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Parte 19 (Maratón 2/3)

Llevé mis dedos a mi labio inferior comenzando a jugar con éste.

– Relajate mujer – tomó mi mano y la alejó de mi labio – Solo pasaron un poco menos de cinco meses.

– Uh si, no es nada – rodé los ojos.

Mía se rió de mi estado y giró su cabeza al frente nuevamente.

Quizá a algunos les parece poco tiempo cuando lo dicen así, pero en realidad yo sentía que esos cinco meses habían sido como años.

Hablar con él por el celular de todas las diferentes maneras que existían no era suficiente, es decir, los primeros dos meses eran fáciles de llevar, hablábamos de nuestros días, de diferentes temas en común que teníamos y alguna que otra anécdota, pero luego de eso cada vez que hablábamos solo me hacia querer tomar el primer vuelo a Canadá e ir hasta su casa verlo.

Recuerdo que al terminar la cena con mi familia - de la cual me la pase traduciendo las preguntas de mis papas hacia Shawn, las respuestas de él y viceversa - nos habíamos quedado en la puerta conversando un buen rato hasta que una persona del equipo de Shawn lo llamó diciendo que debía volver al hotel porque ya era tarde, luego de eso nos despedimos varias veces y en cuanto se fue, dejó un vacío en el aire y un nudo en mi estómago demostrando cuanto iba a extrañar su presencia.

El día después de la cena no hablamos mucho por mensajes porque estaba ocupado empacando y organizando con los demás su viaje de regreso y por la tarde partió de nuevo a Canadá.

No nos habíamos comunicado hasta el otro día cuando ya había descansado lo suficiente, no tanto por el problema del horario o Jet Lag³ ya que sólo había una hora de diferencia, si no por el largo viaje que lo había dejado agotado, además de un dolor de cabeza, y desde entonces no lo había vuelto a ver... hasta ahora.

– No lo veo – me quejé observando a todos lados – Son muchas cabezas.

– ¡Allá! – se apresuró a decir mi mejor amiga señalando un punto a lo lejos.

Me fijé en el lugar que apuntaba intentando identificar al chico que últimamente había estado ocupando gran parte de mis días, tanto como en mensajes, FaceTimes y en mi cabeza, cuando dejaba mi celular a un lado dispuesta a dormir.

Ahí está Shawn.

Sonreí instintivamente cuando distinguí los pequeños rulos de su cabello y pude notar como me devolvía una sonrisa brillante en el momento en que nuestro ojos se cruzaron.

Solté mi bolso a un lado de mis pies y comencé a correr en su dirección.

Di un salto envolviendo mis brazos en su cuello y mis piernas en su cintura y él rodeó la mía con lo suyos firmemente manteniéndome pegada a él.

Cerré los ojos sintiendo su fragancia adueñándose de mis sentidos y el calor de su cuerpo transmitiéndome una increíble paz, quería quedarme así el resto de mi vida, con su trabajados brazos rodeando mi cuerpo haciéndome sentir protegida.

La puta madre, como lo extrañaba.

– Fueron los cuatro meses más largos de mi vida – suspiró en mi cuello.

Sonreí estrechándolo más a mí si eso era posible.

– Digo lo mismo.

Alguien carraspeo a nuestro lado y inevitablemente tuvimos que separarnos, dejó que mis pies tocaran el piso pero nuestros brazos aún se encontraban enganchados.

Mi giré hacia el dueño o dueña del sonido y me sorprendí al reconocerla.

– Hola soy Karen – extendió su mano hacia mí con una sonrisa amable en su rostro.

Ahora sí, me solté del agarre de Shawn por completo y estreché la mano de su mamá sonriendo de la misma manera.

– Soy Kay, un placer.

– Ella insistió – soltó Shawn y me volteé a verlo unos segundos en el momento en que encogía sus hombros – A pesar de que le aclare que después de acá iríamos a casa.

– Yo soy Mía – se presentó mi mejor amiga llegando a mi lado con todos los bolsos, me sentí mal por unos segundos por dejarla sola con todas nuestras cosas – La mejor amiga de Kay – finalizó fulminandome con su mirada y le respondí con una sonrisa inocente.

Las dos estrecharon sus manos y Shawn se ofreció a llevar nuestros bolsos, luego de discutir varios minutos quedamos en que Shawn llevaba el bolso con mis cosas y las de Mía, y Mía y yo llevábamos nuestras valijas individuales las cuales eran pequeñas.

Ayudé a Shawn a subir nuestro equipaje a su auto y cuando terminamos me acerqué a la puerta trasera de su Jeep para subirme a él mientras Shawn cerraba el maletero, pero me sorprendí al ver por la ventanilla a su mamá y Mía en el interior de éste.

Creí que su madre iría adelante.

Karen me sonrió desde adentro y yo elevé mi mirada hacia Shawn cuando noté que se acercaba a mí.

– Sube – apuntó con su cabeza el interior del auto dirigiéndose al lado del copiloto y abriendo la puerta para mí.

Le dediqué un sonrisa acercándome a él.

– Oh y Shawn – me detuve antes de subirme al interior de su vehículo – Feliz cumpleaños.

Tomé la parte trasera de cuello y lo acerqué a mi rostro para depositar un beso en su mejilla.

En cuanto me alejé elevó las comisuras de su labios y me guiñó el ojo.

³Jet Lag: Trastorno del sueño que puede afectar a las personas que viajan y atraviesan varios husos horarios.