Bienvenidos a mi nueva aventura...
Niall es un alfa con una posición muy elevada que desde hace años tiene alguien muy especial a su lado, aunque nunca lo ha sabido ver
Harry es un omega que trabaja como secretario personal y asistente del señor Hor...
Aquí está el capítulo y tan pronto como alcance treinta (30) votos, habrá actualización. GRACIAS GRACIAS GRACIAS
El despacho de la casa del señor Horan estaba en un silencio sólo roto por el monótono sonido de un viejo reloj reliquia familiar de los Horan y el rasgueo de la pluma de Harry contra el papel. Ocasionalmente Niall tecleaba algo en el ordenador.
-Ya casi está -Harry se desabrochó el primer botón de la camisa. Le estaba costando un poco respirar con normalidad.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Levantó los ojos hacia el reloj. Era enorme, como un cuerpo humano de alto, tenía mecanismo de cuerda y dos lobos aullando dibujados en la esfera, hechos de algún metal precioso, probablemente oro blanco.
Había pasado una hora y media.
-Creo que lo he terminado...
El señor Horan quitó la mirada de la pantalla. Harry notó los ojos del alfa fijándose en él y su estómago se contrajo. Su estómago y otros órganos más abajo.
Por todos los dioses habidos y soñados, su culo estaba húmedo de nuevo y aún tenía que llegar a casa.
Las pupilas del alfa se dilataron al máximo. El iris se redujo a una pequeña corona azul en torno a dos enormes pozos negros.
-Lamentó la demora -Harry tenía miedo de desmayarse. Y la mirada de Horan no ayudaba. – no me siento en mis plenas capacidades...
-Por Dios, va a desmayarse. Siéntese. Le traeré algo frío...
-Debería irme a mi casa, y... no me quedan pastillas aquí – Harry se sentó. El alfa salió del despacho y volvió con algo que al tacto de Harry estaba gélido. Bebió y el contenido del vaso le refrescó la garganta. Tenía hielo y sabía a limón.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¿Se siente mejor?
Harry abrió la boca para responder pero no le salió ni una palabra. La corona azul era ahora amarilla en los ojos del alfa.
