Capítulo 36

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Pagué la entrada en Anacks y me dirigí al salón principal como si me estuviera persiguiendo el diablo.

Una breve mirada me bastó para saber dónde se encontraba ___________ con el muy mierda de mi amigo.

Apreté los dientes y caminé hacia la mesa en la que se encontraban.

___________ reía a carcajadas y Liam la acompañaba, sin dejar de mirarla.

Tan sólo con mirarlos, podía señalar cuál estaba ebrio y quién sólo fingía.

El bastardo de Liam se aprovecharía de ella y luego diría que él también había estado borracho. Menudo hijo de perra.

Cuando llegué a la mesa, el castaño se quedó observándome sin perder esa estúpida sonrisita arrogante. ___________ siguió la mirada de Liam y entonces se encontró con la mía.

Sonrió con ganas y se me estrujó el corazón.

«No puedo enojarme contigo.»

Entonces se hizo a un lado en el asiento doble y palmeó a su lado invitándome a tomar espacio. Fruncí el ceño.

Murmuró algo y entonces estalló en carcajadas de nuevo mientras el lamebotas de Liam la acompañaba.

En la mesa había al menos diez copas, y una botella vacía.

« ¿Porqué diablos tienes que ser tan imprudente, ____________?»

« ¿Ha hablado el mismo que está saliendo con una stripper?» se burló una vocecilla en mi interior.

-¿Vas a sentarte o no?- dijo la morena elevando la voz y desafinando. Sonrió de nuevo arqueando una ceja.

«Hay cosas que nunca se pierden.»

-No, vengo a llevarte a casa. Estás ebria y no realmente con la persona adecuada- gruñí y me acerqué pero ella se apartó.

-Oye oye oye… -me detuvo alzando las palmas. –Tú eres el menos indicado para hablar de personas adecuadas.

«Ebria y aun manipuladora. Vaya.»

-No tiene sentido discutir esto ahora, ____________- advertí. –Vienes conmigo.

Entonces su sonrisa se desvaneció y en cambio hizo una mueca.

Refunfuñó y luego se paró pasando a mi lado, ignorándome completamente.

-No vas a mandonearme, yo no soy Becca- dijo ácida.

Eso fue un cuchillazo por la espalda. Y realmente dolió.

Apreté los dientes e intenté contener una vez más aquella inminente furia.

Liam se paró y camino junto a ella. De repente, una chica de pelo castaño y casi sin ropa tomó al castaño por la camisa. Le susurró algo al oído pero el negó con la cabeza. La chica insistió.

Supuse que sería otra stripper.

-No me dejarás Liam, ¿verdad?- preguntó ____________ en voz alta y haciendo puchero.

Eso excitó al jodido hijo de puta. Ella se mordía el labio, y rogué que no lo hiciera deliberadamente.

-Jamás te dejaré- dijo él en un tono ronco y mi cólera estalló.

Aparté al castaño de un empujón y tomé a _____________ por el brazo.

-Déjame- se quejó ella balbuceando y parpadeando unas cuantas veces.

La tomé en brazos, ya cansado de tanta maldita resistencia.

Ella forcejeó un poco y luego se quedó quieta.

Liam gritó a mis espaldas pero lo ignoré. Ella era mía.

Bueno quizá no fuera mía, pero tenía que cuidarla.

En especial de un tipo como él. Que puede parecer todo un encanto por fuera y es un puto depravado en el interior.

Salí de Anacks con ______________ en brazos que miraba hacia el cielo con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

Abrí la puerta de copiloto y la acomodé en el asiento. Me incliné para abrochar el cinturón de seguridad y me sorprendió que ella no me apartara. Simplemente me ignoraba, como si estuviera hecho de aire, o simplemente no existiera.

Una vez que arranqué, pensé que comenzaría una hilera de insultos y maldiciones. Pero se mantuvo callada y tensa.

-Él no es adecuado para ti- repetí, algo más relajado.

-¿Y tú sí?- dijo burlona pero notablemente molesta.

-No seas así conmigo, ___________. Te he hecho un favor.

-Sí seguro- musitó sarcástica.

-¿Porqué estás tan enfadada? ¿Dónde quedó nuestra…?

Ella me interrumpió.

-¿Relación? ¿Dónde quedó?- dijo alzando la voz. –Pues en el mismo lugar dónde te vi sentado disfrutando de la compañía de una zorra. Te detesto, te odio- gruñó y se tapó los ojos con las manos.

Presentí que aquí venía un sermón y el alcohol la había hecho algo más valiente. Me quedé en silencio.

-No quiero dejar de bailar, ¿sí? No quiero hacerlo. Amo hacerlo- comenzó ella. –Se que el mensaje que me enviaste hace unas horas era por eso. No quieres que siga en Anacks- dijo balbuceando, algo más lenta de lo normal. –Esto que tenemos, no sé que es, pero me encanta. Quiero seguir contigo de ésta forma, pero tú sólo… es tu maldita aun esposa- dijo entre dientes y se quitó las manos de la cara. Noté sus ojos vidriosos y fue como una puntada al corazón. Entonces miró a través de la ventanilla.

-Se que terminaré mucho más involucrada de lo que tú estarás en esto. Algún día te aburrirás, te darás cuenta… -dijo en voz baja-… te darás cuenta que esa mujer vale la pena. La he visto, Harry. Es físicamente perfecta, he de apostar a que tiene un gran futuro, es madura… y no es… lo que soy yo. No es una zorra con ganas de bailar y ya- concluyó.

Me quedé atónito. Sin palabras. Mudo.

Entonces todo el problema se origina aquí. En Becca.

Me arrepentí. Me arrepentí una y otra vez de haberme casado con la primera la que creí amar.

Tenía a la cosita más dulce, demente y sexy sentada a mi lado. Autodespreciándose y echándome en cara que yo no podría involucrarme en esto tanto como ella.

¿Cómo podía decir todo aquello? ¿Cómo si en tan poco tiempo ha despertado sentimientos en mí que jamás he tenido con nadie?

Me detuve en el semáforo en rojo a unas manzanas de casa. Apreté las manos contra el volante y pensé en qué decir.

Entonces la observé.

Tenía el ceño ligeramente fruncido pero los ojos cerrados.

Apoyaba levemente la cabeza contra la ventana.

Su respiración era acompasada y sus pechos subían y bajaban lentamente.

Dormida.

Resoplé. Quería decirle tantas cosas… tomar su rostro en mis manos y perderme en esa boca que me vuelve loco, callar todas las tonterías que salían de ella cuando se refería a lo nuestro.

Hacerla olvidar de todo, y que sólo fuéramos ella y yo.

Ni trámites de divorcio, ni trabajos alocados, ni inseguridad, nada.

One and Only {Harry&tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora