Empecé con mi decisión de recuperar mis recuerdos. Miré la piedra sheikah y en ella aparecían unos nombres. supongo que los nombres de mis recuerdos. Estos era los que tenía: una ceremonia falsa, Revali, Daruk, Urbosa, Mipha, la ira de Zelda y un clan muy peligroso. Supongo que los demás huecos eran los recuerdos que me faltaban.
El primer recuerdo de hoy se encontraba frente a picos gemelos, además de tener agua y árboles próximos. Me teletransporté lo más cerca posible y empecé a buscar por donde creía que era. Había una piedra levantada cubierta de hierba, encima suya brillaba el característico tono amarillo que me avisaba de que estaba ahí.------
Me encontraba con mi princesa, con ella llevándome la delantera tras haber disfrutado de nuestra compañía mutuamente, además del resplandeciente sol que se posaba sobre nosotros.
-Hoy debemos dirigirnos a ciudad Goron, debo hacerle unos ajustes a la bestia divina para que a Daruk se le haga más fácil controlarla, a conseguido moverla varias veces, pero aún le queda cosas que aprender sobre ella. -yo escuchaba en silencio, mirando su pequeño pero bien formado cuerpo moverse con gracia y elegancia. -y pensar que nuestros antepasados pudieron crear algo así... Eso significa que nosotros podemos entender este artefacto y usarlo a nuestro favor, solo así podremos hacerle cara a Ganon y dsalir victoriosos. -sus pasos se fueron ralentizando. -esa espada que llevas contigo... ¿Sabes manejarla bien? -pausó sus pasos hasta quedar inmóvil.- cuenta la leyenda que en ocasiones resuena una voz en su hoja, ¿has alcanzado a oírla? -negué rápidamente y ella suspiró agotada. -espero que algún día la llegues a oír. -cogió mi mano y seguimos nuestro camino.
-----Bien, no me ha decepcionado, nuestra relación ya parecía avanzada. Miré el artefacto que estaba en mis manos y apareció el nombre del recuerdo : Resolución y dolor.
Ahora a por el siguiente, que tenía pinta de estar en la montaña de la muerte, por el tipo de roca en la foto y por el castillo de Hyrule situado en frente. Me volví a teletransportar al lugar más cercano a ese punto, pero la búsqueda se me hizo muy difícil, no sabía con exactitud a qué altura estar y el punto amarillo brillante no aparecía. Tardé demasiado y cuando lo encontré ya era de noche, dándome una tenebrosa visión de Hyrule.------
Había muchos enemigos derrotados, centaleónes, bokoblins, moblins... Seguramente había defendido a la princesa.
-La herida no parece grave, pero aun así... creo que estas siendo demasiado temerario. Eres consciente de que no eres inmortal, ¿verdad? No soportaría que te pasase algo. -besó mis labios cortamente y miró hacia todos los cuerpos mientras yo tapaba mi herida para que no se infectase. -Las ordas de monstruos han incrementado al igual que su fuerza, ¿será esto un presagio que anuncia el retorno de Ganon? -me ayudó a limpiar mi herida y terminar de taparla. -Si eso es así, no podemos perder el tiempo. Hay que prepararse para lo peor. -me rodeó con sus brazos en un tierno abrazo, verificando que no tenía más heridas. -¿De verdad estas bien?
-Si, no te preocupes. -le sonreí para calmarla y emprendimos camino de vuelta al castillo.
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Un presentimiento, ese era su nombre. Quedé bastante sorprendido, pues aun viendo todos los enemigos derrotados sabía de más y de sobra que ahora era mucho más fuerte.
Miré las imágenes y la siguiente me daba la sensación de que estaba detrás del castillo, por lo que debía ir descansado para no ir distraído contra los guardianes, que seguro me esperaban ansiosos. Fui a una posta y pagué mi alojamiento, pero no podía dormir sin antes pegar un baño, por lo que sabía aquí había un lago tranquilo donde nadie pasaba por las noches por miedo. Me encaminé a él a paso tranquilo, me quedaba un tiempo limitado, quizás menos de 3 días para acabar con esta pesadilla. A lo lejos, el agua cristalina del lago empezó verse. Por fin tendría algo de tiempo para calmarme, pues siempre me aseaba rápido para no perder el día. Quité mis ropas, para a continuación meterme en el lago y calmar mi cansado cuerpo.Ya era de día, por suerte había llegado bien anoche y nadie me vió bañandome. Desayuné rápidamente, debía aprovechar este día al 100% y encontrar todos mis recuerdos. Me teletransporté al lugar más cercano a la zona trasera del castillo y no tardé demasiado en ver ese árbol que no había cambiado a lo largo de estos 100 años para mi sorpresa. Me senté bajo el para que los guardianes voladores no me detectaran y me sumí en mi recuerdo.
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La princesa se encontraba sentada en mis piernas, recargada en mi pecho mientras hacia fotos alegramente. Vaya que le interesaba la naturaleza.
-¡Mira estas... y estas! -seguía mirando las flores como niña chica.-las flores de Hyrule no sólo son bonitas, también se pueden usar para crear tintes y tejidos. -miré las fotos que hizo.
-Sí, son bastante bonitas, además de oler bien. -me gané una sonrisa por parte suya y se levantó rápidamente viendo una flor en particular.
-Este ejemplar de aquí se llama princesa de la calma, es una especie amenzada. -se puso en una posición en la que mis instintos masculinos parecieron despertar. ¿Cómo no hacerlo? me estaba dando una preciosa vista de su trasero. Tragué saliva para que no lo notara y a la vez para calmarme.-Empezamos a cultivarla de forma artificial para tratar de salvarla... Pero no hemos podido conseguir que arraigue en estas tierras. -de repente su estado de ánimo cambió a uno entristecido. -Quizás la princesa esté destinada a desaparecer... que ironía... -la miré desde atrás, sin saber muy bien que hacer ni que decir. -¡Anda! ¡Fíjate en esto! -vaya que era bipolar. -es un manjar muy preciado por su sabor, pero un estudio reciente a revelado que también potencia ciertas habilidades... -en la palma de su mano se encontraba una rana, quizás sólo quería enseñarmela... iluso de mi.- Junto a mis ayudantes del castillo, estoy investigando su eficacia en algunos sujetos. Con la fuerza que posees serías un candidato ideal, seguro que contigo conseguiríamos resultados excepcionales.¡Venga, toma! -mi cara de asco la hizo reír un poco, dejando a la rana en libertad y tirándose con cuidado sobre mi. -te amo, Link. -esas bonitas palabras quedaron grabadas en mi mente, mientras unía mis labios a los suyos con desesperación, demostrándole así, que yo también la amaba con todas mis fuerzas.
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La sonrisa en mi era tan grande, que quien me viera se sorprendería. Mis días con ella fueron muy felices a mi parecer. Princesa de la calma era este recuerdo. El siguiente, me confundió en un principio, era el puente de Hylia. Ya allí, busqué unos pequeños terrenos con estatuas, se encontraban bajo el principio del puente. Empezó a llover en cuanto pisé el foco de luz que siempre aparecía.
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Estaba lloviendo,como hace un momento solo que de manera más intensa. Yo estaba practicando con una espada que me llamó mucho la atención. La joven muchacha estaba sentada en una roca, mirando con una sonrisa boba todos mis movimientos.
-No tiene pinta de que vaya a escampar... Ha llovido tanto desde que decidiste seguir los pasos de tu padre y convertirte en caballero... Te has convertido en el héroe elegido por la Espada Destructora del Mal, eso es algo que tiene mucho mérito. -aunque seguía con mis prácticas la escuchaba con atención. -Pero... imagínate que no poseyeses las cualidades necesarias para hacerte caballero, y aun así te dijeran que... como has nacido en una familia de caballeros tu obligación es convertirte en uno... si te lo repitieran sin cesar, ¿Tú que camino elegirías, Link?
-Paré mis movimientos en seco y me acerqué a ella con prisa.- Zelda, se que te estás refiriendo a tu posición, yo no tengo nada que decir, pues soy un campesino a quien no obligan a nada. Tú tienes un peso encima, pero también debes pensar en ti, en lo que tu corazón te pide. Sé que estás muy agobiada y estoy muy seguro de que cuando acabe el cataclismo y todo se calme tu podrás desempeñar tu papel de princesa sin ningún problema. Yo confío en ti, pero a quien debes decirle esto, es a tu padre que va a ser que el que te puede aconsejar, pues yo no tengo idea.
-Pareció calmarse y se acurrucó en mis brazos. -gracias, gracias por estar aquí conmigo, de verdad eres el único que me entiende. -los dos quedamos sentados en la roca, mirando como la relajante lluvia nos rodeaba y acompasaba el sonido de nuestros corazones latiendo al mismo tiempo.
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Uno más: A salvo de la lluvia. ¿Así de asustada se sentía? Seguramente las exigencias de su padre porque ella fuera a meditar las comprimían mucho. Fui testigo de lo duro que era el Rey con la chica y su desesperación. Me levanté y miré la siguiente foto siguiente, ¿El castillo? Tragué saliva, me sentía preparado pero tal vez Ganon notaba mi presencia y se volvía loco. Da igual, si eso llega a pasar me enfrentaré a el. Troté hacia al castillo, iba sumido en mis pensamientos, esa espada que parecía hecha a medida para mi... ¿La podría recuperar? Quizás Impa sabría algo, no me quedaba otra que preguntarle. No me dí cuenta cuando llegué al castillo, frente a la puerta grande como un temerario, me dí una torta en la frente, riéndo flojo al imaginarme a Zelda regañandome. Abrí las grandes puertas con algo de dificultad, el paso de los años había hecho peso. ¿Qué hago pensando en estupideces sobre puertas? Ganon salió de la parte más alta del castillo, gruñendo cabreado. Pensaba que me tendría que enfrentar a el.
-Tranquilo Link, se que queda poco, puedo aguantar. -era la princesa, haciendo presente su resplandor y volviendo a sellar a Ganon.
-Gracias, Zelda. -susurré más para mi mismo que para nadie mas. La foto era en una torre, con una estructura en frente que recordé con fluidez, era el cuarto de Zelda. Vaya, ¿por qué lo recordaría tan bien? ahí queda la incognita. Con algo de dificultad y tratando de que no me vieran llegué a el cuarto de Zelda, estaba custodiada por un Moblin, portaba un mandoble de la serenidad. Acabé con el y recorrí la alcoba en ruinas por un momento. Recordando los momentos que pasé con mi chica, los más intimos me hicieron sonrojar y reír como subnormal, ahora entendía mi buena memoria. No tardé en encontrar el recuerdo.
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Salíamos del laboratorio de la chica, quien seguía investigando las bestias con muchas ganas. Se le notaba contenta y la razón era que los guardianes ya estaban bajo nuestro control.
-Por fin, ya tenemos el conocimiento suficiente para controlarlos, en caso de que Ganon llegue a despertar, estaremos preparados para enfrentarnos a el. -me sonrió y yo le devolví la sonrisa.
-¿Qué hacéis vosotros dos aquí? -la dura y grave voz del rey se hizo presente en la estancia, sorprendiéndonos. Me hinqué de rodillas, mostrando mi respeto y manteniéndome en silencio.
-Observamos a los guardianes padre, comprender esta tecnología nos ayudará para frenar el cataclismo.
-Lo sé, sé que de esto depende el futuro de Hyrule. Pero diría que la princesa del reino tiene asuntos más importantes de los que ocuparse. -sentí a la rubia tensarse a mi lado.-Sé mas responsable, no puedes huir eternamente de tus obligaciones Zelda.
-La voz de ella se volvió llorosa.- No huyo padre, hace apenas dos días que acudí a la fuente del valor a meditar, hago lo que puedo.
-Lo único que te pido es disciplina. Deja de perder el tiempo en investigaciones y céntrate en tu deber. O... ¿tienes una idea de como despertar tu poder?
-No es eso... ¡pero es verdad que no puedo hacer más! Necesito sentirme útil, por eso quiero ayudar en lo que sea posible por el momento.
-¡Basta de excusas! Harás lo que te diga, a partir de hoy, meditar en las fuentes va a ser tu único cometido. Te prohíbo que sigas estudiando esas máquinas. ¿Eres consciente de todo lo que dicen sobre ti, nuestros súbditos a tus espaldas? Que eres una irresponsable, y que no eres una digna Heredera. -ella chistó los dientes.
-Demuéstrales que están equivocados, ¿entendido?
-Sí, padre. -el se fue dejándo a la princesa con los ánimos por los suelos y humillada.
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Pese a que me sentía mal, ya nada se podía cambiar, el recuerdo Padre e Hija había sido muy duro. El siguiente se encontraba fuera del rango del castillo, por lo que miré a la parte alta de este.
-No tardaré, resiste. -Entrando a la fuente del poder que se encontraba en Akkala, recordé la de veces que me bañé junto a mi amada, en silencio absoluto, donde no hacían falta palabras entre nosotros.
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Esta vez no nos estábamos bañando juntos, ella iba a meditar, por lo que hundí la misteriosa espada en el suelo y la miré con suma tranquilidad.
-No te agotes y trata de no quedarte mucho en el agua, hace frío. -besé su frente.
-De acuerdo. -me puse de espaldas a ella para que estuviera más tranquila. Tras unos minutos de silencio ella habló en susurros. -El poder sagrado que ha heredado la familia real para hacer frente el cataclismo puede ser despertado por medio de plegarias. Al menos eso he oído siempre...Sin embargo, aunque mi madre sentía un gran poder en su interior... y aunque mi abuela podía sentir a los espíritus yo soy incapaz de sentir o escuchar nada. Mi padre siempre se lamenta porque, según el, mis investigaciones me hacen perder el tiempo. Pero... -el sonido del agua salpicando me dio a entender que estaba molestandose. -¡No he parado de rezar desde que tengo uso de razón! He suplicado a las tierras ligadas a las antiguas deidades... y sin embargo el poder sagrado nunca a despertado en mi interior. Os ruego que me digáis... ¿Qué me pasa? ¿Que estoy haciendo mal? -la escuché llorar y fue suficiente para adentrarme a la fuente y sacarla de ahí, la tapé con una manta cuando ella empezó a temblar y la llevé de vuelta a casa.
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El poder que no despierta. Ella sufrió hasta el último momento, y yo aunque estaba ahí no servía para calmar sus nervios. El siguiente sitio era una estatua de caballo que tardé en encontrar.
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Junto con los caballos, Zelda y yo íbamos a la plataforma frente a nosotros, sitio que la relajaba y la mantenía alejada de sus pensamientos.
-Tenías toda la razón Link, mi caballo se siente mas relajado cua
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𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐬𝐮𝐞𝐥𝐭𝐞𝐬 • (𝑻𝒍𝒐𝒛)
FanfictionHistoria basada en "The Legend Of Zelda" , perteneciente a Nintendo. Espero que os podáis sumergir en este bello mundo y os sintáis verdaderos héroes.