Treinta y cinco.

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Seis meses pasaron, en los que tanto Harry como Louis habían seguido acudiendo a las terapias y entre enojos, sollozos y demás, fueron entendiendo un poco mejor todo lo que les pasaba.

El ojiverde además, intentó contentar al omega con muchas más atenciones, regalos e incluso llevándolo de viaje a donde este quisiera ir.

En una de esas salidas, visitaron la aldea dónde el ojiazul había nacido y allí, Louis se encontró con la triste noticia de que estos habían muerto al poco tiempo de separarse de ellos.

Un viejo alfa que visitaba la tumba de su omega fue quién les contó de ellos pues los había conocido, ya que vivió cerca.

…— Tu padre me solía hablar de lo mucho que se acordaba de ti todos los días, lo hizo hasta el final.

Louis descubrió que lo había hecho porque estaba muy enfermo y sabía que esa enfermedad incurable se lo llevaría pronto, así que lo habían ofrecido por toda la aldea a los vecinos para que no se quedara solo.

Al no encontrar a nadie que se hiciese cargo de Louis, no tuvieron otra opción que dárselo al comerciante, el cual había prometido que se encargaría de buscarle un buen lugar.

También les dijo que su pobre madre había muerto poco después, debido a la pena y la tristeza por no tener a su alfa, así que el ojiazul dejó de sentir rencor por toda su desdichada vida.

Gracias a ese alfa, comprendió la desesperación de sus progenitores y les perdonó por separarlo de su lado pues lo habían hecho pensando en él, para que no se quedase sólo tras sus muertes, así que compraron unas flores en el puesto de la entrada al campo santo y les rezó varias oraciones por sus almas.

Así, poco a poco, el omega había ido acortando distancias con el alfa y entre sonrisas y tímidas miradas, las caricias se fueron dando, las cuales dieron paso a su vez a los abrazos y también a su primer beso.

Este ocurrió en una tarde en que Harry decidió quedarse en casa y no ir a la oficina, ya que se sentía tranquilo y cada vez le gustaba más disfrutar del hogar, el cual estaba impregnado del dulce aroma del omega.

Louis seguía pasando sus horas en la biblioteca, entonces se le acercó y tras sentarse en una de las butacas, lo observó fijamente mientras leía y escribía, en uno de sus bloc de notas que le había comprado.

...—Te ves muy lindo hoy, me gusta mucho verte así.

El omega lo miró también y a continuación soltó una tímida risilla.

—¿Quieres leer conmigo?

El alfa asintió.

—Claro, ¿Qué lees?

—Es una trágica historia de amor.

—A ver.

Louis se levantó y se acercó entregándole el libro, el cual Harry comenzó a leer, entonces este sorpresivamente se sentó en el regazo del alfa, embelesado por su profunda y varonil voz.

Con el pasar de las páginas, el ojiazul fue acurrucandose en el pecho del ojiverde, hasta que en un momento dado, soltó un pequeño gemido de gusto que hizo sonreír al alfa.

...—Es una linda historia—susurró.

—Tú si que lo eres, pequeño.

Louis levantó entonces su rostro y lo miró, entonces sus ojos conectaron al instante y en un acto de timidez, se mordió el labio.

—Yo no sé como es besarse, solo lo he leído en tus libros pero debe ser hermoso—habló Louis tímidamente.

—Si que lo es, es un acto increíblemente bello.

8. Pobre omega infeliz~Larry Stylinson, Ziam-Omegaverse 💜(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora