Capitulo 23 (editado)

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La lluvia golpeaba su ventana con violencia y los truenos iluminaban la habitación, provocando sombras fantasmagóricas por todos lados. Emilia estaba prendiendo una vela cuando la ventana se abrió de golpe permitiendo que las gotas de lluvia mojaran el piso de madera , así que se apresuró a cerrar la ventana, pero de nuevo, el espectáculo de las luces en la oscuridad de la noche la impresionó hasta que una luz iluminó su espalda; Emilia sé giro solo para encontrarse con el fuego que incendiaban la entrada de su habitación y la desesperación la invadió rápidamente, no sabía que hacer, así que  camino hasta la ventana temiendo a lo que vería si se asomaba, y no se equivoco. 

Agua, agua por todos lados... ella lo sabia, sabia lo que pasaría después, de nuevo, el calor del fuego comenzaba a alcanzarla, y de nuevo,  sintió que alguien la sujetaba de una mano; no quería mirar por que sabia lo que encontraría, así que cerro con fuerza los ojos para evitar ver a su padre ardiendo frente a ella.

-¿Que haces? ¡salta!- escucho la voz del hombre, pero esta vez no era la de su progenitor.

Emilia abrió los ojos de golpe solo para encontrare con él frente a ella,  igual de alto y vestido con el mismo traje de medieval que uso en el baile, con esos ojos azules, su voz grave, y su cínica sonrisa ; entonces lo vio saltar al agua, perdiendo el antifaz en el chapoteo, pero estaba tan oscuro, que solo podía ver su silueta flotando cuando los rayos iluminaban el cielo,  y la luz del fuego era débil por el intenso humo.

-Que esperas pequeña ladrona, salta yo te atrapare, te salvare.

 Sin pensarlo dos veces Emilia salto... la sangre le hervía en las venas,y  sentía el agua en sus pulmones, intentaba nadar hacia la superficie pero no podía, cada vez se hundía más y más; pronto dejo de luchar, permitiría que el mar la tragara... sus gritos de terror eran callados por la densidad del mar, estiraba los brazos pero todo parecía inútil.  En un ultimo vistazo, Emilia vio una sombra que nadaba hacia ella, ¡era el hombre enmascarado! que con firmeza la tomo de la mano para llevarla hacia la superficie, donde ambos dejaron que el aire llenara sus pulmones. Ella se aferro al hombre con todas sus fuerzas y este la rodeo con sus brazos haciendo la sentir segura y a salvo.

-Te dije que te salvaría torpe- Emilia alzo la cabeza para mirar al fin a su caballero enmascarado, su salvador su... pero... no puede ser... ¡TU!.

EN OTRO LUGAR.......

El salón estaba abarrotado, las parejas bailaban en la pista y Edmond seguía buscando sus amigos por todos lados,pero al parecer se los había tragado la tierra; camino por la pista de un lado a otro esquivando la multitud, se sentía sofocado, así que, decidió irse al balcón para que la brisa de la noche refrescara sus pulmones, fue entonces cuando la vio... 

Era esa pequeña dama ataviada con su hermoso vestido azul... las mangas que le caían ligeramente por los hombros, su largo cabello castaño cayéndole rebelde hasta la cintura, con sus grandes ojos marrones bajo su antifaz blanco, misteriosa y etérea, llamándolo con su delicada mano y atraiéndolo como una sirena al mar. Edmond comenzó a caminar hacia ella,pero antes de alcanzarla en el barandal del balcón, la vio salir corriendo hacia el jardín dejando una estela de ese olor a flores tan exquisito que le provocaba el más pecaminoso deseo.

-¡Ven  ha atraparme!- le decía entre risas melosas.

-¡Oh, si que te atrapare petite coquine!

 Edmond corría tras de ella,pero antes de atraparla, ella desaparecía entre los rosales, hasta que la alcanzo en la enorme fuente de tritón que había en el centro. La sujeto por la espalda y la acerco a su cuerpo, dejo que su perfume invadiera sus sentidos y que su sedoso cabello acariciara su rostro.

-¡Al fin mon chéri!- le dijo con una voz suave; pero algo llamo su atención y era la fuente   a sus espaldas... la misma fuente del jardín de su madre.Cuando reconoció el lugar, soltó a la mujer con brusquedad para observar todo alrededor solo para descubrir, que efectivamente, se encontraban en el jardín de su madre.

-¿Chéri? ¿a donde vas?- Edmond sintió la mano de la mujer en su brazo- ven conmigo- le dijo en tono sensual. No puedo resistirlo y camino junto a ella hasta quedar sentados en la fuente; al fin iba a probar la dulce miel de sus labios cuando unas risas en otra parte lo distrajeron.

 - Amour besame- le pidió la mujer, pero las risas seguían distrayendolo, hasta que al fin pudo reconocer de quienes eran.

-Edmond- la mujer lo sujeto de nuevo- no vayas, quédate conmigo.

-No puedo tengo que matarlos- dijo soltandose de ella.

- ¡Oh, Maurice mi amor!- escuchaba a su madre llamando a su amante.

-Lilian al fin juntos.

Una vez más, Edmond sintió la furia renacer en su interior, ahora si los mataría; intento ir hacia ellos pero la mujer volvió a aferrarse  a el abrazándolo por la espalda y besando su hombro.

-Quédate conmigo, yo te salvare-.

Sus palabras lo hicieron detenerse, se sentía extraño, y poco a poco la ira comenzaba a apagarse, era como si toda la vida hubiera esperado escuchar esa palabras; se giro hacia mujer y la vio sacarse el antifaz.  Edmond quedo fascinado con ella, que le regalaba la mas bella imagen de su rostro, sus largas pestañas, sus labios rojos, sus perfectas cejas, la suavidad de su piel;¡por dios! la deseaba tanto que sus labios le pedían a gritos poseer su boca hasta robarle el aliento, era tan hermosa tan perfecta... su sonrisa era tan sincera, tan tierna... ¡como había deseado verla sonreír en el muelle!...¿muelle?... ¡QUE!

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Ambos despertaron inquietos y sobresaltados al darse cuenta que soñaban la persona del muelle, y por un momento, tanto Edmond como Emilia, creyeron que era su pequeña aventura de Francia pero la sorpresa que se llevaron fue enorme... ¡pff! que los habría llevado a soñar a esas persona, si tan solo fue un pequeño encuentro, algunas palabras cruzadas y ya, ademas ambos recordaban la mirada de enfado que se dedicaron el uno al otro y el modo tan grosero en que habían sido tratado... ¡pero que tontería!

-Yo soñando con ese (a) salvaje sin educación, ¡JAMAS!

Dijeron al mismo tiempo,sin ser conscientes de ello; los dos  se volvieron a comodar entre las sabana de la cama; cerraron los ojos e intentaron conciliar de nuevo el sueño,pero ninguno de los dos tenia idea del cataclismo inminente que la vida les tenia preparada...

El Duque de Hielo  (1° Saga corazones traicionados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora