Parte 26 (Shawn)

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PERDÓN LA DEMORA ENSERIO, ACÁ LES DEJO UN CAPÍTULO LARGO, YA VOLVÍ💜

Abrí mis ojos con dificultad abrazando el cuerpo que descansaba bajo mi brazo e inhale el aroma que su pelo desprendía.

Sonreí levemente al tenerla así, me gustaría que nunca tuviese que irse.

Me separé de ella con cuidado intentando no despertarla y me dirigí hacia la cocina después de pasar por el baño para hacer el desayuno.

Caminé libremente en boxers por el lugar sintiéndome genial, me había mudado a mi propio departamento ayer con ayuda de mi familia y de Kay, habíamos pasado toda la tarde cargando y corriendo muebles de un lado al otro, con cajas llenas de ropa y demás. Había estado pensando en mudarme hace mucho tiempo pero siempre algo sucedía y no podía hacerlo, sin embargo a lo largo de este mes estuvimos visitando distintos departamentos hasta que encontramos uno con vista a la ciudad de Toronto, muy espacioso y bastante moderno, y ahora me encontraba viviendo en él.

Lo mejor de todo es que podía estar desnudo paseandome por toda la casa de un lado a otro si quisiera, porque no había nadie más conmigo y nadie me vería, excepto cuando se encontraba mi novia pero a ella no le importaba en lo más mínimo, no había nada que no haya visto antes.

Kay y mi mamá habían comprado todo lo que necesitaba la tarde de ayer para sobrevivir un mes con comida, así que me encontraba moviendo de un lado a otro preparando el desayuno.

Salté en mi lugar a la vez que la sartén con huevos se resbalaba de mis manos cuando unos brazos envolvieron mi cintura, estaba tan concentrado en lo que hacía que ni siquiera la había escuchado entrar.

Giré sobre mis pies analizando su cuerpo cubierto por tan solo una de mis camisas y le dediqué un sonrisa antes de besar sus labios.

- Buenos días - desee - Adoro como luce mi ropa en ti – le hice saber.

– Bueno días – respondió riendo – ¿Que estabas haciendo? – preguntó entrelazando sus manos al final de mi espalda.

– El desayuno – conteste más para mí recordando que había comida en el fuego.

Me volteé rápidamente para seguir con lo mío y escuche su risa detrás de mí, al parecer yo le parecía gracioso.

– ¿Cómo dormiste? – curioseó.

– Luego de anoche, muy bien – volteé mi rostro hacia ella para guiñarle el ojo y volví a la cocina.

– Me refería a si te dolía el cuerpo – explicó divertida.

Estoy seguro que no se daba cuenta del doble sentido que podías encontrar a sus palabras.

– Kay, puedo seguir encontrando el doble sentido a tus palabras – informé mirándola con una de mis cejas alzadas.

– ¡No puedo hablar contigo! – se quejó cruzando sus brazos como niña pequeña, aún así podía verla mordiendo sus labios para no soltar una risa.

Carcajee acercándome a ella dejando dos platos en la barra donde se encontraba sentada.

– Estoy bien, preciosa – informé serio – Me duele un poco el hombro por correr los muebles con papá ayer, pero estoy bien para que sigamos más tarde.

Había mucho que hacer todavía, aún había que pintar la habitación y terminar de acomodar los muebles y decoración, mañana Kay debía volver a Argentina y enserio quería disfrutar el tiempo con ella.

– Shawn – escuché el quejido de mi novia en cuánto cambié la canción.

– Estuvimos escuchando a Niall toda la tarde – protesté – Adoro su música, pero sigue siendo raro que ames a uno de mis amigos – resoplé buscando otra canción.

Es decir, ¿En que relación era normal que a tu novia le guste tu amigo? Ah-ah en ninguna.

– Eres imposible – rió.

Bajé por todas mis canciones hasta encontrar una a la que le había tomado cariño, en especial porque me hacía acordar a Kay cuando la escuchaba.

Me aproximé a mi novia quién se encontraba pintando la pared balanceándose de un lado a otro al compás de la canción y la tomé de su cintura provocando que girara bruscamente hacia mí.

– ¿Que haces? – interrogó divertida colocando sus brazos sobre mis hombros evitando mancharme con la brocha bañada en pintura.

– Esta es nuestra canción – expliqué con una sonrisa en mi rostro.

Ella fijó sus ojos en los míos en silencio, podía sentir lo profunda que era su mirada y sabía que muchos pensamientos recorrían su mente en este momento.

Estiré mi brazo hacia atrás tomando la brocha que Kay sostenía en sus manos y la dejé sobre una pequeña escalera a un lado nuestro para poder tomar sus manos y dejarlas descansar alrededor de mi cuello, rodeé su cintura con mis brazos y comencé a dirigirla por la habitación bailando al ritmo de Perfect.

No podía dejar de observar su rostro con admiración, ella irradiaba una belleza única y para mí era la mujer más perfecta del mundo por más que ella se riera de mí cuando se lo decía porque no me creía, yo enserio lo sentía, su singular personalidad había influenciado muchísimo en que cayera rendido a sus pies, nunca había conocido a alguien como ella antes.

– Estoy tan enamorado de ti – solté.

– Eres tan cursi – contestó con una sonrisa en sus labios.

– Amas que lo sea – encogí mis hombros.

– Quizás – formuló – Pero también estoy enamorada de ti – siguió luego de unos segundos.

La observe unos instantes en el momento que una pregunta atravesó mi mente.

¿Qué haría cuando me vaya de gira?

Besé sus labios sin querer adelantarme mucho en el tema, no todavía.

Volvimos a lo nuestro en cuanto la canción acabó siguiendo con la tarea de pintar la pared.

– ¿Recuerdas cuándo te encontré cantando esta canción en tu habitación? – cuestioné al segundo en que Treat You Better comenzó a sobar en mi reproductor.

, yo descargaba mis canciones.

– No me hagas recordar, que vergüenza – exclamó avergonzada lo que hizo que una risa se escapara de mis labios.

– Oh, pero si fue divertido – hablé y ella me fulminó con sus ojos.

– Claro que no lo fue – replicó – Quizá para ti sí pero yo quería que la tierra me tragase.

- Te veías completamente adorable avergonzada – continué molestándola.

Bufó al oír mis palabras llenas de burla pero no duró mucho su mueca molesta ya que a los pocos minutos nos encontrábamos en una pequeña guerra de pintura corriendo por todo el departamento.

– ¡Mira lo que hiciste! – solté riendo.

– ¿Yo? Yo sólo te manche un poquito, tú comenzaste la guerra – cruzó sus brazos indignado.

– Por que tú me pintaste primero – me defendí dirigiéndome al lugar en dónde se encontraba.

Coloque mis manos a los costados de su cabeza formando una pequeña cárcel impidiendo que escapara.

– Ahora tendremos que ir por más pintura – informé divertido.

– Estamos todos sucios, no pienso salir así – se negó.

– Por eso es que tomaremos una ducha – sonreí pícaramente tomándole de las piernas para subirla sobre mi hombro.

Fama » shawn mendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora