Capítulo 22

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____________ se puso el cinturón de seguridad, y respiré aliviado.

Todo el nudo de nervios en mi estómago se esfumó por un instante y la sentí segura, junto a mí.

-¿Qué ha sucedido?- le pregunté mientras ponía el motor en marcha.

Ella me miró y supe que estaba buscando las palabras.

-Uno de los guardias de seguridad quiso pasarse de listo.

Pisé el freno, y las ruedas chirriaron sobre la acera.

-¿Quién ha sido el hijo de…?- me interrumpió.

-Harry, cálmate.

Tenía las manos hechas puño sobre el volante.

¿Quién era el maldito bastardo que se había atrevido a acercársele?

-David. Es un flacucho depravado que está en la puerta principal de Anacks. No te preocupes por él, ya le he roto la mayoría de los dientes de una patada- me avisó con tranquilidad.

-No me preocupo por él, me preocupo por ti- le dije pensando en mil maneras de torturar a la basura humana de David. -¿Qué te ha hecho?- le pregunté y rogué que fuera una respuesta que no me hiciera ir por un rifle y meterle una bala en medio de la frente al hijo de perra.

-Nada, como ya te he dicho, sólo vino detrás de mi en el vestuario y quiso llevarme hasta afuera. Sólo eso logró. Luego lo pateé.

Suspiré y sonreí de mala gana.

Ella me miraba confundida, y sólo me limité a poner de nuevo el motor en marcha.

Vaya noche…

{Narras tú}

Suspiré resignada y observé mi zapato. Mierda.

Dos pares de zapatos hechos trizas en menos de una semana.

Harry manejaba relativamente tranquilo. Se que debería haberle dicho que David había intentado algo más que llevarme hacia el callejón, pero preferí no mencionarlo. Por su expresión, supe que era mejor calmarlo antes de que cometiera un homicidio o algo por el estilo.

Aparcó frente a casa y de repente, no quise dejarlo ir. Ni que él me dejara ir a mí.

Lo deseaba,… y tanto…

El silencio se hizo presente entre ambos, y lo observé de reojo. ¿Cómo es que se me hace agua en la boca de sólo verlo? Demonios, hay que tener suerte para cruzarse con un tipo como él.

Harry observaba fijamente el camino a través del cristal. Parecía sumido en sus pensamientos, era fascinante.

Fruncía el ceño y sus ojos se perdían en quién sabe qué, como si se aislara completamente de la situación.

Increíble poder de concentración, Styles.

De repente, tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos, llevándoselos a la boca, distraídamente.

El corazón me dio un vuelco mientras el besaba mis nudillos ya blancos de los nervios.

El calor de su mano envió descargas de electricidad a través de mi piel hasta zonas de mi cuerpo que preferiría no mencionar.

Desenfocó su vista del camino, y me miró.

Sonrió de lado y me derretí internamente.

Comenzaba a creer que él era totalmente consciente de lo que esa sonrisa causaba en mí.

-Gracias por traerme- dije entrecortadamente y me sonrojé.

Oh vamos… ¿acaso mis vasos capilares están de fiesta hoy? ¿Por qué demonios me ruborizo tanto ésta noche?

One and Only {Harry&tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora