Epílogo

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Me desperté de golpe al sentir una mano sacudiéndome el hombro.

– Kay despierta – rió – ¿Con quién soñabas?

Estiré mis brazos despabiladome.

– Tuve un sueño muy loco – contesté confundida.

– Sea cual sea el sueño, no va a ser mejor que esta fiesta – festejó mi mejor amiga – Es mi cumpleaños y lo vamos a pasar a lo grande.

– Siempre decís lo mismo – rodé los ojos.

– Menos charla y más baile – respondió bajándose del auto.

Tardé unos segundos en reaccionar pensando en el sueño que acababa de tener.

Si tan sólo hubiese sido real.

Salí del auto corriendo hacia mi mejor amiga.

– No me dejes atrás – me quejé.

Nos encontrábamos en un club rodeado de nuestros amigos más cercanos, todo lo había organizado Mía con su novio, yo intenté ayudarles pero no querían robarme tiempo.

– Esto es increíble – chilló emocionada una vez dentro del club.

– Te luciste – reí rodeando el lugar infestado de personas.

Había un pequeño escenario al fondo con una persona acomodando un micrófono aunque no se podía ver nada ya que ninguna luz apuntaba hacia ahí, a un lado se encontraba la barra y a los costados había un montón de asientos.

– Gracias – hizo un ademán como si la estuviesen aplaudiendo – Tengo que ir a buscar al organizador número dos, ya vuelvo.

En cuanto me dejó sola las luces del escenario se encendieron llamando mi atención y dejándome ver a la persona que se encontraba en el medio de éste.

Mi garganta se secó al verlo parado a unos metros de mí, todo había desaparecido a mi alrededor y solo me podía concentrar en sus ojos fijos en los míos.

Las personas comenzaron a gritar y lo hizo todavía más real, no era una ilusión mía y no me lo estaba imaginando, sino que en realidad se encontraba allí.

Entonces fue cuando una melodía comenzó a sonar y sus labios empezaron a moverse soltando la letra de la canción.

Perfect. Nuestra canción.

Tocó toda la canción mirándome fijamente y apartandola de vez en cuando para observar la guitarra, pero después volvía a mis ojos.

El tiempo parecía no correr y mis ojos se habían llenado de lágrimas, no podía creer lo que estaba haciendo.

La canción terminó y las luces volvieron a apagarse, pero podía seguir notando su figura entre las personas acercándose a mí.

El corazón comenzó a latirme con fuerza, mi estómago era víctima de una estampida golpeando las paredes y mi labio se volvería rojo de tanto juguetear con él debido a los nervios.

– Kay – susurró cuando estuvo frente a mí.

Sentí su fragancia invadiendo mis sentidos, había extrañado ese aroma.

Hace mucho tiempo no lo tenía así de cerca y sentía que me caería en cualquier segundo.

– Shawn – respondí de igual forma.

– ¿Enserio creíste que te dejaría ir así como así? – sonrió.

No podía apartar mi mirada de él fascinada, nada importaba más que él y yo en este momento, no siquiera aunque estuviésemos con cientos de pares de ojos puestos en nosotros.

– Yo no... – callé mis palabras cuando no tuve nada coherente que decir.

– Kay eres lo mejor que me pasó en la vida – observó el piso y luego clavó sus ojos penetrando los míos – No dejaría que te escaparas de mí tan fácil.

– Pasaron dos meses desde... ya sabes – respondí – Pensé que hablabas enserio.

– Quería darte tu espacio primero – confesó – Cuando te subiste al avión solo podía pensar en correr a conseguir un boleto y volar hasta acá – rió – Pero entendía lo que pasabas, no quería que te sintieras presionada y sabía que no estabas bien... hubiese venido antes pero Brian me dijo que Mía planeaba hacer una fiesta por su cumpleaños y no pude desaprovechar esta oportunidad, quería que enserio supieras lo que significas para mí – tomó mis manos enviando electricidad desde esa zona hacia el resto de mi cuerpo – Kay no hubo un día en que no pensara en vos, cuando vi tu vídeo jamás me había sentido tan mal en toda mi vida, sabía que era lo correcto lo que estabas haciendo pero sos lo que más necesito, te necesito conmigo a mi lado porque enserio te amo, te amo como nunca amé a nadie – podía verlo observar cada centímetro de mi rostro y luego llevó su mano a mi mejilla con suavidad – Extrañe tu rostro, extrañe tu calor, extrañe tu presencia, tu sonrisa, tu compañía, la forma en que me hacías reír y sentirme querido Kay.

Mi corazón se derritió y mis piernas comenzaron a flaquear.

No ponía en duda que Shawn sabía expresar sus sentimientos hacia mí, siempre me sorprendía y me dejaba impresionada con su capacidad de decirlo todo sin ningún pelo en la lengua.

– Yo también te extrañé Shawn – respondí.

– ¿Todavía me amas?

¿Acaso lo dudaba?

– Jamás te dejé de amar – negué con mi cabeza – ¿Enserio hiciste esto por mí?

– Me ofende que pienses que no haría esto – rió – Te lo dije una vez pero voy a repetírtelo las veces que sean necesarias – relamió sus labios – Sería capaz de hacer esto y mucho más – sonrió con alegría con su atención en mis labios – ¿Entonces que dices? ¿Volverías conmigo?

Observó mis ojos nuevamente esperando ansioso mi respuesta.

– Por supuesto que si – reí.

– Por favor no vuelvas a alejarte de mi – pidió acercándose a mis labios uniéndolos nuevamente luego de dos largos meses.

Ese beso me hizo notar cuanto en realidad los había extrañado, entonces fue cuando me di cuenta que era justo donde quería estar.

Con él hasta el fin, con fama o sin fama.

AHORA SI OFICIALMENTE ESTA HISTORIA TERMINÓ, en el próximo capítulo un par de palabritas y SEGUNDA TEMPORADA DISPONIBLES EN ESTE LIBRO!!!

Fama » shawn mendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora