Desafío de Urbosa (I)

53 2 3
                                        

La mañana se hizo paso rápidamente. Nuestro héroe y reina se encontraban de camino a la zona Gerudo, más que listos para ir a la última prueba, o eso pensaban. Con un poco de dificultad pudieron llegar a la zona marcada por la piedra sheikah.  No dio tiempo a nada, pues la misma voz que los había estado guiando habló de nuevo. 

<<Enhorabuena por haber llegado hasta aquí. Para aumentar el poder que mora en vuestro interior, superad las pruebas en los lugares que se os indicarán. No perdáis el empeño...>>

Unas imágenes comenzaron a aparecer en cada pilar, tres nuevas ubicaciones que el héroe capturó con la cámara de la piedra sheikah enseguida. Allí, el sonido del acordeón se escuchaba con fuerza, Nyel estaba asentado junto a los pilares como en las anteriores pruebas.
-Buenos días, Nyel -la risueña reina no pudo evitar saludar de forma amistosa al orni, pues tras las pruebas sentía que habían forjado una bonita amistad.
-¡Buenos días sus majestades! -el orni dejó su amado acordeón y se dirigió donde ambos reyes se encontraban- mirad, aquí se encuentra otros de los monumentos que se mencionan en la balada inacabada de mi maestro. Aquí, bajo la atenta mirada de la bestia divina, es donde debe interpretarse este canto. La alegría me embarga...Forma parte de la balada de mi maestro y habla sobre Urbosa, la elegida

<<Sus pasos crean tormentas 
en el gran desierto, pero la elegida 
mantiene a Naboris bajo su imperio.>>

<<Y busca, en mudo anhelo por fortalecer
el poder sagrado de su alma las tres 
pruebas que el monumento le señala.>>

<<Derrotar al rey de la arena
con premura, cruzar los anillos de luz
sobre una montura.>>

<<y arrojar el orbe sangrado de las gerudo
al más profundo pozo, completando
la hazaña digna de encomio.>>

-¿Qué os ha parecido? -dijo el orni tras tocar aquella balada, sin ser plenamente consciente de cómo el humor de la reina había decaído un poco. -La conexión que siento ahora con los elegidos me ayudará a terminar los versos clave. Siento como si la mismísima elegida me hablase a través de de ese canto. Oigo su ruego de que acabe la balada. Para ello necesito conocer más sobre los elegidos. Por suerte la matriarca Riju y su general, Adine fueron muy amables al contarme historias sobre Urbosa. -Hubo un silencio corto mientras admirábamos a la bestia divina de Urbosa, se alzaba orgullosa en lo alto del desierto. La voz de Nyel nos hizo volver nuestra atención a él- Para entrar en la Ciudadela Gerudo tuve que hacer algo un tanto... peculiar. -Zelda no pudo evitar soltar una pequeña y dulce carcajada que para nada ofendió al orni frente a nosotros. -Pero valió la pena, su majestad. -intercambiamos un par de palabras más hasta que Zelda y yo decidimos que era buena idea empezar con las pruebas ya, el frío del desierto nos jugaría en contra en caso de que la noche cayese. 

Cada uno con una morsa del desierto fuimos hacia la primera prueba, estaba cerca de la ciudadela. No se nos hizo difícil ver esos atrayentes aros de color azul, los cuáles atravesamos sin dudar uno tras otro. Apareció ante nosotros el santuario de Tamri, al que accedí yo solo ya que mi esposa se quedó jugando con las morsas en la entrada del mismo.  

-----------------------------------------

Esta estancia tenía como nombre <<Propósito doble>>.  En un rápido vistazo pude ver dos grandes cubos de hierro montados sobre raíles y un contacto de electricidad. Con el imán junté los cubos para que la electricidad pasase a través de ellos abriendo una puerta. En la siguiente sala habían más cubos de hierro sobre raíles con electricidad a través de ellos. 
-Debo tener cuidado, si piso por confusión puedo morir... -suspirando descifré el puzle con el imán, moviendo los cubos hasta que pude abrir otra puerta. -Más cubos... Ahora de dos en dos a distintas alturas... -escalé por los cubos que no tenían electricidad con sumo cuidado para no tropezar. Pude visualizar la siguiente puerta pero primero tenía que mover los cubos así que me moví por una plataforma alejada, terminé el puzle y subí a la puerta. Por fin terminé santuario y recibí el orbe de Naboris

----------------------------------

Saliendo del santuario las risas de Zelda endulzaron mis oídos, las morsas jugaban con ella como si de una bruja se tratase. En completo silencio abracé su pequeña cintura desde atrás. 
-Veo que no me has echado de menos... -ella dio un respingo por mi aparición. 
-No seas bobo, siempre te extraño... -nos dimos un pequeño beso que no duró mucho porque mi esposa saltó emocionada- ¿cuál es el siguiente sitio? 
-¿Te gusta disfrazarte, majestad? 

------------------------------

La fortaleza Yiga no había cambiado nada, con nuestro ascenso al trono íbamos a terminar con este clan rebelde pero no nos había dado tiempo por lo que aún vivían a sus anchas el poco tiempo que les quedaba. Ambos ingresamos, provisionados de trajes de sigilo que nos ayudaría bastante y unos cuantos plátanos para esos glotones. Mientras Zelda me seguía y lanzaba plátanos para quitar enemigos de mi camino yo escalaba por las columnas. Pronto llegué a una pequeña plataforma repleta de plátanos y una gran reliquia que ya había visto más de una vez. Haciéndole señas a Zelda para que saliese cuanto antes, lancé la reliquia viendo como la cogía y salía con cuidado. Iba a abandonar la zona en silencio pero decidí romper la tranquilidad de este detestable clan, haciendo que se den cuenta de mi presencia y humillarlos en una pelea que gané con facilidad. En la salida, Zelda me miró juguetona. 
-Haciendo gala de tu fuerza, ¿héroe? -soltamos una carcajada y juntos lanzamos la reliquia por el agujero donde hacía tiempo lancé al jefe de este clan. Tardó un poco pero pudimos oír el característico sonido de algo activarse y próximamente un santuario saliendo de la tierra. 

-------------------------------

El santuario de Kritmoh llevaba por nombre <<dentro de la caja>>. Fue un santuario relativamente fácil. En medio había un gran cubo con reliquias de colores dentro. Mientras Zelda movía la gran caja e iba contando las reliquias yo iba marcando el número con reliquias de menor tamaño. Abrimos la puerta rápidamente, al ser dos fue mucho más fácil. 

----------------------------

La siguiente prueba fue fácil de encontrar. Nos teletransportamos al santuario de Sumdhi para acortar nuestro camino. Allí, un gran moldora que nunca había enfrentado me esperaba. No fue muy terrible terminar con él, tener a Zelda apoyando con sus flechas de luz debilitó mucho al gran monstruo. Un nuevo santuario se abrió ante nosotros, Kettava.

------------------------------

El santuario en sí era bastante sencillo. Pequeñas bolas de hierro estaban sumergidas en agua, moviéndolos con el imán la electricidad comenzó a circular a través del agua, sorteando plataformas y logrando que la electricidad llegue hasta la puerta que nos llevaba al final del santuario. La bestia divina Naboris nos espera. 



-----------------------
Final del capítulo. Lamento haber tardado tanto tiempo en actualizar. Si alguien aún lee esto confirmo que quedan entre 4/5 capítulos por lo que no tardaré mucho en escribirlos todos e ir subiéndolos poco a poco. 

𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐬𝐮𝐞𝐥𝐭𝐞𝐬 • (𝑻𝒍𝒐𝒛)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora