Capítulo 69

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Novelas de Harry Styles y Tu

Te gusta esta página · 5 de junio de 2013 ·

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Capítulo 69


El rizado estaba con los brazos cruzados y el torso desnudo observándome con una mirada expectante desde detrás de sus gafas Ray-Ban.
Tenía el cabello alborotado y la flexión de sus brazos sobre su pecho realmente favorecía su musculatura. Los jeans se ajustaban a su cadera, dejando demasiado que desear…
Jesús… éste tipo es la tentación personificada.
Caminé hacia él mordiéndome el labio inferior y siendo ajena a los gritos a mis espaldas.

-¿Desde cuándo eres tan sexy?- le pregunté mientras llegaba a su lado. Él se quitó los anteojos de sol y me guiñó un ojo.
Un momento,… enserio, demonios, esto no es real.
Puse mi mano sobre su pecho y él se estremeció ante el frío de mi palma, sin embargo me estrechó en sus brazos, con mis pechos pegados al suyo.

-Me gusta cuando estás húmeda- murmuró con voz ronca y soltó una risita.
Oh Styles, ¿desde cuándo eres tan capcioso?

-Me gusta cuando estás tan… uhmm- lo observé pensando la palabra adecuada y el rió- ¿desnudo?

-Y aún no has visto la mejor parte- dijo apretándome al creciente bulto en sus jeans.
Definitivamente un hombre musculoso que lleva puesto tan sólo sus pantalones ya es algo sexy de contemplar, pero Harry, debería ser un pecado siquiera pensar en él.

-¿Desde cuándo eres tan pervertido, ángelito?- pregunté divertida apartándome y caminando alrededor de él.

-Me inspiras- dijo con expresión de circunstancia.
Solté una carcajada.

-Me gusta de todos modos- sonreí y besé su espalda. Él soltó un gruñido ronco. Abrí los ojos sorprendida. Otro punto débil.
Comencé a dejar un sendero de besos desde su columna, viniendo de aquí para allá entre sus omóplatos.

-Hmmm…continua… -pidió en voz baja. Continué dejando besos húmedos y de vez en cuando mordiendo con suavidad. Él estaba de frente al lago a al menos veinte metros de él, pero aún así cualquier podría observar su expresión.
Me arrastró de la mano hasta debajo del árbol y se sentó nuevamente haciéndome espacio en su regazo.
Jugué con su piel, cerca de su cuello. Mordí y succioné marcando territorio. El gimió ronco y elevó las caderas pegando su erección oculta contra mi trasero.
Gemí.

-No podemos hacerlo aquí- me quejé en voz baja y solté un gemido-lloriqueo cuando él se perdió en la curva de mi hombro.

-Vamos al coche- pidió con voz demasiado caliente como para negarse.

(…)
Nos dirigimos al auto con la calentura provocando una infalible rapidez en los pies sobre la hierba. Consciente de los gritos pervertidos de nuestros amigos que aún seguían nadando en el lago.
Harry se dirigió directamente al asiento trasero y me abrió la puerta para que pasara.

-Estoy mojada, Harry- le dije observándolo y sus pupilas se dilataron de excitación. Negué con la cabeza riéndome. –Me refiero necesito una toalla o algo, no me he secado desde cuándo salí del lago.
El hizo un gesto restándole importancia y me tomó del codo metiéndome de un tirón dentro del auto. Cerró la puerta a sus espaldas.
Entonces decidí divertirme un poco con él.

Harry me sentó sobre su regazo y deslizó los breteles de mi brasier fuera de mis hombros, dejándolo caer sobre su estómago. Lo tomé haciéndolo a un lado y pegué mis senos desnudos a su pecho. Gemí cuando él llevó una de sus cálidas manos a mi pecho izquierdo y comenzó a masajear justo allí produciendo sensaciones semejantes a pequeñas millares de descargas eléctricas a través desde el punto exacto hacia mi bajo vientre.


(…)


Harry embistió una vez más, buscando mi propia liberación y yo me contuve arqueando la espalda e intentando pensar en otra cosa.

-¿Estás intentando contener el orgasmo?- preguntó en voz ronca y grave y algo atónito mientras volvía a hundirse en mí.
Solté una risita de afirmación.

-No aguantarás- me desafió y entonces enganchó su mano sobre la parte de atrás de mi rodilla y flexionó mi pierna hacia arriba. Se apartó con lentitud y observándome fijamente volvió a embestir con dureza.
Gemí escandalizada sabiendo que mi plan se habría ido a la mierda.
Embistió al menos cinco veces más antes de que empezara a sentirme agobiada por el futuro e inminente orgasmo.

-Tú puedes dulzura- gruñó divertido sobre mi oído y luego murmuró el lóbulo de mi oreja. Continuó incitándome con palabras sucias y hundiéndose en mí como un maldito y jodidamente ardiente animal.
Aquello se había convertido en un juego, y estaba a dos segundos de perder.

Intenté despejar la mente pero era demasiado tarde. La excitación me consumía de adentro hacia afuera y me obligaba a mantener la atención en el feroz clímax que comenzaba a extenderse de mis pies a cabeza.

-Te amo- dijo Harry contra mis labios mientras me perdía en aquel arrasador orgasmo. Pese a mi natural estado de «grogui abrumada», abrí los ojos sorprendida ante las palabras del rizado, que continuó hundiéndose en mí hasta que encontró su liberación.

Dejó caer su cabeza contra mi hombro mientras respiraba con dificultad. Acaricié su espalda observando el techo gris de su auto. Gracias a Dios los vidrios eran tintados. Ni me quiero imaginar que hubiera pasado si a alguno de los chicos se le ocurría la idea de venir a buscarnos.
Medité sus palabras y sonreí.

-¿Eso era lo que querías decirme hace un rato?- pregunté y lo sentí asentir contra mi hombro. Suspiré y de repente mi corazón comenzó a latir frenético.
También lo amaba, diablos, demasiado.
El dejó un corto camino de dulces besos hasta mi mandíbula y luego besó mi mejilla.
Se lo notaba cansado por lo que me hice a un lado y dejé que se recostara él, para luego apoyar mi cabeza contra su pecho.

-Pero yo te amo aún más- concluí con una sonrisa, encerrándonos en una pequeña burbuja de ilusión.


One and Only {Harry&tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora