El día que naciste

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La tarde había pasado de una forma muy rápida para la pelirroja, disfruto mucho de la compañía de sus amigas. Ellas habían tenido una sorpresa para Karin, trajeron una torta y le regalón una variedad de ropas y productos de bebés. La Uzumaki había quedado encantada con aquel detalle.

De pronto, el timbre sonó; Hinata se levanto.

-Deben ser ellos, iré a abrirles -mencionó ella y se marcho, la mayoría de los bebés dormían excepto Metal y Matsuda, quienes estaban en los brazos de sus madres.

-¿Naruto se esta comportando? -pregunto la pelirosa, algo preocupada. Karin asintió.

-Sí, él me cuida mucho -mencionó ella. Sakura sonrió.

-Me alegro, la última vez que lo vi; se encontraba muy ansioso con la idea de ser padre.

-Y sigue estandolo, él es muy tierno -hablo Karin, lo último casi en un susurro. Sus ojos se abrieron, un dolor punzante había aparecido en su vientre. Escucho murmullos, los chicos estaban cerca. Eso le aliviaba, solo quería llegar a su casa a descansar.

Karin chillo, alarmando a sus amigas. La pelirosa rápidamente se dirigió hasta estar a su lado.

-Karin -dijo ella, la pelirroja se sujeto de su amiga. Volvió a chillar, el dolor se hacía más fuerte. Sakura ya sabía que hacer.

-Karin-chan vamo... -un rubio apareció en escena pero se calló, al escuchar los quejidos de su esposa. Sin dudarlo, corrió a su lado. Karin bajo la mirada, sentía mucho dolor. Naruto se preocupo.

-Debemos llevarla al hospital en este instante, esta entrando en trabajo de parto -menciono Haruno, el rubio asintió. Cargo con suma delicadeza a la pelirroja y se abrió paso entre sus amigos. El momento había llegado, sus nervios aparecieron.

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Los minutos pasaban sin algún resultado, Naruto se sentia irritado. No le habían permitido pasar a la sala con Karin, todo porque estaba muy nervioso.  Sakura y Makoto habían entrado en la sala, su amiga le prometió que todo saldría bien. Ya había pasado media hora de aquello y nada, nadie había salido de aquel lugar para decirle algo.

-Naruto, debes relajarte -mencionó Shikamaru, quién estaba harto de verlo caminar por los pasillos como un demente. El rubio se detuvo y lo miró.

-No digas que me relaje, Karin esta adentro dando a luz -respondió él abriendo sus ojos. Shikamaru resoplo, sería difícil calmarlo.

-Comportandote de esa manera no lograrás nada -la voz de Sasuke se hizo escuchar. Naruto bufo.

-Él tiene razón, Naruto-kun. Pronto sabremos de Karin y su hijo -mencionó la peliazul, el rubio tomó aire.

-Lo sé, estoy muy nervioso -admitió y fue a sentarse, paso sus manos por su cabellera rubia. Cuanto deseaba que Sakura saliera de la sala y pudiera calmar su angustia.

-Todo saldra bien -Hinata puso una mano en la espalda de él. Naruto agradeció que estuviera ahí. Miro a su amigo, el azabache cargaba a su hijo. Sinceramente, no podría describir sus emociones. Pero sabía que estaba feliz, por el solo hecho de tener una familia.

Unos minutos tuvieron que pasar hasta que la puerta de la sala, se abrió por fin. Un llanto se escucho a lo lejos y Naruto se levantó, la pelirosa sonreía; el rubio hizo lo mismo.

-Pasa Naruto, es hora de conocer a alguien -el Uzumaki, tomó aire y camino junto a la Haruno. Ambos entraron en la sala y lo primero que hizo, fue verla recostada y con un pequeño bebé en brazos.

El corazón de él, se encogió. Sus nervios, habían desaparecido. Karin lo miró, lucía agotada pero mostraba esa sonrisa que tanto a él; le gustaba. Naruto se acercó a ella, se puso a su lado y observo al pequeño bebé. La felicidad que sintió en ese momento, fue enorme. El pequeño tenía el cabello rojizo de su madre y cuando abrió sus ojos, pudo darse cuenta que heredó sus ojos.

-Nuestro hijo es muy lindo -mencionó él y Karin rió.

-Nuestra hija -le corrigió ella, él abrió los ojos. Miro a la Uzumaki y sonrió, su dicha seguía siendo enorme.- toma, cargala -le dijo Karin, él asintió. Tomó a la pequeña en sus brazos con sumo cuidado. Ambos cruzaron miradas y Naruto lo supo, cuidaría a esta bebé pasará lo que pasará.

Sus amigos entraron en la sala, Hinata se acercó al rubio y miro a la pequeña bebé.

-Ohh, es tan linda -mencionó ella. Naruto la miró.

-Sí... -mencionó él.

-Sakura nos dijo que es una niña, felicidades- mencionó Shikamaru.

-Gracias -contesto Karin. Naruto sintió una mano en su hombro, volteo a ver y se encontro con Kiba.

-Eh Naruto, felicidades.

-¡Gracias! -contestó él, la felicidad que sentía nadie se la iba a quitar.

-Te deseo suerte -volvió a hablar el castaño. El rubio alzo una ceja y todos le prestaron atención.

-¿A qué te refieres? -pregunto él, Kiba solto un suspiro.

-Tienes una hija Naruto...

-¿Y?

-Bueno, miralos -dijo Kiba señalando a sus amigos. Naruto seguía sin comprender - en su mayoria, todos ellos tuvieron hijos

-No entiendo, Kiba -dijo el rubio, un poco harto de la situación.

-Tú, Chouji y yo tuvimos hijas. Cuando ellas crezcan, no dudes que alguno de sus hijos intentarán cortejarlas. Y no solo aquello, en cualquier misión; pueden conocer a un ninja y se querrán casar. Puede que hasta se vayan de la aldea por algun amor -dijo Kiba, Naruto abrió los ojos. Sasuke rodó los ojos.

El rubio miro a su amigo azabache, quien tenía en brazos a Tsuyoshi. Dio unos pasos atrás alejándose.

-Eso no pasará, ella siempre estará con su padre -mencionó el rubio, miro a Temari quien entraba a la sala con Shikadai. Su temor aumentó, recordando que la rubia se había ido de su hogar para casarse con su amigo.

Todos comenzaron a reír, Naruto estaba pálido. Quien sabe que cosas se estaría imaginando ahora.

El Uzumaki quería gritar, su felicidad se había convertido en angustia. Él no permitiría que alguién alejara a su pequeña de él.

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