Capítulo 45: El reloj

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Pasaros por mi nueva novela Enigma, y también por Aguas Turbias, os gustará


-¿Crees que los sueños nos dicen cosas?

Niall salió de su ensoñación.  Estaba observando a Harry, sentado frente a él en el sofá de su casa.

-Quizás, no lo sé.  Los míos suelen ser pesadillas.

-Soñé contigo.  Así fue como supe encontrarte el domingo... he soñado contigo más veces y otras cosas...

-Es porque estamos conectados... enlazados...

Harry notó como entre los labios se le escapaba una risita tonta.  Niall le estaba besando los hombros.

-Niall, estoy hablando en serio...

-Me excita que me digas señor Horan...

-¡Niall!  En mis sueños he visto muchas cosas y ese reloj sale en ellos constantemente.

Niall siguió su mirada hasta el gran reloj de pie con los lobos incrustados.

-Sólo es una vieja reliquia familiar.

-En todos mis sueños relacionados contigo ha salido.

Niall se acercó al reloj.  ¿Qué podía tener un reloj, que podía significar...? Harry se levantó y se puso junto a él.

-¿Y si lo abrimos?

-Confío en ti.

Harry lo separó de la pared y abrió la tapa donde se encontraba oculto el mecanismo.  Niall le ayudó iluminando con el teléfono las manos de Harry.

-No se, esperaba encontrar algo...

-¿Algo cómo que...?

Harry tiró con fuerza de la caja del mecanismo y la arrancó.  El reloj se detuvo y algo cayó a los pies de ambos.

Era un sobre viejo de color manila lacrado.

Niall lo recogió.  Estaba escrito apresuradamente. 

"Para Niall"

Sólo eso.  Harry le acompañó al sofá.  Niall la abrió.

"Querido hijo

Aún no has nacido pero hay cosas que tienes que saber.  Tu madre y yo estamos tan felices de tu llegada... sólo faltan cuatro semanas para que nazcas, y por fin nuestro sueño y la continuidad de nuestra familia se verán cumplidos y asegurados.

Ya te amamos demasiado.  Hay gente que te dirá cosas.

Te dirán que tu madre y yo no nos amamos.  Ella es más importante que nada para mí, pero tuvimos que fingir un matrimonio de conveniencia para tratar de evadir nuestra desgracia.  Igual que hemos ocultado por el momento tu llegada.

Desde hace dos generaciones hay una guerra interna en nuestra familia. Uno de los hermanos de mi abuela la comenzó, mi tío la sigue y ahora su hijo, tu tío.

No lleva nuestro apellido, son ilegítimos pero quieren acabar con nosotros. 

Tienes que tener mucho cuidado.  No puedo decirte todo en la misma carta.  Busca en el reloj,

Papá y mamá".

Niall volvió al reloj.  Se encontró dos cartas más.

"Querido hijo

No tengo palabras, no puedo detener mis lágrimas. 

No he podido salvar a tu madre de la maldición.

Voy a llevarte lejos, voy a intentar que crean que no tenemos lazos, que olviden tu existencia...

Te ama, tu padre".

Había una tercera carta

"Niall

Apenas tengo tiempo.  He logrado mantenerte a salvo.  Mi mejor amigo te contara todo.

Me han envenenado.  Me quedan horas de vida. 

Él te contara todo sobre tu tío y solo te deseo que logres acabar con él y esta especie de maldición familiar por fin.

Te ama, tu padre"

Niall plegó la carta. 

El mejor amigo de su padre había muerto en accidente de tráfico solo un día después que él.

Harry abrazó a Niall.

-Ahora sabes que no es una maldición.  Es alguien, una persona y contra eso podremos luchar.

-Pero... ¿Cómo puedo saber quién es?

-Nos reuniremos con todos y trazaremos un plan... porque también hay que rescatar a Louis.

Niall le devolvió el abrazo y Harry le besó.  Niall empezó a lamer su marca, ahora descubierta y desmaquilladora.

-Niall...

-Ahora estamos unidos y puedo leerte como un libro abierto porque te conozco.  No harás de cebo para mí tío.  Vas a seguir oculto...

Harry protestó. Era era exactamente su idea.  Ofrecerse para que trataran de hacerle daño a él.

Liam estaba a punto de enloquecer.

A pesar de que era madrugada, el celo estaba empezando a afectarle, y le daba la sensación de que era peor con Steve y su cuerpo reaccionando y emitiendo hormonas cerca, aunque estaba dormido.

El no podía.  Tenía muchísimo calor, como una fiebre horrible.  Le hervía la sangre y el pene y los testículos dolían al rozarse contra los pantalones. 

Había tomado dos supresores ya y tenía que pasar una hora para el tercero.

Estaba haciendo gimnasia desnudo.  Tenía su cuarto de ejercicios y se había quitado todo.  Flexiones, abdominales... nada lograba bajar la erección.  Tuvo que dejar las flexiones porque su pene literalmente golpeaba el suelo y dolía.

Estaba empezando a arrepentirse de no haberse drogado como siempre.

El Código Horan ||Narry||Zouis||Omegaverse||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora