"¿Estaba sintiendo algo por él/ella?

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Pasaron exactamente siete días desde que Sasuke, Sakura y Hinata llegaron al país de las Aves. Por orden del Hokage y el señor feudal, el caso se cerró. Dos de los sospechosos tuvieron una muerte repentina de forma sospechosa. Y uno de ellos, quedo limpió. Todo fue muy confuso pero no se podía hacer más, el equipo fue devuelto a la aldea. Sakura no se había alejado ni un momento de Naruto, no quería que la pelirroja se acercase a este y por lo tanto. Siempre iba con Naruto a cualquier lado. Por otro lado, el Uchiha hizo lo mismo con Karin tomando la excusa de que ella lo ayudará en cualquier cosa que se le ocurriera. Pero por el lado de los Uzumaki, todo era distinto. Ambos extrañaban la compañía del otro. No podian explicar ese sentimiento pero era algo que los afligia. Mientras que Hinata, ella acompañaba a Naruto y Sakura en todo. Un noche la Haruno se acercó a ella a preguntarle sobre el amor. No era idiota, podia sentir que la pelirosa empezaba a sentir cosas por Naruto. Por una parte, eso le dolía. Amaba a Naruto pero sabia que él amaba a Sakura y su amor era tan grande. Que si Naruto era felíz, ella también iba a serlo. Esa noche, ella lloró. Nunca iba a tener a Naruto pero siempre iba a agradecerle todo lo que hizo por ella y por ser la fuerza que ella necesitó en diversos momentos de su vida.

Camino a la aldea, Naruto aprovechó que la noche cayó y decidió hacer guardia. Todos aceptaron y así, unas horas después de que todos durmieran. Él fue donde Karin y con cuidado, la despertó. La pelirroja lo miró bostezando y él le indicó con los dedos que guardará silencio. Le ofreció su mano a la pelirroja y esta, aceptó. Ella se levanto con ayuda de Naruto y ambos, cuidadosamente, caminaron unos metros lejos de su pequeño campamento.

-¿Nos estamos escapando?-dijo la pelirroja de forma divertida. Naruto rió por la reacción de ella.

-Talvez -hablo él y paso por medió de unos arbustos, Karin rió por su respuesta y lo siguió. Varias ramas la golpearon de forma sutil y luego ella levanto la mirada cuando por fin habian atravesado esos arbustos. Abrió los ojos a lo que vio, era un hermoso lago que brillaba con la luz de la luna.

-Es hermoso -dijo ella y Naruto se sentó, palmeo el lugar a su lado y Karin se sentó junto a él.

-Sabía que te iba a gustar, hace tiempo. En una de mis misiones, descubrí este lugar. Es perfecto para relajarse- hablo él y acto seguido se recosto sobre el césped y Karin imitó su acción.

-¿Porqué a mí? -pregunto ella y volteo a mirarlo- Digo... ¿Porqué me trajiste aquí? -dijo un poco más nerviosa en cuanto Naruto volteo a verla. Sus miradas una vez más chocaron, sus mejillas se sonrojaron pero ninguno apartó la mirada.

-No lo sé, solamente sentí que debia traerte aquí-respondió Naruto y bajo la vista a los labios de su compañera para luego subirlos rápidamente. ¿Quería besar a Karin? ¿Habia algo de malo con aquello? Esta última semana, no dejo de pensar en la pelirroja. No se quejaba de la compañía de Sakura pero igual, extrañaba a su amiga pelirroja. ¿Estaba sintiendo algo por ella?.

Por el lado de Karin, pasaba lo mismo. Últimamente Sasuke se comportaba de una manera rara con ella y eso, solo hacia que extrañará más la compañía de su compañero rubio. Ahora que estaban juntos, los pensamientos que tenia explotaron. Recordó todos sus momentos con el rubio y no pudo evitar sonrojarse ante aquello. ¿Estaba sintiendo algo por él?. Fuera lo que fuera, estaba segura de que a su lado. Se sentía mejor.

Después de unos cuentos minutos ambos empezaron a reir y dirigieron su vista hacia la luna. Faltaba poco para que amaneciera y asi, continuarán con su marcha hacia la aldea.

-Hey Karin... ¿Quisieras salir en la semana? -pregunto el rubio. No queria perder contacto con la pelirroja. De hecho, queria seguir viéndola y si es posible. Queria seguir compartiendo misiones con ella.

-Me parece perfecto, podemos ir a comer dangos -hablo ella y Naruto asintió. De igual forma, ella tampoco queria perder contacto con Naruto. Habian forjado una gran amistad en esta misión y tener un nuevo amigo, a ella le fascinaba.

Los dos Uzumakis se quedaron para ver el amanecer y de forma inconsciente se tomaron de la mano. Ninguno se molestó por aquello, se sintieron más a gusto. Disfrutando de la compañía que el otro le ofrecía. Mientras que en el campamento el Uchiha se habia despertado. A él siempre le gusto madrugar y esa mañana algo le extraño. Ni Karin ni Naruto estaban ahí. Alzo una ceja y se incorporó mejor empezando a caminar en la búsqueda de sus dos compañeros. Le tomo unos minutos pero pudo ver su rastro, caminó y llego a lo que parecían unos arbustos. Sabía que detrás de aquellos arbustos tanto Karin como Naruto se encontraban ahí.... juntos.

Apretó el puño, estaba verdaderamente molesto. ¿Qué hacían juntos? Se cuestionaba, claramente no podía pasar por aquellos arbustos sin armar un gran ruido. Pero la intriga lo mataba, porque ellos andaban juntos; necesitaba una respuesta a todo lo que estaba experimentando. ¿Porque le molestaba que Karin este con Naruto? ¿Eran celos los que sentía? ¿Qué era lo que sentía? Miles de preguntas se formularon en la cabeza del azabache y queria responder cada una de ellas. Ahora si estaba seguro de sus sentimientos, sentía algo por Karin. Algo más halla de amistad o compañerismo. La cercanía de Naruto a Karin le demostró aquello. Debia hacer algo de forma rápida porque sabía que Karin estaba sintiendo algo por Naruto y viceversa. ¿Qué es lo que haría? Talvez solo debia ir con Karin y decirle que no se acercará a Naruto porque solo podia quererlo a él. Negó con la cabeza, seguro si se lo decía. Solo iba a recibir una burla de ella. Que difícil era confesar unos simples sentimientos.

Suspiró y volvió al campamento cuando supo que no podía hacer nada, solo le faltaba una cosa. Pedirle un consejo a otra mujer. Pensó en su compañera pelirosa, no. Ella no era la indicada. Suspiró y cuando volvió Hinata preparaba el desayuno como siempre.

-Buenos días Sasuke-kun -dijo ella de forma amable y él asintió sin decirle nada. Ya había encontrado a su candidata para un consejo amoroso. Aunque pedirselo también le daba vergüenza pero sabia que ella le aconsejaría y lo más importante, no se lo diría a nadie.

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