{Narra Harry}
Noté una sonrisa dibujarse en su delicado rostro mientras yo me estacionaba frente a la inmensa pantalla.
Luego de media hora de deliciosos masajes, me había decidido al fin a mover el culo y llevarla al bendito autocine.
Tal como era de esperarse un domingo por la noche, el lugar estaba semidesértico. Sólo había dos coches más, y uno de ellos parecía estar vacío.
____________ tomó mi mano y se la llevó a su regazo, entrelazando nuestros dedos. Sonreí al sentir la cálida piel de sus piernas.
Quizá no hubiera sido tan mala idea venir.-La película está por comenzar. ¿Quieres que vaya por palomitas y una bebida?
-Iré contigo- me dijo y se quitó el cinturón de seguridad.
Me bajé del coche y di media vuelta para encontrarme con ____________, quién volvió a tomar mi mano. Me aparté y ella me miró arqueando una ceja, entonces la atraje por la cintura y la tomé como prisionera contra mi coche.
Incliné el rostro besando la comisura de su boca y ella jadeó al sentir el prominente bulto en mis pantalones. Apoyé mi frente contra la suya y cerré los ojos por un momento.
Cuando volví a abrirlos me encontré con una intensa mirada gris almendrada fija en mí. Ella sonrió y llevó su pequeña y cálida mano a mi mejilla, acariciando con suavidad mis rasgos.
¿Cómo puede hacerme sentir así con tan solo mirarme?
Desde el principio me he sentido así, tan jodidamente frágil a su lado, pero intentando ser fuerte, porque se supone que soy yo quién debe protegerla. Pero ella simplemente… hace que todo el resto desaparezca.Cuando me inundó su presencia aquel día en Anacks, pensaba que estaba perdido.
Me sentía herido por que creía no haber sido suficiente para Becca, pero __________ me había demostrado que simplemente aquella mujer no había aprendido a valorarme y aceptar como era yo.¿Quién diría que terminaría enamorándome de una stripper?
-Estás sonriéndome como un tonto- dijo ella divertida, cortando el hilo de mis pensamientos. –Espero que tengas esa misma sonrisa cuando conozcas a mis padres- bromeó y se hizo a un lado, arrastrándome hacia el puesto de palomitas.
-¿Tus padres?- pregunté algo desorientado.
-Hace unos días mi padre se enteró de que estoy saliendo contigo.
Intenté mantener una expresión neutra, pero al parecer ella notó al instante que aquello me había puesto nervioso y alerta, por lo que rió.
-No le molestó la idea en absoluto. O al menos eso me dio a entender. Dijo que al menos no había escogido a un adolescente en plena pubertad.
Arqueé las cejas sorprendido.-Así que todo el problema se originaba en mis veintiséis años- comprendí yo, poniendo una expresión de circunstancia. Ella soltó una risita.
-Supongo que no mencioné el hecho de que aún sigues casado, pero eso se resolverá en un mes- dijo guiñándome un ojo y mordiéndose el labio. En un mes- pensé con alivio- cada vez faltaba menos para desprenderme de todo lo que me relacionará a Becca.
Se acercó al puesto, y el empleado la observó con descaro de arriba abajo.
Pese a que era de noche, el tiempo estaba bastante agradable, por lo que __________ sólo llevaba unos shorts de jean y una blusa con tirantes.El jodido bastardo no dejó de mirarla incluso cuando se adentró a la pequeña cabina, llenando una bolsa de palomitas.
Me adelanté unos cuantos pasos, y la tomé por la cintura.-Marcando territorio- dijo ella divertida entre dientes y yo clavé mi erección en su trasero. –Juegas con fuego, ya te lo he dicho- susurró excitada.
El empleado volvió a acercarse, con la bolsa de palomitas en una mano y las dos bebidas en otra. Me echó un breve vistazo y luego desvió la mirada para encontrarse con la de mi novia.
___________ sonrió y musitó un suave “gracias”, dejando el dinero en la mano del desgarbado muchacho. –Quédate con el cambio.
Se dio media vuelta demasiado rápido y sus pechos quedaron pegados contra el mío. Se mordió el labio alzando la mirada. Estaba provocándome…
Se hizo a un lado, y continuó su caminata hasta el auto.Tomé las bebidas y camine detrás de ella intentando no correrme con solo mirar ese perfecto trasero e imaginarme todo lo que podría hacer con él.
Una vez dentro del coche, notamos que la pantalla ya estaba mostrando los créditos principales, por lo que nos acomodamos en los asientos con las bebidas entre ellos.__________ se llevó un pequeño puñado de palomitas a la boca y observó atenta el título de aquella película. “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”. Vaya imaginación.
Luego de media hora, me encontré a mi mismo consternado y fascinado con aquella extraña historia. Al principio todo parecía ser normal.
Uno de los protagonistas había decidido espontáneamente faltar al trabajo y tomar un tren a una estación desconocida.
Allí conoce a Clementine, quién parecía ser una joven algo extraña pero bastante divertida. Comienzan una extraña y casual relación, cuando de repente, se enfoca al personaje principal, llorando.
Sin explicaciones, sin peleas previas.Observé durante un segundo a _____________ que miraba la película igual de concentrada que yo. Tenía el ceño ligeramente fruncido.
Volví la vista a la pantalla, sin antes tomar su mano. Ella aceptó el gesto cálidamente.
Finalmente, cuando la película terminó, _____________ suspiró y soltó un par de lágrimas. Hizo a un lado las bebidas y me abrazó.
-Oh… definitivamente ha sido la mejor y más extraña película que he visto- comentó con un deje vehemente en su voz. Acaricié su cabello y sonreí.
-La verdad es que te deja pensando…
-¿Te imaginas? ¿Qué sucedería si lo nuestro terminara mal y yo intentara borrarte de mi mente?- dijo más para sí misma y parpadeó considerando la idea. Luego hizo una mueca.
-¿Podrías olvidarme?
-Creo que aunque borraran todos mis recuerdos de ti no podría evitar sentir lo que siento cuando estamos juntos- murmuró y luego se sonrojó. –Mierda, ¿desde cuándo soy tan cursi?
Se secó las lágrimas rápidamente y solté una risita.-Me gusta cuando eres cursi- dije dándole un beso en la mejilla. Ella refunfuñó.
-¿Qué hora es?- preguntó distraídamente.
Tanteé en mi reloj.-Casi las once. Ahora si es mejor que te lleve a casa, cielo.
Hizo un pequeño puchero pero finalmente cedió.-En unos días se inaugurará el estudio de ballet- me recordó con una sonrisa emocionada mientras ponía el motor en marcha. Se la devolví.
Parecía tan entusiasmada en el proyecto que aquello ablandó mi corazón.
Ella tenía su lado tan salvaje, ardiente y dominante, y luego estaba ésta faceta. Dulce, altruista, y encantadora.
Honestamente, debí haber sido demasiado bueno en otra vida para tener a una chica como ella conmigo en éste instante.