𝚟𝚘𝚕𝚎𝚢 𝚕𝚘𝚟𝚎| hq!!

❀Ushijima Wakatoshi.

Tu clase de inglés había terminado veinte minutos tarde, ¡llegarías tarde a tu servicio!

Saliste de tu salón casi corriendo para buscar a tu novio, lo cual no hizo falta ya que estaba en la entrada esperándote.

-Auch...—Exclamaste después de chocar con su pecho.

-Lo siento, ¿estás bien?—Acarició tu cabeza.

-Sí.—Alzaste la vista y le sonreíste.

Se quedaron un rato, mirándose olvidándose de todo y todos.

Más enamorados no podían estar.

-¿No vamos algo tarde?—Preguntó sacándote de tus pensamientos.

Abriste los ojos como plato y asentiste varias veces con la cabeza.

-Entonces, vámonos.—Tomó tu mano y empezó a avanzar.

Intentaste seguirle el paso, pero gracias a sus largos pasos y sumando el retraso, se te hacía imposible.

-¡Wakatoshi! E-Espera.—Jadeaste.

Tu novio se dio cuenta de la situación y se reprendió mentalmente.

-Lo siento.—Se detuvo y te cargó modo princesa.

Soltaste un gritito por la sorpresa.

Ushijima comenzó a correr contigo en brazos mientras tú solo te aferrabas a él.

En menos de 10 minutos habían llegado a la estación de tren.

-Llegamos.—Te bajó delicadamente.

-Gracias...—Dijiste algo aturdida.

Entraron y como casi siempre, estaba lleno.

-Ugh...—Intentaste abrirte paso entre la gente.

La multitud disminuyó cuando ocuparon todos los asientos.

No les quedó de otra que quedarse de pie tomados del tubo.

-Si quieres, puedes aferrarte a mí.—Sugirió.

¡Genial! Así no tenías que agarrarte del tubo.

-Esta bien.—Gustosa lo abrazaste por la cintura y él posó una mano en tu espalda.

En 15 minutos llegaron a la parada donde debían bajar y así lo hicieron.

-Wah...—Suspiraste. -Vamos media hora tarde.

-No te preocupes, eres la mejor ahí. Seguro te perdonan.—Dijo consolándote.

-Gracias.—Sonreíste tímidamente.

Siguieron caminando en un silencio cómodo, después de unas cuantas calles había llegado por fin.

Entraron y viste a la gerente.

-¡Lo siento por llegar tarde!—Hiciste una reverencia.

-Oh, _____-chan.—Sonrió. -Pero hoy no te toca.—Rió.

¿Qué?

-Hoy es martes, ¿no?—Alzó una ceja. -Sí, hoy no te toca.

¡No puede ser!

-Que tonta soy...—Bajaste la cabeza.

-Hey.—Ushijima te tomó del mentón y levantó tu cara. -Ya que estamos aquí, ¿por qué no vemos a esas bolas de pelo?

-¿De verdad?—Tus ojos brillaron.

Éste asintió con una pequeña sonrisa.

-Claro, vayan.—La gerente sonrió.

Se dirigieron a la sección de canes, todos eran lindos a su manera.

Te pusiste de cuclillas junto con Ushijima y juntos miraron a través del cristal.

Cuando de repente uno te llamó la atención.

-¡Pero que lindo!—Exclamaste juntando tus manos.

Era un cachorrito, se veía tan alegre y juguetón.

-¿Te gusta?—Sonrió al ver tu expresión.

-¿Quieres acariciarlo, ____-chan?—Ofreció la gerente.

-¡Sí, porfavor!—Sonreíste.

Abrió la puerta de cristal y sacó al pequeño cachorrito, poniéndolo en tu regazo.

-¡Eres tan lindo!~.—Lo abrazaste. -¿Quién es el niño más lindo? ¡Tú!

Ushijima sonreía tiernamente al ver tal escena.

-¿Te gustaría llevártelo a casa?—Preguntó.

-¿Huh?—Le miraste sorprendida. -¿¡Hablas enserio!?—Te acercaste peligrosamente a él.

-Sí.—Confirmó. -Si quieres... puede ser como nuestro hijo.—Su voz sonaba segura, pero su cara mostraba todo lo contrario.

Te sonrojaste por completo.

-Sí...—Susurraste. -¡Sí quiero!—Besaste su mejilla.

Se dirigieron a la zona de adopción y después del papaleo salieron de la perrera.

(...)

-Wakatoshi.—Le llamaste cuando llegaron a tu casa.

-¿Sí?—Te miró atento.

-Te amo.—Te pusiste de puntitas e intentaste besarlo.

Él, al ver que no alcanzabas se inclinó para probar una vez más tus adictivos labios.

-Yo más.—Sonrió.

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¡Guaf!

-A ti también te amamos.—Dijeron a la vez.

Fin.