Sus manos seguían delineando cada parte del cuerpo de Rebecca. Mi cabeza y mi corazón se mantenían en una constante lucha debatiendo si debía hacer algo o simplemente ignorarlo. Apreté mis labios para contener mis impulsos y mantenerme en mi mismo sitio.
-Toda mi vida he estado enamorada de ti- continuó hablando la rubia.
Aunque no esperaba escuchar eso, tampoco me sorprendió demasiado. De alguna forma, eso se notaba, desde que eramos pequeños.
-¿Por qué me lo dices ahora?- traté de sonar interesado.
-Una vez, escuché en una película que alguien decía "si lo amas, déjalo ir" y es justo lo que pensaba hacer contigo. Pero luego pensé que eso sería lo más cobarde que podría hacer. ¿Sabes? me dí cuenta de que si en verdad amas a alguien, podrás ser capaz de dar vuelta el mundo para hacer que funcione. Y te amo Harry, yo...
Me separé de ella antes de que pudiera continuar. Sus palabras se detuvieron. Yo empezaba a reflexionar. Volví a mirar a la "feliz pareja". Zayn besaba con fuerza a Becca mientras que tocaba su culo con descaro. Fue entonces cuando comprendí dos cosas. La primera era que había algo que jamás podría compartir con alguien. Y la segunda: jamás escucho lo que dice mi cabeza, comprobado.
Me acerqué rápido hasta dónde ellos estaban. Separé al moreno de forma violenta y proporcioné en su labio un buen golpe, haciendo que caiga al piso.
-¿Pero qué mierda te pasa?- gritó la castaña.
Antes de que pudiera dar una respuesta sentí un puño fuerte en mi estómago. Me retorcí de dolor y apenas pude volver a pegarle en el ojo a ese desgraciado. La gente comenzaba a aproximarse para presenciar la escena y no perderse de nada. Niall apareció en el medio tratando de separarnos.
Zayn me fulminó con la mirada y tomó a Becca para llevársela con él.
-Nos iremos de aquí ahora- dijo él con su mirada viajando por el cuerpo de la chica.
-Ah no, en tus sueños Malik- me apuré a tomar de la muñeca de ella con fuerza.
-No iré contigo Harry- me miró con odio.
¿Qué otra cosa podía esperar? La había lastimado, ignorado, tratado mal. No podía pretender que ella con su espléndida sonrisa cediera y me dejara acompañarla hasta su casa. Me odiaba, y lo sabía. Pero jamás permitiría que se marchara con ese pervertido a quién sabe dónde a hacer quién sabe qué.
Luchó contra mí con fuerza. Hasta que no tuve otra opción que alzarla y llevarla cargada sobre mi hombro.
-Suéltame, Styles. ¡Ahora mismo, suéltame!- se quejaba.
-Cállate, me lo agradecerás más tarde- aseguré.
El moreno ni siquiera movió un dedo. Con una mirada asesina cedió a dejar todo en mis manos.
-Vuelves a acercarte a ella de ese modo y juro que no saldrás con vida- lo señalé con el dedo mientras él pasaba su mano por su ensangrentado labio, frunciendo el ceño, molesto.
Rebecca seguía golpeando y pateando mi espalda y estómago, mientras insultaba y gritaba cualquier barbaridad pidiendo libertad. Le ordené subir a mi auto pero se negó rotundamente. Logré acorralarla entre mis brazos, dejándola inmóvil con su espalda pegada al coche.
-Por favor, no lo hagas más difícil- supliqué.
-¿De repente te importo?- preguntó. Pude sentir un aliento a alcohol y su voz también indicaba que estaba notablemente pasada de copas.
-Becca, luego hablamos, ¿si? Ahora, por favor, sólo sube al auto y déjame que te acompañe a casa.
-Mi casa está cerca de aquí. Puedo sola.
-¿Enserio? ¿Crees que puedes ir en ese estado sola a tu casa?
-Estoy bien Harry, sé lo que hago- gruñó.
Por la ventanilla del auto pude ver a Charlotte parada frente a mí. Observando todo. Vi su mirada triste y algunas lágrimas recorrer su rostro. No era para menos, ella me había confesado su amor y yo lo único que había hecho era correr hasta Rebecca. La rubia se veía realmente hermosa esa noche, y lo que había dicho, había sido tierno. Pero sabía perfectamente que no había otra persona en el mundo con la cuál quisiera estar en ese mismo momento. Sólo ella. Ella era lo único que necesitaba, y más de lo que podía pedir.
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RudeBoy |H.S|
FanfictionEl chico rudo, el peligroso, el que jamás se enamora. ¿Habrá alguien capaz de demostrar lo contrario? ¿Habrá alguien capaz de sacarle la mascara? Adaptada creditos a la autora.