Él llegara

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Los años habían pasado desde el nacimiento de Umi, muchas cosas habían cambiado en la vida de la joven pareja. Sus noches no eran las mismas, estaban más agotados. Karin había dejado su vida como ninja, para cuidar a su pequeña bebé. Mientras Naruto hacía mucho más del uso de sus clones, para completar misiones y a su vez; estar con su pequeña hija.

El rubio despertó debido al llanto de su pequeña, bostezo y cuando se había sentado en la cama. Miró a Karin, quien le daba de comer a la bebé.

-Buenos días -mencionó él y Karin lo miro.

-Buenos días -respondió ella, Naruto se levantó de la cama y se estiró.

-¿Qué quieren para desayunar? -le pregunto él. Karin ladeó la cabeza.

-Quiero unos dangos -dijo ella. Naruto sonrió y Umi alzo el pulgar, en señal de aprobación.

-Esta bien -le respondió él, tomo su ropa y se cambió de inmediato- vuelvo en unos segundos -beso la cabeza de la pelirroja y luego la de su pequeña hija. Él salió de casa y bostezo, no había dormido muy bien. Camino por la aldea hasta encontrar un puesto de dangos.

-Vale, espero -respondió mientras esperaba lo que había ordenado.

-¡Naruto-nii-chan! -una voz a lo lejos, lo hizo despertar por completo. Konohamaru se acercaba a él, corriendo lo más rápido que podía.

-Calmate Konohamaru, ¿Qué ha pasado? -pregunto él una vez que el castaño, estaba en frente suyo.

-El Hokage... -dijo él mientras trataba de recuperar el aliento- te esta llamando y es urgente -terminó de decir y el rubio, solto un suspiro.

-Otra misión... -dijo él, pues había vuelto de una recientemente- Bien, gracias por informarme -dijo Naruto y pago por los dangos. Inmediatamente hizo un clon -Sabes que hacer -ambos partieron en diferentes rumbos. El verdadero iba con Karin y el clon, con Kakashi-sensei.

El rubio se apresuró para llegar con la pelirroja, una vez que lo hizo. Dejo los dangos sobre la mesa y se dirigio a la habitación de ambos.

-Hola Naruto, Umi acaba de dormirse -dijo ella y alzo una ceja al verlo- ¿Estas bien?

-Kakashi-sensei me mando a llamar para otra misión, es mejor que parta ahora mismo -hizo una mueca, la pelirroja ladeó un poco la cabeza y asintió.

-Entiendo, será mejor que vayas -el rubio la abrazo, Karin correspondió al abrazo.

-No te preocupes, no habrá fuerza humana que me impida llegar para el cumpleaños de mi hija -ambos se alejaron un poco. Karin se sonrojo un poco debido a la cercanía, Naruto sonrió. El rubio tomo las mejillas de ella y la acerco, hasta juntar los labios de ambos.



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-No puedo creer que ya hayan pasado 4 años -mencionó una pelirosa, Karin resoplo.

-Yo tampoco, aún recuerdo como Umi nació. Tenerla en mis brazos cuando era tan pequeña. -sonrió con melancolía.

-Ella y Dai jugaban tan lindo -mencionó la pelirosa- No ha querido venir desde el accidente -sonrió de lado. Karin comenzó a recordar una escena de hace dos años.


~Flashblack~

El viento soplaba, hacía demasiado frío. Umi y Dai jugaban en la sala, Karin y Sakura conversaban en la cocina.

-Realmente te has vuelto muy buena en esto -le mencionó la pelirosa.

-Con la ayuda de Hinata, todo fue muy fácil -respondió ella, mientras decoraba el pastel de Umi; mañana era su cumpleaños.

-Sí, ella es muy buena en estas cosas- la puerta sonó, señal de que Naruto había llegado.

-¡Sakura-chan! -su voz se escucho entrando a la cocina, ambas mujeres lo vieron. Sakura lo saludo.

-Hola Naruto -respondió ella, el rubio se acerco a Karin y beso su mejilla. Ella sonrió.

-Umi esta en la sala junto a Dai -le dijo ella, la sonrisa del rubio desapareció.

-Oh, iré a verlos -dijo él comenzando a caminar.

-No hagas mucho escándalo -le dijo Sakura, el rubio era muy celoso con su pequeña hija. Naruto asintió.

Ambas mujeres siguieron en lo suyo, ya faltaba poco para terminar de decorar el pastel. Algo las detuvo, un grito; de parte de Dai. Sakura apreto su puño, la pelirroja sabía que esto no terminaría bien.

Las dos salieron rumbo a la sala, ahí encontraron a Naruto con Umi en brazos. Dai corrió a brazos de su madre, cuando la vio. Sakura lo cargo y Karin se dirigio donde su hija y esposo.

-¿Qué paso ahora? -pregunto la pelirroja, Umi estaba acurrucada en el pecho de él; se sentía muy a gusto cuando Naruto llegaba a casa.

-Dai estaba abrazando a Umi -dijo él mientras acariciaba la espalda de su pequeña hija.

-¡Naruto! -la pareja volteo a ver a Sakura, Dai estaba aferrado a la pelirosa. Karin suspiro. Agradeció que los niños estuvieran, de caso contrario, probablemente Naruto estaría volando metros fuera de casa.

La pelirroja suspiro, los calmo a ambos pero sin embargo; desde ese día. Dai ya no ha querido venir. Dijo que la mirada de Naruto, era algo que le asustaba. Umi ahora iba a casa de Sakura para poder jugar.

~Fin del FlashBack~



-Lo sé, Naruto a veces puede ser muy celoso -dijo la Uzumaki. Su amiga asintió.

-Será gracioso el día en que Umi salga con alguien.

-Ni que lo digas, será su pesadilla -sonrio la pelirroja.

La tarde se la pasaron platicando, hasta que Sakura tuvo que irse. ¿Quién iba a decirlo? Ahora eran mejores amigas y cada vez que ponían, platicaban por horas.

La noche comenzaba a llegar, Naruto no llegaba.

-¿Y papi? -la voz de su hija, interrumpio sus pensamientos. Karin la miro y la cargo en sus brazos.

-Seguro que llega mañana- respondió ella. Umi hizo un pequeño puchero.

-¿Llegará para mi cumpleaños? -pregunto Umi. Ella era adorable, pelirroja como su madre pero con los ojos azules de su padre y con sus pequeñas marcas en sus mejillas. Karin asintió.

-Sabes que sí, nunca faltó a ninguno de tus cumpleaños y no lo hará. -Su pequeña hija sonrió, en serio; era una dulzura.

-Ven, es hora de dormir -mencionó Karin. Umi asintió. La pelirroja sabía que el rubio llegaría a tiempo.

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