8. Pobre omega infeliz~Larry Stylinson, Ziam-Omegaverse 💜(Terminada)

Nueve.

Louis llegó muy agitado a la cocina, le sudaban las manos, su estómago le dolía, también sentía un calor intenso y de repente empezó a mojarse cayéndose al suelo y empezando a retorcerse de dolor.

Berta y las doncellas corrieron a ayudarle pues al parecer le había llegado su primer celo y aunque Niall y Zayn que llegaron también quisieron ayudar no pudieron.

El beta ojiazul se agitó mucho pues el fuerte y dulce aroma de Louis lo turbaba, así que su madre lo echó fuera de allí rápidamente.

Louis debía tomarse los supresores cuanto antes o estarían en un lío si el olor llegaba a un salón lleno de alfas pero las pastillas estaban en su habitación, así que Zayn iba a ir buscarlas pero entonces decidieron que era mejor llevárselo.

Cuando llegaron a la planta baja, entraron en su habitación, entonces lo tendieron en la cama y le dieron el supresor para que hiciera efecto cuanto antes, mientras Louis gemía y jadeaba intensamente.

Tras encerrarlo, rápidamente volvieron todos a la cocina pues debían seguir con su trabajo, por lo que Louis se quedó sólo.

...-Bueno muchachos, no pasa nada, tenemos que suplir a Louis y a Niall que está indispuestos- dijo Berta mirando a Zayn.

El morocho fue quién ocupó el lugar del omega para recoger y servir la mesa, junto con las doncellas, por lo que en cuanto oyeron la campanita, los omegas volvieron a salir en fila india y sin dejar de sonreir hacia el gran salón.

Harry que casi no había probado bocado, sonrió nervioso pues esperaba volver a ver al extraño omega y volver a oler su exquisito aroma.

Este no había dejado de pensar en los preciosos ojos azules de Louis, quién lo habían mirado con desconcierto, pensando en si el pequeño omega también se habría sentido inquieto.

Al ver a a Zayn este se sintió decepcionado y entonces pensó que era una pena perderlo de vista pero entendió que probablemente éste tendría otras obligaciones.

Poco después, pensó que quizás en el postre o en el baile lo volvería a ver, ya que estaría sirviendo copas, por lo que estuvo nervioso y desconcertado por obtener respuestas e incómodo a la vez pues su polla siguió palpitando en su pantalón como el infierno.

Sentado a su otro lado, Liam se sorprendió al ver a Zayn, ya que por lo que él sabía, éste estaría esa noche de aparcacoches pero en ese momento estaba ocupando el lugar de Louis.

El joven alfa suspiró nervioso pues aunque ver al chófer siempre le gustaba, temía no poder controlarse al tenerlo cerca, en el momento que le sirviese la comida en su plato.

El morocho no tenía problema en hacer de camarero, la verdad era que se desenvolvía como si hubiese hecho eso siempre, aunque cuando llegó al lado del hijo de su jefe y notó el suave aroma del tierno alfa, no pudo evitar levantar la vista y mirarlo embobado.

El ojimiel estaba arrebatadoramente hermoso con su traje nuevo, el cual resaltaba sus preciosos y brillantes ojos y su tersa piel, por lo que el morocho se sintió confuso de nuevo, ya que nunca antes había reparado en un alfa de ese modo.

Zayn volvió a la realidad en cuanto una omega invitada rió eufóricamente, así que se apartó al recordar que Liam le era prohibido, ya que era el hijo de su jefe, reprimiendo su instinto para seguir cumpliendo con su trabajo pues no podía permitirse perderlo.

Una vez que terminaron de servir, los omegas volvieron a la cocina de nuevo, en fila india y sonriendo al compás de la dulce melodía que inundaba el comedor.

Ya en la cocina, el morocho fue directo a la nevera y de un golpe se bebió una gran jarra de agua pues sentía su garganta totalmente seca.

Cuando sonó de nuevo la campanilla, los omegas repitieron el mismo proceso, recogiendo la vajilla y luego volviendo a salir para servir el segundo plato.

Liam siguió a Zayn con la mirada en todo momento, mientras que Harry a su lado se removió en su silla al no ver al ojiazul tampoco en esa ocasión.

Una vez más, estos salieron para recoger la vajilla y servir los postres y el alfa ojiverde comprobó de nuevo muy decepcionado y algo molesto, que el ojiazul no había aparecido tampoco en esta ocasión.

Realmente estaba muy confuso y triste, por lo que empezó a creer que había alucinado y entonces pensó seriamente en no quedarse para el baile pues nada más le interesaba.

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