El Código Horan ||Narry||Zouis||Omegaverse||

Capítulo 48: Las artes de Steve

Perdón por el retraso, ayer estuve enferma
Es corto pero quería actualizar
También subiré hoy Enigma
Dedicado a Eli6_6
Sigo pidiendo 55 para actualizar

Steve acabo de preparar algo de comer para Liam. Aún estaba dormido.

No sabía lo que iba a hacer con Liam. Cuando despertara el celo estaría en su punto más álgido.

Tenía que atenderle, quería atenderle pero no consideraba moralmente adecuado que la virginidad de Liam se fuese en un estado tan alterado como era el celo.

Quería ayudarle, hacerle gozar, pero que su virginidad se fuese cuando Liam estuviese plenamente consciente de sí mismo para decir un sí sin condiciones.

Volvió al cuarto. Estaba tan denso por las hormonas que podía jurar que casi era visible, como bruma.

Liam abrió los ojos.

-Buenos días.

Se puso rojo. Dios mío, era irresistible. Tan dulce y tan inocente... Steve se sentó a su lado.

-Buenos días – le besó con posesividad. Liam se tapó la boca para reírse. Steve le miró embobado. Estaba muerto de pudor por lo ocurrido la noche anterior...

-Anoche...

-¿Te gustó?

-Mucho -Liam estaba rojo. Steve le dio los supresores para aliviar un poco y luego le obligó a desayunar.

-No voy a hacerte el amor mientras estés así.

-Entonces, necesitaré más supresores...

-Yo no he dicho eso -dijo Steve sonriendo.

Louis estaba desesperado. Absolutamente desesperado. No sabía en qué momento Bodhi iba a salir de casa para que él pudiese tratar de hacer algo.

Danny, el chico nuevo de Bodhi, le vigilaba constantemente. Para complacer al alfa y porque estaba terriblemente celoso.

Ese se lo iba a poner difícil.

Liam tenía los ojos en blanco.

Esa tarde estaba siendo increíble. Steve le había repetido durante toda la tarde masajes como el de la noche anterior.

Le había hecho correrse al menos cinco veces, no sabía, había perdido la cuenta.

Y sin acercarse a su culo.

Masajes, en todo su cuerpo, en su pene, en su espalda.

Steve había usado sus manos, su miembro, su cuerpo, adorándole y dedicándole absolutamente toda su atención.

La tarde se había convertido en una especie de orgasmo infinito que le elevaba en una ola infinita de placer inagotable.

Cuando se durmió, notaba su cuerpo tan absolutamente exhausto que adivinó que al día siguiente su celo sería poco más que un recuerdo.

Un recuerdo maravilloso lleno de sábanas sucias.

Las reuniones siempre eran en secreto y siempre en un sitio neutral. Nunca se veían las caras. En esa ocasión era en un bar de las afueras de Londres.

-El señor Horan está con ese omega.

-¿Tiene pruebas o sólo es una intuición?

-Es una certeza. Todo el mundo habla de eso. Rumorean. Varias fuentes lo confirman y he visto sus besos con mis propios ojos.

-Gracias... aún necesitaré más servicios de su parte. Necesito que me escuche. Lo importante es que sigan sin darse cuenta de que usted está ahí.

-Tengo cámaras y micrófonos. Ni siquiera me ven.

-Bien... hay que eliminar a ese Styles.