Era pasado el medio día y Edmond estaba en su despacho revisando los libros contables, al parecer todo estaba en orden ya que, su fortuna se había incrementado en los últimos años y había logrado codearse con la elite de toda Inglaterra donde lo conocían como el "joven prometedor"; y si todo seguía viento en popa, seria no solo miembro de la cámara de lores,si no uno de los mas importantes en la corte.
Todo parecía que le estaba saliendo de maravilla, aunque después de lo que paso con su madre creyó que la sociedad le daría la espalda, como siempre, supo cambiar la moneda a su beneficio... Claro que se llevó a varios entre las patas por no mencionar a algunos. Se quedo pensando en todo lo que había sucedido desde entonces cuando unos golpes en la puerta lo sacaron de su trance.
-Su excelencia tiene una visita- dijo Mary.
-Te dije que no quiero nada de visitas, estoy ocupado- le espeto Edmond.
-Lo sé milord, pero es el duque de Kent. -Decía una nerviosa ama de llaves.
-¿Qué?
Edmond no imaginaba el porqué de la visita del duque, no era común que la realeza se apareciera sin anunciarse, y un mal presentimiento se atoro en su garganta mientras salia inmediatamente de su despacho para recibir al duque.
EL ama de llaves estaba tan nerviosa, nunca se imaginó que podría ver a algún miembro de la realeza en persona, no supo que hacer, así que lo paso a la sala de estar de su señor quien llegó a los pocos minutos de haberle anunciado su visita dándole ordenes de traer té.
-Su majestad- dijo Edmond dando una reverencia- que honor el tenerlo de visita, por favor adelante esta es siempre su casa cuando guste.
Charles Melbourne-Wickham duque de Kent y primo favorito de su majestad el rey, fue nada más ni nada menos que compañero de estudios de su padre y aunque no eran grandes amistades, se podría decir que entre ellos hubo una gran camaradería a demás de negocios en común. Era un hombre de unos 56 años muy bien conservado, de apariencia amable pero se decía que era mejor tenerlo de amigo, no por nada era el general de las fuerzas armadas de la corona y unos de los consejeros de su majestad el rey Guillermo.
-Pero mira nada más, si eres la viva imagen de tu padre pero... más vigoroso- decía el duque mientras lo rodeaba para poder verlo mejor- mi estimado Weilburg ahora sé por qué todos están tan fascinados con usted.
-Su señoría me honra con sus palabras, en que puedo servirle, me pongo a sus ordenes- dijo Edmond.
-Me alegra ver que tienes disponibilidad; veras mi amado y querido primo el rey y yo, hemos escuchado los rumores que corren en la corte- Charles se dispuso a sentarse y le hizo una señal para qué Edmond se sentara frente a el- de que hay un joven con mucho potencial para escalar en la cámara de lores, y procedente de una de las familias más respetables y antiguas de todo Inglaterra, ¡vaya la sorpresa que nos llevamos al saber que era el hijo de nadie más que lord Rupert Graham ,mi ex compañero de estudios!
-Le aseguro su excelencia que desconocía tales rumores- dijo con sincera modestia Edmond.
-Muchacho, muchacho, muchacho; en realidad ¿eres todo lo que dicen de ti? - dijo el duque.
-No estoy muy seguro de lo que podría ser mi lord.
-Que eres excelente administrador, de una reputación intachable, enorme intelecto e implacable en los negocios, y por decir también de los rumores que es el más cotizado de los partidos por las casaderas y sus matronas.
-Le garantizo que toda mi dedicación es para mis responsabilidades con el ducado y lo demás... buen usted ya lo dijo son cosas de damas. - dijo mientras se decía mentalmente que era un horror teniéndolas tras de él.
-ja, ja ja, y modesto además, pues bien iré directo al grano lord Weilburg- dijo cambiando su divertida cara por una más seria- hemos analizado su situación y estaremos más que encantado de tenerlo en la corte y ademas de la cámara de lores claro, si es que así lo desea usted.
-Seria el mas grande honor para mí su excelencia- dijo entusiasmado Edmond.
-Si por supuesto que lo es... pero hay solo un detalle que recalcar.
-¿Cual es excelencia?- y ahi estaba de nuevo, ese presentimiento en la mente de Edmond.
-Es soltero Weilburg, y eso nos pone en un pequeño inconveniente, nada que no se pueda solucionar- le guiño un ojo picaramente.
Edmond se quedó pasmado ante el comentario del duque de Kent, algo le decía que no podría librarse de lo que seguía.
-No entiendo como eso pueda ser un problema su majestad.
-Vera ya esta usted en edad para sentar cabeza, además el "imperio" que ha logrado hacer, por llamarlo de algún modo, no siempre estará bajo su tutela; tiene que tener un heredero para que continué su trabajo, además un caballero de abolengo como usted lo es, solo podrá consolidarse dentro la política si dejan de verlo como una presa para cazar.
-Creo que no estoy entendiendo, mi señor- Edmond estaba más que confundido, que tenía que ver una cosa con la otra.
-Bueno el rey me ha mandado para informarle que si usted desea incrementar y mantener los privilegios de los que goza y ganarse un lugar en la política de su país; tendrá que casarse en un plazo de un año y con una joven que provenga también de una familia excepcional como la suya.
-PERDONE, PERO ¿COMO DIJO?!!
-Ya me escucho lord Weilburg tiene un año para encontrar una esposa de lo contrario ya sabe cuales serán las consecuencias.
-Mi señor no creo que esto sea lo correcto, mis facultades nada tienen que ver con mi estado civil- estaba mas que molesto por lo que querían hacerle, y no midió sus palabras.
El duque de Kent se levanto de un brinco y comenzó a gritarle.
-¡¿Acaso dice ustedes que su majestad se equivoca?!
-En lo absoluto excelencia es solo que no me imagine que así fueran los deseos de su majestad el rey- dijo teniendo que agachar la cabeza muy a su pesar.
-Entonces ya todo se ha dicho pasaré su ofensa de largo, lo tomaré como que es la conmoción a lo antes mencionado, así que mas vale que se apure joven Duque de Weilburg, ansiamos verlo pronto en la corte. - y sin mas se dirigió a la salida dejando a Edmond en shock.
-Casarme yo, ¡¡¡JAMÁS!!!- se dijo para sí mismo.
Claro, era su palabra contra la monarquía Inglesa. ¡por un demonio! podría perderlo todo y de nuevo seria por culpa de una maldita mujer.
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El Duque de Hielo (1° Saga corazones traicionados)
Fiksi SejarahEL DUQUE DE HIELO La vida del duque de Weilburg no había sido nada fácil desde que murió su padre; había descubierto que no podía confiar en nadie, ni siquiera en la persona que se suponía debía protegerlo y amarlo. Desde ese momento se obligó a con...