Llamé a la agencia de taxis rogando que no me contestaran pero al parecer mis súplicas no sirvieron de nada ya que una voz femenina y formal me contestó.
Mierda.
¿Cómo explicarlo? Quería más de ella, simplemente, había algo en su personalidad… la necesitaba. Quizá fuera una actitud desesperada por estar con alguna mujer, pero __________ tenía algo especial.
Mis amigos estarían sorprendidos de saber que había fijado el ojo en alguien como ella. Totalmente del polo opuesto a Becca.
-Ya he pedido el taxi- le avisé mientras llegaba al living. Ella asintió de espaldas a mí mientras observaba algunos retratos sobre el mueble cerca del televisor.
-¿Ella es tu esposa?- preguntó señalando a Becca en un cuadro. Me echó un breve vistazo y yo asentí golpeándome mentalmente. –Es bonita. Se los ve felices- murmuró ella señalando la foto con la cabeza.
-Las apariencias engañan, créeme- musité con la voz ronca. Oh no… no melancolía de nuevo.
Ella me observó con una sonrisa discreta y divertida.
Claro que las apariencias engañan, así me había sucedido la noche anterior con ella.
-¿Quieres algo de tomar o…?- pregunté pero ella negó con la cabeza.
Bien… silencio incómodo. ¿Qué se supone que debo decir ahora?
-¿A qué te dedicas?- preguntó ella con tranquilidad mientras escondía sus manos dentro de las mangas de su chaqueta de cuero.
-Soy fotógrafo –le respondí-… bueno, tengo un estudio de fotografía junto a mi mejor amigo, que también es mi socio.
-¿Una estudio?- replicó. – ¿Algo así como un lugar al que se llama para contratar fotógrafos?- aventuró entrecerrando los ojos.
Asentí con una sonrisa. Bien… al final mi poco sabia explicación había bastado para que entendiera.
-Interesante- halagó.
-¿Y tú?- dije en voz baja.
-El baile… es lo que quiero hacer el resto de mi vida. Pero…
__________ enmudeció de repente y se quedó observándome.
¿Qué sucedía? "Oh no… ella no está observándome a mí"
-¿Harry?- preguntó esa voz tan dulce y familiar a mis espaldas.
-Becca- di media vuelta sorprendido y observé a mi aun esposa mirarme con curiosidad, e incluso dolor.
Oh no… ella cree que _________ y yo…
-¿Quién es ella?- preguntó Becca en voz baja observando neutralmente a ___________.
No respondí. ¿Qué podía decirle? ¿“Ella es una stripper a la que pensaba tirarme”?
__________ me observó arqueando una ceja, esperando en silencio. Luego suspiró.
Sin decir nada, tomó su bolso y caminó por el pasillo hasta la salida. Lo supuse al escuchar un crudo portazo. Algún sentimiento en mi interior me desmoronó.
-¿Una prostituta?- preguntó la castaña sin dejar nunca el matiz angelical en su voz. -¿Has traído una prostituta a casa?
-Ella no es una prostituta, Becca- le expliqué con paciencia. -¿Y acaso importa? Tú ya no vives aquí, y estamos tramitando el divorcio- le recordé fríamente.
-¿Porqué me tratas así?- cuestionó notablemente herida. –Pensé que me querías… hasta hace dos días seguías llamándome “cariño”.
De alguna manera, yo también cuestioné mi propia frialdad, pero no encontré respuesta. En absoluto.
-¿Te gusta esa, verdad?- dijo en voz baja y algo deshecha. -¿Me cambiarás por ella?
Una lágrima se deslizó por su rostro.
-Tú me has pedido el divorcio- remarqué. –Nunca olvides que tú has sido desde el principio la que ha querido terminar con esto.
-Pensé que lucharías un poco más por mí.
Quise desquitarme con ella, gritarle a la cara todo el dolor que me estaba haciendo pasar, pero no pude. No a ella, no al ángel que alguna vez creí amar.
-Becca… ¿porqué estas aquí?
Ella se estremeció ante mi tono dulcificado y luego negó con la cabeza.
-Vine a buscar algunas cosas. Creí que estarías durmiendo.
-Podrías haber avisado que venías.
-¿Para qué? ¿Para no encontrarte con una golfa a mis espaldas?
Colericé.
-Ya es suficiente- exclamé enojado. –Una vez que encuentres tus cosas puedes irte. Y preferiría que me dejes tu copia de llaves porque si mal no recuerdo, ya tienes tu departamento. Y estas divorciándote de mí.
Ella sollozó. Sólo se limitó a mirarme y dejar las llaves sobre el mismo mueble dónde estaban las fotos que _________ había estado observando. Y se marchó… de la misma manera que ella, con un portazo y furiosa.