La noche caía en la ciudad de Londres. Un aire fresco recorría las calles y las estrellas brillaban más de lo normal. No podía admirarlas sin que una imagen de Rebecca apareciera por mis pensamientos. Me odiaba por eso. Me odiaba por no poder sacarla de mi mente. Odiaba necesitarla, porque no podía tenerla.
Sacudí mi cabeza borrando eses absurdos pensamientos y volví a concentrarme en mi reflejo en el espejo. Alboroté un poco más mi cabello y lo levanté hacia arriba. Como siempre, me gustaba lo que veía. Y no demoraba nada en lograrlo. Sonreí.
Esa noche debía pasar por Charlotte y Michelle, dos hermosas chicas que me acompañarían a una fiesta en casa de James. Solía organizar buenas fiestas, de hecho, las mejores. Claro que siempre contaba con mi ayuda para hacerlo. Era por eso que teníamos tanto prestigio entre los chicos del Instituto, además de ser los más apuestos y deseados del mismo.
David Guetta sonaba fuerte a través de los enormes parlantes en el jardín de la gran casa. Un inconfundible olor a alcohol reinaba en el ambiente y cientos de adolescentes en busca de complacer a sus hormonas se encontraban bailoteando con sus cuerpos pegados a los de hermosas chicas que no les importaba usar esa corta ropa, mostrando su cuerpo.
-Hey Haz- dijo Louis sosteniendo de la cintura a una morena de cabello largo, realmente hermosa, y un vaso de bebida en su otra mano.
Chocamos nuestros puños en forma de saludo, me dispuse a conversar con él un buen rato, pero algo me distrajo.
Distinguí de entre la multitud la silueta de una rubia de cabello corto y ondulado, por encima de los hombros. Venía acompañada de un chio de cabello rubio. Traté de buscar con la mirada a Becca. Lily era su mejor amiga, no me sorprendería que estuvieran juntas aquí. Pero no la veía.
-¿Estás esperando a alguien en especial?- se burló Louis sin importarle las dos chicas que se encontraban junto a mí.
-¿Para qué? Si tengo a estas dos hermosuras conmigo por esta noche- las miré seductoramente.
Louis me miró con esa típica expresión que decía "no te creo ni mierda". Pero preferió ignorarme y volver a lo suyo con la morena.
Una canción movida empezó y aproveché la ocasión para tomar con cada mano a una de las chicas. Ellas bailaban conmigo, o más bien, para mí. La lujuria y el deseo en sus ojos me hacía llenarme de orgullo. Me gustaba causar ese efecto en las chicas.
Después de todo, ¿qué más podía pedir? Tenía amigos, fiestas, alcohol, chicas para elegir.
Realmente la estaba pasando bien. Supongo que necesitaba un par de copas para sacarme un poco de la cabeza todo aquello que me tenía preocupado. ¿Y qué mejor que una buena fiesta con buenas perras para olvidar?
Mis sonrisa se esfumó cuando entre baile y baile giré sobre mi eje, algo pasado de vuelta, y me encontré con una chica que me dejó estático.
Rebecca, para ser más exacto. Ella se encontraba parada sola a un costado de lo que se había definido como pista de baile. Lucía un corto short de jean con algunas tachas y deshilachado, una camisa azul sin mangas atada en un nudo por encima de su ombligo. Su cabello, largo y suelto cayendo por encima de su cintura, como siempre, con algunas ondas en las puntas.
No quería buscarla pero maldición, ella de verdad se veía tan hermosa que dudaba poder resistirme. Sin contar con el hecho de que había tomado alcohol.
-Esa americana arde en llamas, amigo- dijo la voz de James, quién me abrazaba por detrás de mis hombros con un brazo y miraba en la misma dirección en la que yo.
-Sigues mirándola así y no vivirás para contarlo- dije apretando los dientes- Creí habértelo advertido antes, duende.
Me separé de él y me encaminé en dirección hacia la castaña. Ella miraba su móvil con el ceño fruncido. Estaba sola. Mis impulsos siempre terminaban ganándome cuando se trataba de Rebecca. Ni siquiera sabía qué iba a decirle cuando la tuviera en frente, ella me odiaba y yo fingía hacerlo también. Pero la necesitaba. Y estaba seguro que mi cobardía no me hubiera permitido acercarme, pero el alcohol me daba el valor y no podía negarme a eso. Nunca pude ser capaz de ignorar mis impulsos.
Estaba apenas a unos pasos de distancia de ella, cuando vi a alguien acercándose más rápido que yo, entregándole un vaso de bebida en su mano.
Me quedé inmóvil, sentí mi corazón estrujarse y mis ojos humedecerse.
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RudeBoy |H.S|
FanfictionEl chico rudo, el peligroso, el que jamás se enamora. ¿Habrá alguien capaz de demostrar lo contrario? ¿Habrá alguien capaz de sacarle la mascara? Adaptada creditos a la autora.