Capítulo 39: Besos fuera de control

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-Cuándo Niall vuelva haremos una reunión.  Todos.  -dijo Zayn – mientras tanto tenemos que tener cuidado.  Las maldiciones no existen.  Las personas que hacen cosas malditas, sí.

-¿Maldición? -preguntó Louis.

-Niall cree que su sangre está maldita y que todo lo que ama lo mata o lo destruye.  Familia, amigos y obviamente... Harry.  -dijo Steve.

-¿Cómo puede creer eso? ¿Por eso trató así a Harry?

-Sí.  De un modo equivocado y torpe, él trataba de proteger a quien amaba de sí mismo.  Tiene tras de sí un historial de muertes accidentales o desgracias que le han perseguido pero está claro que no puede ser ninguna maldición.

-Hay alguien moviendo los hilos del destino de Niall sin que él lo sepa -dijo Liam, deduciéndolo rápidamente. 

-Y tenemos que averiguar quién y porqué.  Antes de que decida que es hora de cortar también sus hilos.

Todos se miraron.  Zayn abrazó a Louis y le besó el cuello.

-En los próximos días, no quiero que salgas sólo y mucho menos que uses vehículos ni nada mío.  Muévete siempre en taxi.  Yo también lo haré. 

-Deberíais ir a mi casa.  Soy extremadamente paranoico con la seguridad -ofreció Liam.

-No lo hubiese sospechado nunca -dijo Steve con una sonrisa llena de promesas.  Liam cruzo los brazos nervioso -  me han dado drogas para el dolor.

-Ya me lo imagino.  Deja de sonreír como idiota. -dijo, pero riéndose.

-Quédate un rato más... teníamos una cita.

-Está bien. Id a mi casa.  Louis tiene llave y se sabe los tres códigos de alarma.

Steve se cubrió los ojos.  Tres códigos.  Ese era su hombre.

Liam esperó a que quedaran sólos en la habitación de la clínica para empezar a moverse a su alrededor como una mamá gallina, colocarle las almohadas y pretender hacerle un reconocimiento improvisado.

-Estoy bien.  Ya, para.  Estás estropeando la cita.

-Está bien... te daré un beso.

-Más besos.  No olvides que estoy herido.

-Creía que erais los alfa los que protegíais a vuestros omega....

-Un buen omega también cuida y protege a su alfa... especialmente el mío, que es fuerte como uno.  Además, desde siempre los omegas han cuidado a sus alfas cuando vuelven de la batalla.

-Sal de la Edad Media, soldado -Liam se rió fuerte -lo más cerca que tú has estado de una batalla ha sido jugando al Age of Empires.

-Duerme conmigo.  Tengo sueño.

Liam se tensó.  Steve alargó la mano y le acarició el dorso de la suya, tatuado con ese águila perfecta.

-Eso es ir un poco deprisa -dijo Liam con voz frágil.

-Sólo dormir.  Por favor. 

Liam dudó pero se acostó a su lado.  Steve giró la cabeza y Liam le besó.

-Cuando salga de aquí tenemos que hablar en serio de lo nuestro.

Liam tragó saliva.  No sabía que le daba más miedo, si ese hablar implicase compromiso o no.

Steve volvió a besarle y cerró los ojos, cayendo vencido por el peso de la medicación.

Harry abrió la ducha y entró tropezando.

Las pesadillas no le dejaban dormir y despierto seguía todo en su cabeza.  Abrió el agua caliente y trató de calmarse, casi ahogándose con el agua.

El lobo blanco le miraba, le miraba y luego Harry caía en una especie de túnel.  Sonaba un reloj, daba la medianoche, era el reloj de los lobos en casa de Niall.

Harry trataba de encontrar al lobo pero este huía y aullaba.

Apretó la cara contra el azulejo de la ducha.  Iba a enloquecer.

-Harry no responde al teléfono -Louis entró en la casa de Liam con Zayn – pero hasta donde sabemos, Niall dijo públicamente que no tenían nada que ver.

-Espero poder tener tu liberación pronto.

-Nunca he soportado esta marca -Louis trató de no llorar – ahora menos que nunca.

-Pronto desaparecerá.  Cuando te libere y se anule, se hará menos visible  y podré marcarte.

-Sólo desaparecerá del todo con su muerte.

-Pero la mía lo cubrirá.

-Cubrirás el dolor con amor.  Eso lo estás haciendo muy bien.

Zayn gimió, besándole. 

-Louis, te amo.

-Vamos al cuarto que ocupo siempre.  Eh... cuidado con fumar dentro de casa, solo se puede en la sala o el cuarto de Liam, tiene una alarma de humos y otra de detección de químicos muy sensibles.

-Bodhi le rompió en pedazos.  Como a ti.

-No se hasta dónde puede llegar la maldad de ese hombre pero yo... me creo todo viniendo de él.

Liam despertó y miro el reloj.  Las seis de la mañana. 

Comprobó las constantes y el suero que habían puesto a Steve y volvió a su lado.

Empezó a besarle.  Primero con timidez.  Luego más atrevido.  Los labios, la nariz, el pecho.  Besarle era agradable.

Steve empezó a despertar y con una expresión satisfecha le devolvía los besos. 

Hasta que de repente Liam cayó sobre el colchón.  Steve se había levantado de la cama a pesar del gotero y Liam miró.

Llevaba un camisón de hospital casi transparente  y nada más y lo que se veía debajo... era grande y estaba muy erecto.

Liam se levantó sobre la palma de las manos, inseguro.

-Perdón...

Steve estaba respirando rápido.  Liam no apartaba la mirada de su erección.  Y tampoco se movía.

Adivinó que la visión de su cuerpo estaba provocando un efecto similar en Liam. 

Que sin darse cuenta se frotó contra el colchón.  Luego pareció ser consciente de lo que hacía y se detuvo.

-No pidas perdón.  Así es cómo debemos sentirnos... está bien pero no aquí.  No así y no ahora. 

-Yo no suelo... yo nunca...

-Lo sé.  No hace falta que me digas lo que ya se.  Liam... amor... es normal lo que ha pasado ahora pero mereces más la primera vez.

-Creo que... ¿qué fecha es hoy?

-Hoy es día veinte.

-Mi celo tendría que comenzar el día veintitrés.

El Código Horan ||Narry||Zouis||Omegaverse||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora