RudeBoy |H.S|

22. Harry.

Pude ver en la profundidad de sus ojos color caramelo, cierta decepción. Mordió su labio inferior, borrando aquella sonrisa que tanto me gustaba ver. Bajó su mirada al suelo, avergonzada. Mientras tanto, Charlotte, seguía apegada a mi cuerpo, revoleando sus celestes ojos de un lado a otro, molesta por la interrupción.

-Lo siento- habló entre falsas y secas risas la castaña.

Desapareció de allí lo más rápido que pudo. La rubia que estaba junto a mí, volvió a rodear mi cuello con sus manos, buscando más de mí. Me alejé de ella con un suave empujón. La escuché quejarse como una niña pequeña que quiere un juguete, pero ahora, yo me encontraba, corriendo tras Rebecca.

Estaba notoriamente, varios pasos delante de mí. Aceleré mi paso para alcanzarla. Cuando por fin la tuve cerca, tomé su muñeca para que volteara a verme. Así lo hizo, no sin antes rodar sus ojos, como si estuviera molesta.

-Rebecca, lo que viste recién...-balbuceé- no es nada, es sólo que...

-Harry- me interrumpió ella con una sonrisa fingida- No es como si nunca te hubiera visto con una chica, no tienes nada que explicarme.

-Lo sé pero pensé que... bueno, lo que sucedió el viernes... tal vez tú...-tartamudeaba al no encontrar la forma correcta de expresar lo que quería decir.

-¿Que yo qué?-contestó con otro tono de voz- ¿Pensaste que yo estaba ilusionada contigo? Harry, eres mi amigo, y sé cómo eres, te conozco, sé que no buscas más que un beso o más que llevarte una chica a la cama, sé que eso es todo lo que quieres. Tranquilo. Además, sé que no soy tu tipo.- sonrió abiertamente. Sin embargo, algo en sus ojos me decía que esa sonrisa no era real.

Suspiré. Quería decirle que con ella era distinto. Quería decirle que jamás había pensado tanto en un maldito beso como pensé en el nuestro. Quería decirle que tal vez, sólo tal vez yo sí quería más de ella.

-Tienes razón- dije.

"Oh, vamos Harry, ¿eso fue lo mejor que se te ocurrió? La verdad, me sorprendes. Eres increíble" hablaba mi voz interior con sarcasmo.

-Lo sé, siempre tengo razón- dijo con una suave y angelical risa que me cosquilleó por dentro-Debo ir a clase. Y tú también deberías hacerlo- me golpeó el hombro con el puño.

-S-si- contesté tartamudeando- En la próxima hora, lo prometo-asentí.

Ella se alejó de mí otra vez. La miré embobado, apretando mis labios, conteniendo las ganas de correr y besarla apasionadamente y quién sabe qué mas.

Sonreí por inercia recordando el beso del viernes. Daría todo por volver a hacerlo. Se había sentido tan especial, tan profundo, tan... único. Jamás había sentido lo que sentí esa noche.

-La semana pasada iba a preguntarte qué demonios pasaba contigo, te encontraba distante- habló una inconfundible voz detrás de mí, interrumpiendo mis pensamientos- Pero creo que ahora lo sé.

-¿De qué estas hablando Louis?-pregunté con el ceño fruncido.

-La chica. Te trae enamorado, ¿verdad?- dijo con una sonrisa burlona en su rostro.

-Vaya, Louis, parece que no me conoces- contesté del mismo modo- ¿Yo, enamorado? Por favor, no juegues.

-Sabía que ibas a negarlo, hermanito. ¿Crees que no me doy cuenta? Sólo hablas de ella, la forma en que la miras y la buscas todo el tiempo. Estás enamorado, Hazza.

-Tú qué sabes del amor-reí- Dejemos ese tema patético para otro día. Te estaba extrañando ya, hermanito-lo abracé y despeiné su cabello mientras caminábamos hasta nuestros salones.

Sí, evité el tema. Era estúpido pensar que yo estaba enamorado. Jamás iba a enamorarme, y menos de una chica como ella. Yo no era esa clase de chico, y no iba a serlo. Tal vez, todos esos sentimientos tontos que tuve con ella se trataban nada más y nada menos de lo difícil que se me estaba haciendo llevármela a la cama. Por que, maldita sea, ella me enloquecía y la quería revolcándose en mi cama, nada más que eso. Estaba seguro de que si lograba cumplir con eso, todo eso terminaría y sería entonces otra más del montón.

"¡Bingo!" pensé. Cuando pienso, soy genial. Eso era todo lo que debía hacer: conseguir que se acueste conmigo. Y listo, chau pensamientos absurdos, chau celos, chau cosquilleos, chau sentimientos estúpidos.