Suigetsu

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Después de aquella charla, llevaron a la pelirroja a una habitación. Saori estaba con ella y no dejaba de hablar sobre el kimono con el que ella iría a casarse. Todo aquello le parecía ridículo. No iba a casarse con aquel muchacho.

-Karin-sama, mire -hablo la castaña con una sonrisa mostrando un kimono de color rojo. Que estupidez...

-Es lindo -respondió ella. Claramente estaba mintiendo, observo con detalle aquel lugar. Solo había una salida: Aquella puerta. Miró a Saori quien admiraba aquel kimono y alzó una ceja- ¿Porqué no te casas tú con él? -pregunto ella y pude ver el color rojizo en sus mejillas.

-¿Yo? Pero que cosas dices... Yo no podría -respondió ella mirando al suelo. Que idiota, a esa chica le gustaba Seiichi. ¿Cómo no lo vio antes? Era obvio, como le observaba y como le hablaba.

-¿Porqué?

-Mi madre era una pueblerina de la aldea de la arena. No soy de sangre pura -ella se encogió de hombros y camino al ropero de aquella habitación.

-Pero... eso no importa.

-No lo entiendes -la chica bufo y guardo el kimono para voltear a mirar a Karin- No es un maldito juego, esto es serio. Yo... Amo a Seiichi -dijo ella avergonzada- Él tiene una meta a la cual yo apoyaré.

-¿Soportarias verlo casado conmigo?

-Sí... no importa lo que sienta. Solo quiero que sea feliz -respondió ella y luego suspiro- Iré a traerte algo de comer -hablo de forma tranquila y se dirigió a la puerta, Karin no dejo de observarla ni un segundo hasta que salió por aquella puerta. Demonios, se sentía sumamente nerviosa.

Debía encontrar un modo de escapar en ese momento. No podía perder más tiempo. Se acercó a la puerta y pude ver como estaba semi-abierta. Quiso salir corriendo pero se detuvo, ¿Si había alguien vigilando? No quería ni pensar en las consecuencias de sus actos.

Mordió su labio inferior y comenzó a caminar dando vueltas. Debía escapar, quería volver con Naruto.

-Estúpida, sabes la identidad del enemigo y solo piensas en volver con Naruto -bufo ella y se golpeo la frente con la palma. Sus ojos se abrieron cuando pudo escuchar un gran estruendo afuera. ¿Qué había sido aquello?

Cerró los ojos y se concentró. Como lo imagino,  los chakras venían en señales débiles. Su cuerpo se estremeció y dio un brinco de la emoción. ¡Era el asqueroso chakra de Suigetsu! Abrió los ojos y sonrió. Jamás imaginó estar feliz de ver a esa peste.

-¡Horrenda!  -grito el chico entrando a la habitación y Karin alzó una ceja.

-Idiota -respondió ella y ambos sonrieron.

-Vamos que tu ex-noviecito esta haciendo un lío -dijo él y ella alzo ambas cejas. ¿Se refería a Sasuke? Seguramente que si.

-Vámonos ahora, debo explicarles... -ella se calló cuando vio a su peliblanco amigo abrir los ojos. La pelirroja retrocedió un paso cuando observo la punta de un Kunai saliendo de su pecho. Su sorpresa fue más grande cuando pudo observar aquel líquido rojo emanar de esa herida. ¿Sangre? No podía ser, no había visto jamás sangrar a Suigetsu.

-No nos subestimes -escucho la voz de Saori detrás de él. Podía sentir como sus ojos picaban y la castaña saco el kunai para luego escuchar más alboroto. Maldijo y se fue cerrando la puerta. Suigetsu cayo al suelo y Karin corrió a su lado. Demonios... ¿Porqué había sucedido aquello?

-Yo sabía que serias la responsable de mi muerte -hablo él mirando  a la Uzumaki, podía ver como esta comenzaba a llorar. La herida era profunda y ardía. Cada segundo ardía más. No quería morir, aún no tenía las siete espadas. No podía morir.

-Cállate -hablo ella y tomó la manga de su atuendo. Dejo su brazo al descubierto y lo puso en frente de él. Jamás pensó que haría algo así de nuevo pero no pensaba dejar morir a esa persona tan odiosa.

-No, terminaré muriendo de envenenamiento -respondió él haciendo una mueca. Karin rodó los ojos y de pronto quería golpearlo. Era increíble como en esos momentos, él aún le sacaba de sus casillas.

-Suigetsu, esto es serio -hablo ella viendo como aquella herida no dejaba de sangrar y sentía como el chakra del chico se desvanecía lentamente.

-Lo he visto, ¿Si?. No quiero que tengas otra cicatriz por mi culpa -la Uzumaki abrió los ojos y el peliblanco miró hacia el suelo - No lo haré -él escupió un poco de sangre y la pelirroja sintió irregularidades en el chakra de él. Ese kunai, tenía veneno. Maldita sea, ¿Qué haría ahora?.

Dejo de lloriquear y junto ambas manos en la zona afectada. Estos años había tratado de mejorar su ninjutsu médico, no lo había logrado como hubiera querido pero también tuvo un poco de avance. Concentró su chakra y comenzó a drenar el derrame. Si tan solo pudiera parar el sangrado, tendría una oportunidad. Cerró sus ojos, realmente era difícil. Suigetsu no decía nada mientras miraba a la chica. La pelirroja se esforzó aún más y mordió su labio. Debía lograrlo, abrió los ojos cuando sintió que la herida dejo de sangrar. ¿Lo logró? Miro a Suigetsu quien mantenía los ojos cerrados. Ella se alertó cuando sintió varios chakras conocidos y uno venía corriendo en esta dirección.

-¡Shanaroo! -escucho un grito antes de que aquella puerta fuera derribada de un solo golpe. La pelirroja y la pelirosa se miraron, ninguna dijo nada y Sakura corrió a su lado- Karin, debes ir con los demás. Yo me encargaré -hablo ella y puso sus manos sobre la herida de su amigo.

La Uzumaki miro a su amigo, no quería dejarlo. Necesitaba asegurarse de que él estaría bien.

-Yo...

-Karin, confía en mí. -la Haruno la miró y sonrió de lado. La Uzumaki se sorprendió pero luego asintió levantándose del suelo.

-El Kunai tenía veneno -menciono ella y se dirigió a la salida de aquel lugar- Confío en ti Sakura -hablo ella y comenzó a correr dejándolos atrás.

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