{Narras tú}
Algo cálido envolvía mi cintura y se sentía bien.
Arrastré mi mano con pereza hasta mis ojos, sobándomelos suavemente.
Oh mi Dios…
¡Dormí con Harry!
Las imágenes de la noche anterior se proyectaron sobre mi mente, y suspiré complacida.
Él había sido tan… ¿intenso? No me lo esperaba, es decir, cuando conoces a un hombre atractivo, por lo general cruza por tu mente un “oh, éste debe ser bueno en la cama”. Pero con Harry… ¡diablos! Realmente superó mis expectativas.
Cruzó por mi mente la duda de con cuántas mujeres se habría acostado antes de mí. La suprimí inmediatamente sin querer conocer la respuesta.
Con la parte frontal de Harry pegada a mi espalda, intenté alzar la cabeza un poco para observar el reloj de la pared.
Las once y media. Jesús. Nunca me levanto tan tarde.
Harry se removió detrás de mí, inconscientemente buscando más contacto.
Mordí mi labio y deliberadamente me pegué más a él.
El rizado gruñó en mi oído.
Afianzó sus brazos a mi cintura y con sus manos recorrió mi abdomen suavemente.
Así que estás despierto, cariño…
Puse mi mano sobre la suya que se encontraba sobre mi vientre, y acaricié el dorso. Luego entrelacé nuestros dedos. Harry movió su mano dándome una caricia deliberada y luego la acercó hasta por debajo de mi pecho izquierdo. Se quedó inmóvil ahí, y por un momento creí que estaba intentando pasarse de listo, hasta que lo comprendí.
Tenía su mano sobre mi corazón y me acariciaba con su pulgar a la par de mis latidos.
«Oh no mueras, no mueras, no mueras.»
¿Cómo puede ser tan dulce? Diablos, mi pulso aceleró considerablemente y el soltó una risita. Me di media vuelta sobre el sofá, aun acostada y lo observé.
Ese look tan « ¿Qué tal? Recién me despierto y luzco tan caliente como un modelo playboy.»
Oh mi Dios.
Me sonrió y luego besó mi frente.
-Hola- musité con una sonrisita inevitable.
-Buenos días- dijo él en voz ronca y caliente.
Me quedé mirándolo durante unos cuantos segundos, sin poder despegar mis ojos de aquella ardiente mirada. Solté un jadeo y aparté la vista.
-¿Cómo dormiste?- le pregunté mirando el techo.
-Mejor que nunca- respondió y sin mirarlo percibí su sonrisa. – ¿Y tú?
-Bien, ¿te han dicho que pateas mientras duermes? –le pregunté con una risita y él me acompañó- eres muy inquieto- agregué capciosamente asegurándome de que entendiera el doble sentido.
Él volvió a reír y el sonido fue directo a mi bajo vientre. Ronco, sexy.
-No pateo- dijo al fin. –Un hombre necesita su espacio, ¿sabes? No es mi culpa que te pegues a mí.
Lo miré severamente.
-Puedo dormir en el otro sofá si quieres- bromeé y me aparté pero el me tomó por la cintura y me estrechó contra él.
Proferí un gemido bajo. « ¿Así es como me recuerdas que aun estamos desnudos?»
Él me observó fijamente y luego acercó su boca a la mía.
Sentí una suave y breve caricia justo en el hueso de la cadera y tragué en seco.
Éste tipo me matará.
Sus labios se encontraron con los míos mientras yo acariciaba su cabello con mi mano izquierda. Él mordió mi labio inferior y como automática respuesta tiré suavemente de su cabello.
Gruñó y sin liberar mi labio inferior rodó quedando encima de mí. Sentí como todo mi cuerpo cosquilleaba y despertaba ante la calidez y dureza del cuerpo de Harry.
Él dejó un regadero de besos desde mi mandíbula hasta la clavícula.
Instalé mis manos en su nuca mientras él besaba, mordía y acariciaba zonas estratégicas haciéndome soltar jadeos, gruñidos y gemidos.
(…)
-Qué buena forma de empezar el día- dije divertida mientras desayunábamos en la barra de la cocina.
Él soltó una risita.
-Opino lo mismo- murmuró y luego encendió el televisor.
No sé si fue el tono o la manera en la que lo dijo, pero tenía la intuición de que algo iba mal.
Dudé si debía preguntarle.
« ¿Te has acostado con él y aun no te sientes en confianza?»
-¿Sucede algo?- pregunté y le di un sorbo a mi taza de café.
Harry que tenía una tostada en la boca me observó, mordió y luego la hiso a un lado.
-No, ¿por qué?- dijo mientras tragaba y me pareció genuinamente sorprendido ante mi pregunta.
-No lo sé, estás algo… Hmmm…
-Distante, me lo han dicho- dijo divertido.
Fruncí el ceño, ¿quién te lo dijo? ¿La infradotada de tu esposa? –Me repite Zayn todo el tiempo. Él se carga mi peor parte del día.
Suspiré y me sentí estúpida por aquellos estúpidos e irracionales celos.
-¿No te gusta despertar temprano?- pregunté riendo porque ya eran las doce, y a eso yo no le llamaría «temprano».
-No es sólo por la mañana. No me gusta despertar, en definitiva- contestó él con una sonrisa. –Aunque si todas las mañanas son como ésta, estaría encantado…
«Y ahí estás, sabía que no te habías perdido Harry Pervertido.»
-¿Lo dices por que dormimos juntos o por lo que… sucedió hace rato?
« “¿Lo que sucedió hace rato?” ¿Desde cuándo tanta timidez, Liejett?»
-Ambos- contestó con una sonrisa tímida y volvió su vista a las noticias.
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No me odieeeeeeeeeen por tardar, mi semana fue un fiasco pero llegué con capítulos latente y curiosamente decisivos!