48. Harry.

8.1K 388 17
                                    

La luz de sol anunció que ya era de mañana. Entreabrí mis ojos para luego ser encandilados por la misma. Me removí un poco en el amplio y fino colchón tendido sobre el suelo frío de la cabaña. Me encontraba sola, tapada hasta mi pecho con aquella tela cálida y suave.

Sonreí por inercia al ver pasar delante de mis ojos un flash de imágenes de la noche anterior. Mordí mi labio inferior, sintiendo mis mejillas ya acaloradas con el simple hecho de recordar la forma en la que Harry abrazaba y besaba mi cuerpo. La forma en la que me hacía suya, y me hacía sentir que era mío. No me arrepentía para nada de haberle entregado mi virginidad a ese hombre, por que sabía, sabía perfectamente que no habría nadie más en el mundo a quién quisiera dársela.

Borré mis pensamientos preguntándome dónde se encontraba el rizado ahora. Me levante con un bufido de mi lugar. Me paré frente a aquél espejo enmarcado en ébano viejo y trizado en las esquinas para observar mi reflejo matutino. Mi largo cabello castaño claro se encontraba revuelto y despeinado, bajo mis ojos, unas bolsas notorias que dejaban en claro mi falta de descanso, y únicamente vestida por mi ropa interior negra de encaje. Tomé rápidamente mi uniforme de colegiala y me lo coloqué de manera desprolija.

Me paré en seco al llegar al marco de la puerta de la cocina, dónde se encontraba el rizado con el torso descubierto y sus cabellos alborotados. Mordí mi labio inferior, conteniendo las ganas de lanzarme a él y hacer que se repita todo lo sucedido ayer por la noche. Me limité a sonreír y observarlo detalladamente mientras él no se percataba siquiera de mi presencia y preparaba café para dos.

-Puedes tomarme una fotografía, te durará más- habló su voz profunda y ronca, sin dirigirme la mirada. Bufé.

-¿Cómo supiste que estaba aquí?- me acerqué a él y lo besé en la mejilla mientras tomaba una de las tazas.

-Es como instinto, puedo sentir las miradas de las mujeres sin siquiera esta viendo. Ya sabes, la costumbre- se halagó a sí mismo y dio un sorbo a su humeante café. Rodé mis ojos e imité su acción.

...

Caminé un poco hasta que sentí mis piernas pesadas y rendidas. Mis pies prácticamente se arrastraban sobre la vereda de baldosas color ladrillo.

-Vaya- se rió Harry- Tu novio te ha dejado rota. Se ve que sabe cómo darte.

Abrí mis ojos de par en par y golpeé a Harry en el hombro con fuerza. Mis mejillas se acaloraron y tuve que bajar mi mirada hacia el suelo para ocultar un poco esa vergüenza que se hizo clara en mi rostro. El calmó su melodiosa carcajada y propuso cargarme en su espalda hasta que llegáramos a su casa y buscara su auto. Estábamos a pocas cuadras de su hogar, mientras que del mío distaba mucho más.
Tarareaba la melodía de "Somebody to love" de Queen, mientras que Harry la cantaba de manera exagerada y yo reía sin parar.

Sin bajarme de su espalda, y sin dejar de cantar abrió la puerta, una vez que habíamos llegado. No supe porqué se había detenido su voz, hasta que divisé delante de nosotros a un hombre de aparentemente cincuenta años, de cabello ligeramente canoso y dueño de unos verdosos ojos. Iguales a los de Harry. Comprendí de quién se trataba y bajé cuidadosamente de su espalda, aclarando mi garganta, nerviosa.

-Papá, no sabía que estarías a...-comenzó a hablar mi rizado.

-Pasé a recoger unos papeles que olvidé- interrumpió, descortés, sin quitarme la mirada de encima.

-Oh, ella es Rebecca, Rebecca Pierce- me presentó.- Es mi...

-¿Acaso esta chica es el motivo de que tus calificaciones hayan bajado?- volvió a interrumpir, sin importar que yo aún me encontrara allí parada. Harry me dedicó una seña de disculpa, como si él tuviera la culpa de que su padre se refiriera a mí de ese modo.- ¿Qué te está pasando, hijo mío? Deberías dejar estas estupideces de adolescente y concentrarte más en tus estudios e interesarte en mi empresa, si es que quieres ser alguien en el futuro, por que como vas, no llegarás a ninguna parte.

-Yo creo que me voy- musité algo nerviosa, dándome la vuelta para salir.

Pero entonces Harry apretó de mi mano, deteniéndome bruscamente, mirando asesinamente a su padre.

-Ser alguien en el futuro...- repitió con cinismo- ¿Hablas de ser alguien como tú? Pues te digo algo: no quiero ser como tú, jamás. No quiero ser esa persona fría y ambiciosa. Esa persona infeliz que eres. ¿Y sabes qué? Me importa una mierda que pienses que no sirvo para nada, o que nunca seré nadie. Me importa una mierda todo eso. Porque te aseguro... te aseguró que tengo todo y más de lo que quiero para ser feliz, ahora- dijo con furia haciendo énfasis en su última palabra.

Tragué saliva con dureza al observar el gesto duro e inmóvil de aquél hombre. Sentía haber presenciado eso. Harry me sujetó con más fuerza y me arrastró hacia fuer cerrando con un portazo, para luego ir en busca de su auto.

Su cara ardía de rabia. No era el momento adecuado para siquiera abrir la boca y decir algo, porque tampoco sabía qué. Comencé a jugar con mis dedos, mirando hacia la ventana.

-Lo hice- lo escuché musitar con una sonrisa triunfante en su rostro, mientras manejaba en dirección a mi casa.

-¿Eh?- alcé una ceja, confundida.

-Le dije todo, Rebecca. Por fin. No sabes lo bien que se siente descargarse de esa manera- suspiró- Me siento liberado- terminó con una sonrisa que me derritió por dentro. Respondí con una simple sonrisa de lado.

Besé su mejilla y lo miré intensamente a los ojos cuando noté que estábamos frente a mi casa. Me bajé de su coche.

-Gracias- me frenó la dulzura de su voz.

-¿Gracias?- pregunté con confusión.

-Me transformaste. Me hiciste ver las cosas de otra forma. Haces que quiera ser un mejor persona todo el tiempo. Me demostraste que si soy lo que realmente soy, conseguiré más cosas. Por ejemplo, una hermosa castaña de ojos caramelo.

-Bájate del coche- ordené con un hilo de voz. El rió ante mi órden y obedeció.

Corrí hacia él y lo abracé con todas mis fuerzas, para luego besarlo como si mi vida dependiese de aquello, mientras hundía mis dedos en sus rizos oscuros.

Pero cuando entré a casa, supe que nada bueno me esperaba.

RudeBoy |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora