Capítulo 30: Juegos de alfas

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Ojos amarillos brillantes.

Un gruñido. Varios fogonazos de luz y luego un gran lobo blanco, abalanzándose sobre él...

Harry gritó sentándose sobre la cama, empapado en sudor. Miró a su lado. Vacío.

Pasó la mano. Las sábanas estaban frías, pero arrugadas y sucias como prueba de que lo ocurrido la noche anterior entre ellas no lo había producido su imaginación.

Aunque para ser sinceros su imaginación no hubiese podido elucubrar por sí sola las sensaciones que el señor Horan le había provocado.

Estaba un poco decepcionado por el hecho de haber despertado en absoluta soledad pero el señor Horan se había comportado de un modo completamente diferente la noche anterior, de modo que trató de que el amanecer no amargase la noche.

En la planta baja estaban ya en pleno movimiento. Había personal de servicio y también estaban Liam y Steve.

Harry entró en la cocina con un nudo en el estómago y sin saber realmente qué iba a recibir.

-Buenos días, Styles -Niall le miró con esos ojos de nuevo fríos como hielo - ¿te o café?

Harry necesitó unos segundos para que su cerebro procesase el cambio. Recordaba esos ojos como icebergs derretidos sobre él, y ese cuerpo ansioso empujando en su interior...

El ruido de la leche derramándose en el vaso que el señor Horan estaba llenando le absorbió. Sus ojos fijos en las manos del alfa...

-Harry -Liam chasqueó los dedos frente a él -¿te o café? La camarera del señor Horan tiene más tareas que servirte, recuerda que no todos somos alfas privilegiados.

Niall arqueó las cejas y Steve movió la cabeza negando a la vez que sonreía ante el descaro de su omega.

-Café. No he dormido muy bien.

-He podido hablar con Louis. Está bien aunque la banda de Bodhi le dio varias palizas. Necesita reposo y un doctor ya le ha visto. No se porque motivo pero aunque quiere que vaya a verle esta noche porque le duele la marca, no quiere que le saquemos de casa de ese Zayn.

-Zayn ha dicho que no vendrá a trabajar.

-Cuando un alfa y un omega destinados a estar juntos se encuentran, es difícil separarlos -dijo Steve.

Harry apartó la mirada. Para el señor Horan olvidarle parecía sencillo.

-Iré a pedir que preparen mi coche -Niall pasó por detrás de Harry y le acarició la espalda sin que nadie más lo viese, haciendo que le recorriera una especie de descarga eléctrica.

Entonces era un secreto. El señor Horan no había olvidado lo ocurrido pero era un secreto...

Zayn era un enfermero atento. Durante todo el día cuido y vigiló que Louis comiese, durmiese, descansase, tomase los medicamentos y estuviese bien.

Aunque no sabía cómo ayudarle con el dolor que hacía la marca de su cuello palpitar y a la vez era el que más le preocupaba.

-Liam sabrá qué hacer -le dijo Louis y Zayn estaba empezando a tener un serio problema de celos y posesividad con respecto a ese Liam.

-Bueno, mientras yo puedo... soplar para aliviarte -Zayn se sentó a su lado y sopló levemente contra la cicatriz irregular y enrojecida.

Louis se lo permitió. Era agradable. Estar con Malik.... Zayn era agradable.

Nunca se iría de su lado, eso era lo que sentía y sentirlo era extraño.

Harry tecleaba rellenando todos los formularios para legalizar el P.R.O.

-¿No crees que el nombre Resistencia puede resultar un poco agresivo? -se atrevió a insinuar.

-No pienso cambiar ni una coma, y si a los alfas no les gusta...

-Tranquilo... ya lo pongo.

-Al final que Horan te folle va a reportarnos algún beneficio. Al P.R.O., porque a ti sólo te hará daño.

A Harry se le congelaron los dedos. Liam le mantuvo la mirada.

-Tú estás tonteando con Steve.

-Sí, y me trata como algo valioso siempre.

-Necesito tu... número de identidad, una cuenta bancaria y una firma...

-Por supuesto.

Harry se sentía dolido más aún porque el señor Horan le había tratado como cualquier otro día en la oficina.

Definitivamente lo ocurrido la noche anterior no había sido más que un espejismo en su desierto emocional.

La recepcionista cerró la puerta tras ella. Liam se había ido también.

Era el momento de irse a casa.

Se levantó y empezó a apagar el ordenador cuando un ruido le distrajo.

Él estaba allí.

-¿Ya ha terminado por hoy?

-Las horas han pasado rápido...

Horan se apoyó contra la puerta. Se pellizcó el labio inferior, pensativo.

-Le pasaron rápido... debí decirle que necesitaba unas horas extra, quizás así le pasasen lentas...

-Señor Horan...

-Harry, tranquilo... no quiero que te desmayes antes de que termine.

El tono de voz grave y el cambio del usted al tú hicieron que las rodillas de Harry casi cediesen.

Entonces Niall le subió al escritorio.

-Tengo una cena de negocios en cuarenta minutos, no puedo ensuciar mi traje.

Harry gimió. Niall le abrió la cremallera de los pantalones.

-Así que tendrá que ser en exclusiva usted y sólo usted.

Niall metió la mano y buscó el pene de Harry. La oficina vacía estaba silenciosa y calmada. Niall le lamió el cuello y empezó a masajear el tronco del pene de Harry, muy lentamente, demorándose en subir y bajar la mano, acariciando con la palma.

Harry gritó y Niall chupó el punto sensible de su cuello para luego lamerle la garganta, y con la palma de la mano presionó y estimuló la cabeza de su polla, la tierna carne del miembro palpitando contra su mano. Haciendo que Harry se corriese contra él...

-Tengo que irme -dijo cuando terminó – tengo una cena muy importante.

El Código Horan ||Narry||Zouis||Omegaverse||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora