Capítulo 46: El celo de Liam

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Steve no podía dormir.  Liam estaba demasiado inquieto.  Le escuchaba moverse por la casa y las feromonas... y ni siquiera había empezado el día crítico del celo.  Eso sería al día siguiente. 

Se levantó y bajó cojeando al gimnasio, donde se escuchaban los jadeos de Liam haciendo ejercicio.

Y casi se cae hacia atrás de la impresión. 

Era la imagen más increíblemente erótica que había visto jamás.

Liam estaba cubierto de sudor desde la frente a los pies, sin nada de ropa, haciendo abdominales, con una enorme erección entre las piernas y era lo más malditamente perfecto que pudiera existir.

Y sus jadeos... sus jadeos mientras aceleraba las flexiones hacían a Steve perderse en un mundo de sensualidad.

Así debía de jadear cuando estuviera debajo de él...



Liam podía notar los ojos de Steve clavados en él, había percibido su presencia en cuanto había llegado.  Y le agradaba. 

A él y a su cuerpo y...

Dios bendito, su culo estaba chorreando.  Nunca había llegado hasta ese punto.  Era extraño.  Literalmente sus órganos internos estaban produciendo una catarata en su interior, y podía notar como salía, y se sentía bien.

Aceleró el ritmo. 

Y a cada movimiento su pene se movía y...

Steve seguía mirando. Arriba, abajo, arriba, abajo...

Liam se detuvo.  Ese movimiento le estaba provocando algo... se incorporó muy rápido.  Steve casi se desmaya.

Su cuerpo hermoso y fuerte, levantándose a la velocidad de la luz y su pene sacudiéndose, completamente levantado y a un roce del orgasmo, la punta brillante...

-Steve...

-Liam, cariño... sigue...

-Se siente extraño.

Steve esperó unos segundos para susurrar.

-¿Nunca te has acariciado?

-No... nunca. 

Steve literalmente creyó caerse.

-Hice una especie de juramento a mí mismo, yo... siempre dormía con calmantes durante el celo y nunca...

-Sabía que eras inexperto pero Dios mío...

-¿Estás decepcionado?

-Dios mío, no.  Es sólo que no se que he hecho para merecer este regalo...

-Me siento muy...

-Sé como te sientes.

Liam respiró hondo varías veces.

-¿Me ayudarías con ello?





Niall no podía dormir. Harry sí pero él estaba demasiado inquieto.  Porque necesitaba más que nunca respuestas. 

Y necesitaba poder tener a Harry completamente seguro.

Para empezar no debería haberle llevado a su casa, estaba poniéndole en riesgo si alguien le vigilaba. 





Steve tardó casi un minuto en responder.

-Liam, yo...

-Necesito ayuda.

-Y te voy a ayudar, pero vamos a hacer las cosas como las mereces. 

Le rodeó con los brazos y le besó los labios y luego el cuello.  Le levantó y le llevó a su cuarto.

Liam cerró los ojos.  La cabeza le daba vueltas.  Steve le sostenía con firmeza, era tan fuerte y era tan cálido...

Lo siguiente que noto fue su colchón contra la espalda.  Steve sonrió mientras le seguía besando sin parar la cara y el cuello, y luego el pecho.

-Liam, mi amor... ¿por qué tú colchón es tan duro?

-No me gusta ser perezoso y me gusta despertarme pronto...

-Esto va a cambiar...

-Tiene que dolerte el pie.

-Hay otras cosas que te duelen más a ti y que merecen toda mi atención.

Liam sollozó.  Steve le dio la vuelta y empezó a besarle la nuca y la columna vertebral, hasta llegar a la base.  Allí sacó la lengua y lamió ese hueco, haciendo que el cuerpo del omega se arquease. 

El gemido de Liam le provocó demasiado.  Siguió besando, sus nalgas y luego, abriendo éstas despacio, besó su culo.  Se le quedaron los labios y hasta la barbilla mojados de la pura lubricación de su cuerpo.

Sacó la lengua y lamió.  Luego siguió con sus besos por sus piernas, hasta sus talones y de nuevo arriba. 

Liam trató de girarse pero no le dejó.  Siguió rozándose contra él, frotando su pene contra sus nalgas y luego contra la base de su espalda. 

Empezó a masajear con sus manos la parte de la espalda donde sabía que podía hacerle llegar al orgasmo apretando su próstata.

-Hazme el amor...

-No. Hoy no...

-Me siento vacío...

-Ahora no, aún no...

-¡Steve!

-Estás desesperado y dolorido y yo voy a curarte y amarte como te mereces, esto es para ti. 

Liam hundió la cara contra la almohada y sollozó, mientras Steve empujaba ese hueco en su espalda,  con su polla dura y caliente y sus manos...

El grito del orgasmo de Liam fue gloria para los oídos de Steve.  Al fin. 

Su primer orgasmo, su primer todo.

Su macho, su omega, estaba feliz, estaba saciado y satisfecho, y era gracias a él y sólo a él.

-Steve...

-Lo sé.

-Pero tú...

-Yo estoy bien.

Steve le acarició la nuca mientras la respiración de Liam se hacía pausada.

-Descansa, mi amor.  -dijo Steve, besándole el cabello – mañana te queda un día largo pero estaré a tu lado.

El Código Horan ||Narry||Zouis||Omegaverse||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora