Capítulo 2

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Me acerqué –volviendo a plantar la misma sonrisa manipuladora en mi rostro- y me senté frente a él.

Sorprendentemente, el tipo ni siquiera me miró.

Lo observé esperando a que notara mi fija mirada sobre él, pero no hubo caso.

El miraba sus manos, dónde jugueteaba con una sortija de oro.

«Así que eres casado. Marcie definitivamente tú tienes un radar para estos tipos»

-¿Se te ofrece algo?- preguntó el hombre con voz áspera y varonil, pero sin mirarme.

-Esa pregunta debería hacerla yo- le dije irracionalmente a la defensiva.

-Pues no. No necesito sexo, puedes marcharte por dónde viniste- me aconsejó.

Lo fulminé con la mirada. Me daba rabia que no me viera a los ojos por lo que en vez de irme, sólo me limité a responder con una pregunta.

-Vaya autoestima. ¿Quién dijo que yo iba a darte sexo?

De hecho, mi “trabajo” sólo era pasión por el baile y ambición por el dinero. Una extraña pero poderosa combinación que me llenaba de vida. El sexo no era parte de aquello.

El tipo sonrió con tristeza y luego me miró,… y en ese momento decidí no haber deseado que lo hiciera anteriormente. Su mirada verdosa y cristalizada por las lágrimas me hizo reprimir un estremecimiento involuntario.

-¿Qué te sucede?- pregunté con seriedad y frunciendo el ceño. No me importaba parecer entrometida, de hecho, lo curioso es que me preocupaba de alguna extraña manera el estado de aquel tipo.

-Mi esposa… -dijo él observando la sortija- quiere el divorcio.

Lo miré intentando ocultar la pena.

¿Qué mujer sería tan estúpida como para dejarlo? Aquel hombre era realmente atractivo. No tenía más de treinta años, tez pálida, ojos verdes y cabello castaño. Sus anchos bíceps revelaban horas de trabajo en el gimnasio pero aun así su mirada seguía perdida,… como si estuviera recordando algo que le dolía.

-Soy _________- dije sin pensarlo y luego me arrepentí.

No dar tu nombre en aquel lugar era crucial.

-Harry- se presentó él con otra sonrisa nostálgica y acercó su mano a la mía.

Extrañada, la estreché y el primer contacto me reveló que su piel era más suave de lo que yo esperaba.

«Hey hey hey, ¿en qué diablos estas pensando? Que pida un trago y al diablo» dijo una vocecilla en mi interior.

«Míralo, parece devastado» susurró mi consciencia.

-Y dime Harry- dije con suavidad- ¿tu esposa está ciega o tiene problemas mentales?

El rió secamente.

-Simplemente se ha dado cuenta de que no soy suficiente para ella.

Lo miré atónita.

-¿Estas casado con Angelina Jolie? ¿O quizá con Pamela Anderson?

Mi intención era bromear, pero para el increíble atractivo de Harry, incluso era probable que pudiera haber salido con alguna de aquellas dos semejantes mujeres.

El negó con la cabeza sin mirarme. De nuevo.

-No veo porqué no seas suficiente para ella- solté antes de poder arrepentirme- está chiflada.

«¡Ya cállate! ¡el dinero! »

-Gracias.

Me observó y desvié la mirada incómoda. Por alguna razón sus grandes ojos verdes me intimidaban. Oh oh… un momento, ¿de dónde sale esa actitud, ________?

-¿Vas a pedir algo?

-Supongo que te debo una por intentar mejorar mi estado de ánimo.

Reí sarcásticamente.

-No he intentado nada, simplemente te he dicho la verdad.

El sonrió y yo por primera vez en mi vida, sentí como mis mejillas se acaloraban.

One and Only {Harry&tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora