Muy buenas tardes y felicidades a todas las madres del mundo, que pasen un lindo día y que les regalen mucho amor sus hijos y ustedes a sus madres también; este capitulo esta extendido, por lo que espero ver sus comentarios y votos en mis notificaciones ¡saludos y mil besos!
Emilia llevaba 20 minutos frente al tocador arreglando su cabello con torpeza, pues su atención estaba concentrada en el extraño sueño que había tenido la noche anterior;y es que era la misma pesadilla de siempre pero esta vez diferente, y fue muy extraño,pues el hombre que vio parecía ser el enmascarado de Niza pero al final resulto ser ese desagradable hombre del muelle, bueno algo tenían en común, ¡que los dos eras unos brutos salvajes!
La ultima vez que había pensado en ese caballero, fue cuando aun tenia 14 años, así que, cerro los ojos intentando recordar esa noche en Niza, mas específicamente al hombre enmascarado, por que necesitaba recordar alguna seña o gesto que pudiera ayudarle a diferenciarlo del idiota ingles, pero por desgracia, no recordaba nada, solo su gallarda postura y el calor que sintió entre sus brazos.
Corinna estaba acomodándose las correas de cuero en su muslo mientras veía a su hermana perdida entre sus pensamientos, y por lo que escucho en la noche, se daba una idea en que lo hacia.
-Crees que los unicornios ya estén listos, espero que el cochero sepa tratarlos, ¿no lo crees Milly?- le pregunto a Emilia mientras se encaminaba a la puerta.
-Si por supuesto- contesto Emilia sin darse cuenta que su hermana le había jugado una broma, hasta que la escucho reír a carcajadas.
-Hay hermanita hermanita,sera mejor que te bajes de la nube en la que andas y te apures antes de que nuestro primo se arrepienta.
Emilia contemplo el rubor en sus mejilla en el espejo del tocador pero decidió ignorar lo hasta que después de 20 minutos de andar en la calesa ya no pudo soportar la mirada burlona que le hacia su hermana en cada momento que podía, y antes de que Ingrid comenzara a preguntar decidió romper el hielo.
-¡No puedo creer que Collin nos haya dejado salir solas a conocer Londres!, me siento tan libre, ¿ustedes no?- decía con alegría exagerada Emilia.
-Por mi me quedaba en la casa- dejo Corinna.
-¿Por que dices eso? ¿No te estas divirtiendo con nosotras?-pregunto lady Ingrid.
-No es eso, es que termino muy adolorida cuando camino mucho con esta cosa, aparte, no me gusta que la gente me observe.
-Es tu culpa, si la usaras mas seguido ya te hubieras acostumbrado, ademas no eres la única mujer que cojea y usa un bastón para apoyarte.
-Pero si soy la única joven, mejor regresemos a la casa, aquí hay mucha gente- hablo con incomodidad Corinna.
-Eres una aguafiestas hermanita, se me hace que lo que tu quieres es regresar a la casa de marques para poder encontrarte con el guapo vizconde.
-¡Por supuesto que no!, la verdad ni siquiera es tan atractivo como dicen ustedes dos... mejor por que no me dices con quien estabas soñando noche, ¿acaso en sueños eres una libertina hermanita?
-¡Estas loca, no se de que hablas!
-¡Ah no sabes!, pero si estabas "no me sueltes" "abrázame" "muak, muak y mas muak"- decía Corinna a su hermana aventando besos al aire.
-¡Mentirosa!
-¡No tu eres la mentirosa!
-Niñas ya basta, no pelen- las regaño su Institutriz y amiga- Emilia y Corinna von Hallen dejen de comportarse como unas niñas que así no las he educado; mejor disfruten de la vista- les dijo señalando el parque- a lo mejor aquí encuentran a el amor de su vida.
-Pues si todos los hombres ingleses son como el bruto del muelle entonces prefiero regresar a casa.
-¿El que te dijo torpe y tartamuda hermanita? pero si a mi parecer es muy simpático y sincero- le saco la lengua a su hermana.
-¡Corinna compórtate!- una vez mas regaño a la chica, después se dirigió a la otra hermana- Emilia si mal no recuerdo ese hombre te defendió del conde,así que no creo que ningún hombre que fuera bruto lo hubiera hecho- termino de decir Ingrid.
-¡Ash! es que tu no viste como me miraba... como si yo fuera un bicho raro-replico Emilia.
-¡Oh hermana amor a primera vista!, bueno...en tu caso amor a primer insulto- se burlo Corinna.
-¡Mira Ingrid! eres una odiosa Corinna.
-Suficiente, se te olvida Corinna que el vizconde no dejaba de mirarte como si fueras un bocadillo- le guiño un ojo Ingrid- y Emilia yo vi como mirabas al caballero de reojo así que mejor no sigan discutiendo por que ambas tienen cola que les pisen.
-¡Ingrid!-dijeron ambas hermanas indignadas, pero Emilia no se iba a dejar de su amiga.
-Pues si de recuerdo hablamos querida lady Briest, yo recuerdo a cierto caballero babeando y devorándote con la mirada- el comentario de Emilia cumplió su objetivo por que la cara de su amiga se torno de un rojo intenso.
-¡Es verdad!, mira te has puesto roja,creo que la que tiene mas cola que pisar eres tu querida Ingrid, que tal y al fin encuentras a quien amar otra...- no pudo terminar Corinna por que su hermana la hizo callar.
Ingrid agacho la cabeza para ocultar las lagrimas que amenazaban con salir de sus ojos, había recordado el día que conoció a Orban, y lo feliz que había sido ese día, cuando todo su mundo era tan perfecto, antes de que le hubiera arrebatado todo.
-¿Ingrid?- dijo Corinna tomando sus manos- perdóname no fue mi intención recortarte a tu ...- de pronto la calesa en la que viajaban se inclino a un lado, sacando les un grito de susto a las tres mujeres. El cochero les grito que una de las ruadas se había partido , ¡gracias a dios! iban a baja velocidad, de otro modo pudo haber sido fatal .
-Señoritas se encuentran bien, no se muevan o la rueda podría terminar de partirse, las ayudare a bajar.- pero el movimiento del cochero provoco que la calesa se inclinara aun mas provocando un nuevo grito de susto en las tres mujeres.
-¡Tranquilas!, yo les ayudare no se muevan.
Emilia observo al hombre que se acercaba montado en un hermoso corcel, con un elegante traje de montar y unos ojos tan azules como... los de ¡El!
MUCHACH@S NO ME MATEN POR ESTO!!!
SALUDOS Y BESITOS A TODOS....
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El Duque de Hielo (1° Saga corazones traicionados)
Historical FictionEL DUQUE DE HIELO La vida del duque de Weilburg no había sido nada fácil desde que murió su padre; había descubierto que no podía confiar en nadie, ni siquiera en la persona que se suponía debía protegerlo y amarlo. Desde ese momento se obligó a con...