El anciano

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Traté de hablar primero,  pero se me adelantó aquel hombre de barba cana,  que me miraba simpático.
-Chico, esa era mi manzana -fijé mi vista en la manzana que había cogido por inercia. - bueno, te la puedes quedar, ¿Qué hace un joven como tu en estas solitarias tierras? 
-¿Quién es usted?
-Pareció poner mala cara,  pero la borró al instante- estos jóvenes de hoy en día. Respondiendo una pregunta con otra.  Soy un simple anciano nada más.  Observa, a lo lejos se puede ver el Templo Del Tiempo, está en ruinas pero también es hermoso. Deberías ir a echarle un vistazo cuando tengas tiempo.
-Asintiendo y regalándole una enorme sonrisa emprendí camino a ese Templo. Divisé un hacha a lo lejos,  la cual cogí y colgué a mi espalda.  De camino muchos monstruos se me cruzaban,  por instinto los mataba. Mientras me disponía a hacerlo,  otra punzada llegó a mi cerebro.  Quisiera saber que me pasa. Cada pedazo de roca, el olor, los colores... Todo me resultaba tan familiar... ¿Quién soy?  Me siento tan perdido...

𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐬𝐮𝐞𝐥𝐭𝐞𝐬 • (𝑻𝒍𝒐𝒛)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora