La mañana del día siguiente fue tan desconcertada y sorpresiva para todo Londres, que no se creía lo que decía el obituario del periódico " Reconocido duque mata a golpes a respetable conde, ¿Culpable o Inocente?"... la alta alcurnia y nobleza estaba muriendo de la curiosidad por saber si era verdad o no y en como la corona reaccionaria ante inquietante hecho, el Joven - pero ya respetado y temido- Weilburg en custodia por asesinato. No era un secreto que el rey mismo hubiera solicitado la presencia del duque en la corte, no por nada las madres de las jóvenes estaban como locas ideando un modo de comprometer a sus hijas con el... pero ¿Que pasara ahora? nadie lo sabia...
-¿Alguien me puede explicar, que es esto?- Eppson lanzo una copia del periódico hacia sus asistentes- acaso no deje en claro que quería total discreción en este asunto al igual que todos los demás.
-Y así lo hemos hecho señor, nadie a entrado ni salido del área de prisioneros.
-Y¿ que diablos hace la prensa afuera entonces?
-No lo sabemos señor.
-Quiero extrema vigilancia, nadie entra ni sale de esta estación sin que yo lo sepa, quiero a dos hombres custodiando al duquesito, nada de visitas de nadie... y si el vizconde de Chester o el barón de Arlongford hacen gala de su presencia ¡NO ESTOY DISPONIBLE! ¿ENTENDIDO?
-Si señor- dijeron los cuatro hombres al detective.
-Connor vendrás conmigo, iremos a la residencia de Weilburg .
En la mesa del marqués estaban ya todos listos para tomar el desayuno, para desgracia de Emilia tuvo que sentarse junto a lady Polette, que al parecer habia amanecido de muy mal humor; los sirvientes acarreaban bandejas de comida y jarras con zumo de naranjas y teteras con café y té... al menos debía agradecer que todo estuviera delicioso,por que de otro modo soportar a la odiosa esa y de pilón con horrible comida, no era lo que esperaba después de haber soñado toda la noche con su deseado tormento.
-¡Por los clavos de cristo!- dijo el marqués con voz incrédula mientras leía el periódico- tiene que ser una broma.
-¿Que es padre?- hablo Polette mientras le arrebataba los papeles de las manos a su padre- ¡¿QUEEEE?! no puede ser, padre esto es horrible.
Los invitados de lord Walter se miraban unos a los otros curiosos ante la reacción del hombre y su hija.
-Padre tiene que hacer algo, debieron equivocarse de hombre.
-Wanda, que alisten el carruaje, salgo para la central de policías- Walter se levanto sin importarle que derramara el café sobre la mesa.
-Yo iré con usted- Decía Polette imitando a su padre.
-No tu te quedaras aquí, y no me desobedezcas, esto no es para tu capricho, si es verdad esto traerá graves consecuencias; a Charles no le va a gustar nada de esto.
La preocupación del hombre y la reacción de Polette hicieron que Corinna olvidara sus modales de no hablar amenos de que se le incluyera en la platica- Marqués, perdone mi intromisión pero ¿ha pasado algo malo?
-¡Corinna!, no creo que sea de nuestra incumbencia saber los asuntos de lord Walter- dijo Collin.
-Algo muy malo lady Corinna, muy malo- le paso el periódico a Collin y enseguida se retiro de la mesa sin ninguna educación y seguido por su hija que no paraba de hacer berrinche.
-¿Que es lo que ha pasado primo? ¿por que tanto escándalo?
Collin leía asombrado y a la vez encantado con cada palabra de la noticia principal, una vez mas parecía que dios lo estaba ayudando... el duque ese ya no seria un inconveniente.
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El Duque de Hielo (1° Saga corazones traicionados)
Ficción históricaEL DUQUE DE HIELO La vida del duque de Weilburg no había sido nada fácil desde que murió su padre; había descubierto que no podía confiar en nadie, ni siquiera en la persona que se suponía debía protegerlo y amarlo. Desde ese momento se obligó a con...