillido desgarrador.
-Ten cuidado con ese cañón es muy poderoso, este engendro acabó conmigo hace 100 años. Link, me cuesta mucho pedirte esto pero... ¡Vengame!

Chisté los dientes sacando una espada, según la piedra sheikah, "Espada Real". Durante 5 minutos estuve estudiando sus patrones, soltaba tornados cada dos ataques de energía. Tracé un plan, el cual se trataba de atacar con ayuda de las corrientes y evitar los tornados. Mi plan salió a la perfección y dandole una estocada en el brazo este colapsionó y murió pegando un chillido que me puso de mala ostia. Ahora sí, encendí la unidad central. Casi de inmediato se hizo ante mi la figura de Revali, con su mirada de "soy mejor que tu" y su postura recta.

-Quién lo diría,  al final has sido tu el que ha derrotado a esa bestia,  gracias supongo.  Como recompensa te daré mi poder,  el poder de ser capaz de crear corrientes de aire ascendentes.  -alzó su ala y con una exclamación una esfera salió de ella,  que fue introducida con fuerza en mi pecho.  Una corriente de aire me mandó volando hacia atrás,  caí de pie,  sin ningún daño.  Lo miré y este me miró con suficiencia. -ahora, moveré la bestia divina hasta ponerla en posición,  gracias Revali.  -resopló y no pude evitar mirarlo por un rato mas,  pensando en lo malditamente subnormal que era. -¿No tienes más cosas que hacer?  -pude divisar que me volvía luz otra vez,  estaba desapareciendo pero lo escuche perfectamente- la princesa lleva una eternidad esperando. 

Si,  mi princesa me está esperando. 

𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐬𝐮𝐞𝐥𝐭𝐞𝐬 • (𝑻𝒍𝒐𝒛)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora