Capítulo 4

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Se quedó inmóvil unos cuantos segundos, mirando hacia la oscuridad de su habitación, con la camiseta en la mano, antes de decidirse a acostarse en cama. No pensaba moverse de ahí hasta que sonara su despertador. Era viernes y, desgraciadamente, sabía que no iba a tener mucho tiempo de descanso antes de ir a clase, a pesar de su cansancio.

- Buenos días, Liora – saludó Kim, cuando entró en la cocina.

- Buenos días, Kim.

- Por fin es viernes, ¿eh? Esta semana se me hizo eterna.

- A mí también.

Cuando su amiga se sentó a la mesa, Liora le lanzó la camiseta que cogiera del armario de Johnny, aquella noche. Estaba convencida de que no podría seguir negando que había estado en Seúl junto a él.

- ¿Qué es esto? – inquirió Kim viendo la camiseta.

- Una camiseta...

- Eso ya lo sé.

- De Johnny. ¡Ya te dije que era verdad! – dijo con emoción.

La decir aquello, la cara de Kim cambió radicalmente, adoptando un gesto de seriedad que en apenas ocasiones viera Liora. Sin decir nada, se la volvió a lanzar a su amiga.

- Has ido demasiado lejos – dijo con seriedad – Me parece fenomenal que te gusten, que estés obsesionada con ello, porque yo también tengo mis obsesiones con famosos, pero esto... ¡Esto es pasarse de la línea!

Con una mezcla de enfado, frustración e impotencia, Liora se levantó de la mesa, corrió a su habitación a por la mochila y salió de casa, lo más rápido que pudo. Quería llorar, pero tenía que ir a clase. No quería perderse un día de clase, por quedarse llorando en algún otro lugar. Pero quería hacerlo.

Debido a su enfado con Kim, aquella mañana fue la primera en llegar a clase y, a consecuencia, la primera en entrar. Por primera vez en el curso, se sentó en el fondo de la clase, y lejos de su mejor amiga. Sabía que aunque le doliera no hablarse con ella, le vendría bien, pues le obligaría a hablar más con sus compañeros de clase y, quizá hacerse amiga de alguno de ellos. Pero no funcionó: estaba demasiado deprimida como para tan siquiera prestar atención en clase.

- ¡Liora! – gritó Jay, que acababa de salir de clase.

- Hola – dijo ella.

- ¿Haces algo este fin de semana? Unos amigos y yo vamos a ir a...

- Gracias, pero este fin de semana prefiero quedarme en casa.

- ¿Segura?

- Creo que sí.

- Bueno, si cambias de opinión, avísame.

- Hecho.

Como solo tenía una clase aquel día, se fue a casa. Seguía teniendo ganas de llorar. Le faltó tiempo para llegar a casa, pues las lágrimas empezaron a correrle por la mejilla nada más entró en su portal. Subió las escaleras corriendo y, nada más abrir la puerta, soltó la mochila y comenzó a llorar, cubriéndose la cara con las manos. Despacio, se fue hacia su habitación y cerró la puerta.

- ¿Por qué no me cree? – balbuceó entre sollozos - ¡Yo siempre le he creído todo!

Estuvo acostada en cama llorando, hasta que escuchó el timbre. Debía de ser Eric, porque Kim entraba con sus llaves. Se secó las lágrimas y se dispuso a salir de su habitación.

Behind The Wall [NCT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora