Cumpleaños 2/3

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El rubio trataba de apresurarse para llegar a casa a tiempo, había amanecido hace unos segundos. Él estaba seguro que llegaría a casa, justo a medio día. El día era tranquilo, él no podía creer que su pequeña cumpliría ya 4 años. Todo había sido tan rápido, como amaba a su familia.

Él detuvo sus pasos, algo lo alertó.

-¿Lo notas? -la voz de Kurama se hizo presente. Él asintió.

-Sí.

Dicho aquello bajo del árbol en donde se encontraba y comenzó a caminar, rumbo a aquella distracción. Habían pasado unos minutos, el rubio se daría por vencido. Abrió sus ojos, se dio media vuelta y tomando un kunai, esquivo el que le habían lanzado. No estaba solo.

-¡Sal! -grito él, no estaba para juegos en ese momento. Giro en dirección a unos arbustos, que se movieron. Una risa comenzó a escucharse; él quedo confundido. Esa risa era infantil. Seguía en alerta, aquella cosa se movia con destreza y mucha velocidad. De la nada, un pequeño apareció frente a sus ojos. Su cabello era blanco, su piel pálida, portaba un kunai y estaba en posición de batalla.

-¡Naruto Uzumaki, yo te reto a un duelo! -grito él. Naruto dedujo que podía tener unos 3 a 4 años, recordó a su hija.

-¿Cómo sabes quien soy? -pregunto él intrigado, el niño bufo.

-Todo el mundo habla de ti -dijo arrogante, Naruto se avergonzó.

-Oh, cierto -dijo y sonrió- En fin, no lucharé con un pequeño niño -el rubio lo dijo en tono bromista, el peliblanco gruño.

-¡No me digas pequeño! -enfureció él y corrió a atacarlo. Naruto se agacho, lo detuvo con facilidad y le arrebato el kunai.

-Hablaba en serio -le dijo, el niño lo miro unos segundos. Bajo la mirada, parecía triste. El rubio se sintió incomodo, no quería hacerle sentir mal.

-Solo... necesito derrotarte -hablo él, el Uzumaki alzo una ceja.

-¿Porqué? -pregunto él, el pequeño peliblanco se cruzo de brazos.

-Para demostrarle a mi padre que puedo ser muy fuerte -el rubio suspiro y se sento en el césped, tomo al pequeño con cuidado y lo sentó frente a él.

-¿Que edad tienes? -le pregunto.

-4 años -respondió él. Naruto sonrió.

-No necesitas demostrar tu fuerza, con el tiempo podrás hacerlo. -le dijo él, la tristeza en la cara del niño; desapareció.

-Pero... yo quiero demostrarle, mi papá fue un ninja muy fuerte. Quiero superarlo y que me reconozca -mencionó él haciendo un puño.

Naruto pudo ver su determinación, su mirada lo decía todo, estaba decidido. Era tan pequeño y ya sabía lo que quería. El rubio puso su mano sobre la cabeza de él, el peliblanco lo miró sorprendido. Naruto sentía un ambiente familiar, sentía que lo había visto antes; aunque, claramente, era imposible.

-Entrena, vuélvete más fuerte que ahora; esfuérzate mucho. Estoy seguro que nos volveremos a ver y cuando aquello pase, tendremos una pelea. ¡Dattebayo! -los ojos del pequeño se iluminaron, sonrió y asintió a las palabras del rubio.

-¿Naruto-san? -pregunto el peliblanco, el rubio alejo su mano.

-Dime -respondió, el niño tardo unos minutos antes de hablar nuevamente.

-¿Puede... enseñarme el jutsu clones de sombra? -cuestionó él, Naruto notó que se puso nervioso. Era gracioso, hace minutos tenía una actitud arrogante y ahora; se mostraba frágil.

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