𝚟𝚘𝚕𝚎𝚢 𝚕𝚘𝚟𝚎| hq!!

❀Yaku Morisuke.

-Lev-kun, te traje oinarisan para el almuerzo.—Sonreíste extendiéndole el recipiente a éste.

Lev agradeció con voz alta —por no decir que gritó— con una gran sonrisa y un cálido abrazo.

-Lev, cállate.—Dijo el castaño con el ceño fruncido.

-¡Yaku-san!—Te giraste hacia él para encararlo. -También traje su almuerzo.

Le diste otro recipiente casi igual al de Lev, solo que éste tenía un pañuelo color salmón y no verde como el del medio ruso.

-M-M-Muchas gracias.—Hizo una reverencia algo robótica.

Sus mejillas no podían estar más rojas ante tu lindo acto, pero intentaba disimular.

Aunque Lev logró darse cuenta de ello, por lo cual pensó —como pocas veces en la vida— un plan algo arriesgado.

(...)

Las clases habían terminado y ahora todos estaban en la práctica, incluyéndote.

-¡_______-chan!~.—Te llamó tu mejor amigo.

-¿Qué sucede?—Preguntaste con un toque de curiosidad.

-V-Verás...—Fingió estar avergonzado. -Somos los mejores amigos, ¿verdad?

No sabías a donde quería llegar, pero solo asentiste extrañada.

-Ya no quiero ser tu amigo, quiero ser algo más...

Los ojos del libero se abrieron con sorpresa, y su cuerpo actuó solo.

Corrió y sin pensarlo tomó tu mano, arrastrándote afuera del gimnasio.

-¿Qué sucede?—Preguntaste asustada.

La mente del chico quedó en blanco.

-Lo siento.—Se rascó la nuca. -P-Pero no podía permitir que ese idiota me robase lo que más q-quiero...

Tus mejillas tomaron un color rosa ante sus palabras.

—Suspiró. -Me gustas, _____-chan.

Sonreíste inconscientemente y rodeaste su cuello con tus brazos, haciendo así, un tierno abrazo.

-También estoy enamorada de Yaku-san.—Susurraste en su oído.

Aquello le erizó la piel.

Volvieron a entrar al gimnasio después de unos cuantos besitos.

-No es necesario que lo hag-...

Demasiado tarde, el pie de tu novio ya se encontraba en el estómago de tu mejor amigo.

-Escuchen.—Se dirigió al equipo. -Ella es mi novia y quien le haga mal, va a quedar una semana sin sentar por las patadas que les voy a dar.

Reíste con ternura ante sus palabras.

Fin.

Y así todos terminaron sin qlo, ah.