36. Rebecca.

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Un mes más tarde.

Es increíble como de un día para el otro, nada cambia. Pero cuando miras hacia atrás ves que todo es tan distinto ahora. Y eso era justo lo que pasaba. Hacía varias semanas la distancia que existía entre Harry y yo era simple rutina, no conversación, no miradas. Mientras hacía mi mejor esfuerzo por ignorarlo como él a mí, me preguntaba para Harry había sido fácil olvidar todo lo que habíamos pasado juntos. Me preguntaba si podría él decirme como había hecho para dejar todo atrás y seguir como si nada, por que para mi eso era cada vez más difícil. ¿Acaso él había olvidado esos abrazos, esas conversaciones hasta tarde mientras mirábamos las estrellas, todas esas risas, todos esos enojos... esos besos? Yo simplemente no podía. Pero debía hacer lo que él, seguir, hacia adelante, con la frente en alto. Eramos dos desconocidos, con un recuerdo común. Sólo eso.

En cuanto a mi familia; mi relación con papá cada vez se volvía más difícil. Aún no podía perdonar que nunca me hubiera dicho que mamá era alcohólica. Y como si fuera poco, Marcie ahora vivía con nosotros en casa, con su adorada hija Céline, que por cierto era amiga de Charlotte. Y de mi madre no sabía mucho, ella no llamaba. A veces me ocupaba de pasar horas hablando con alguno de mis tíos lejanos para saber en qué estado estaba ella. Y todo iba de mal en peor con su salud. Me molestaba que a papá eso le importara una mierda.

Por suerte, mi relación con Lily se había fortificado. Era como mi hermana, mi consejera, mi psicóloga. Tal y como era Harry antes.

Trataba de evitar el tema "chico rizado" en mi cabeza. Pero a veces no podía. ¿Cuándo fue que todo terminó exactamente? Aún no podía responderme esa pregunta. Y todas las palabras que él me había dicho estaban vagando por mi mente volviendo todo aún más difícil. Odiaba no tenerlo cerca, odiaba que yo le diera lo mismo, odiaba quererlo tanto. Odiaba que él lo supiera.

El ruido del chasquear de unos dedos frente a mí me despertó de mis pensamientos. Me sobresalté y sentí haber estado dormida mientras mi mirada se encontraba sobre el chico de cabello rizado. Sí, había estado todo este tiempo mirándolo. Me sentí avergonzada al escuchar la risa de Lily. Me encongí de hombros y la miré.

-¿Aún lo extrañas verdad?- dijo con esa dulzura que sólo ella tenía.

-No. No es a él a quién extraño. Ese no es él Harry que yo conocí. Ese no es el Harry que fue mi amigo. ¿Cómo podría extrañarlo?

-El Harry del cuál te enamoraste- me miró divertida.

-¿Qué? ¡No! Sólo eramos amigos- lo miré apoyando mi mejilla sobre mi puño- Muy buenos amigos- mi vista se nubló.

Escuché el sonido del agudo timbre resonar en todo el salón. Harry fue el primero en levantarse y salir por la gran puerta para encontrarse allí con una pelirroja de ojos azules. Lo vi dar una palmada en el culo de ésta y sonreírle de una forma provocadora. La chica se sonrojó y se mordió el labio viéndolo fijamente. El rizado rió y le chifló a otra chica rubia que pasaba frente a él, sin importarle la presencia de la pelirroja a su lado. "Promiscuo" pensé algo furiosa. Tomé mis apuntes y los guardé para retirarme del salón.

Harry seguía apoyado en la puerta obstruyendo el paso para salir de allí. Intenté pasar desapercibida por algún espacio libre, pero no. No cabía por ningún lado. Lily venía atrás mío, esperando que yo haga algo primero. Ella seguía con ese miedo a los "populares" mientras que yo los pasaba por alto. Bueno, no a todos exactamente.

-Córranse- dije fría.

Harry suspiró y giró a verme. Quizá no debí mirar sus ojos. Me manipulaban, me intimidaban, me hacían sentir el ser humano más vulnerable sobre el planeta. Tragué saliva y desvié mi vista de sus orbes verdes. Rodé mis ojos y bufé al ver que no respondían a mi orden.

-¿Y tu quien eres para darle órdenes a Harry?- dijo un castaño de ojos color miel. Mirándome asesinamente, como siempre defendiendo a su líder. Patético.

-Vaya, no sabía que ahora Harry tenía guardaespaldas- Posé mi mano en mi cadera derecha.

-Te sorprendería saber todo lo que no sabes de mí, gatita- me giñó un ojo el rizado mientras pasaba su brazo por detrás de la cintura de la chica de ojos azules.

-Pues yo creo que a todos les sorprendería saber todo lo que en verdad sé de ti. Es más de lo que recuerdas- dije alzando una ceja.

El no respondió nada, al parecer mi comportamiento le había afectado. Por que sabía que era verdad, sabía que sabía sus secretos.

-Ahora muévete pedazo de imbécil- dije irritada.

El castaño de ojos miel abrió la boca para decir algo, pero Harry lo detuvo con una mirada.

-Es mejor tener cuidado con ella. ¡Es americana, amigos! Es peligrosa- se burló.

Revoleé mis ojos y cedí el paso con la frente en alto y moviendo mis caderas de forma más exagerada, expresando mi victoria.

-Bueno... nada mal las americanas- me miró de arriba a abajo un moreno de ojos grises al cual creía conocer. James, si mal no recuerdo.

Harry soltó un poco a la pelirroja y le susurró algo en el oído a James haciendo que éste retroceda algo atemorizado.

RudeBoy |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora