𝚟𝚘𝚕𝚎𝚢 𝚕𝚘𝚟𝚎| hq!!

❀Kuroo Tetsurō.

Desde hace días tu novio estaba más romántico de lo normal, te besaba más, te abrazaba más, ¡de todo!

Ahora mismo te encontrabas acostada, siendo abrazada por él, con sus brazos alrededor de tu cintura en el sillón de la sala.

-¿Por qué eres tan inocente?—Murmuró.

Al verlo aferrado a ti supusiste que tenía frío, por lo cual lo abrazaste igual mientras acariciabas su -raro- cabello.

-Aguanta, aguanta, aguanta.—Pensó.

Sí, hacía días que tu novio "te traía ganas".

Pero en cada intento de provocación tú lo ignorabas olímpicamente, o eso creía él.

-¿Tienes algo en el ojo?

-No, intentaba guiñarlo...

-Oh...

¿Cuánta inocencia podía haber en ti?

-¿Por qué te quitas la camisa? Si tienes calor podías encender el ventilador y ya.

-Ah... s-sí.

Al parecer, tu inocencia igualaba el tamaño de tus -grandes- pechos.

-¿Sabes? Hoy no me quedaré con las ganas, ______.—Susurró en tu oído.

-¿Eh?—Alzaste una ceja. -¿De qué hab-.

Paraste de hablar cuando Kuroo lamió lentamente el lóbulo de tu oreja.

-K-Kuroo~.—Jadeaste.

Con ambas manos acariciaba tu cintura, de arriba a abajo.

-Te quitaré esa inocencia que tanto me hizo enojar.—Te besó ferozmente.

Los besos iban y venían, uno más húmedo que el otro.

Inconsientemente tu rodilla rozó con el -gran- miembro de tu novio, sacándole un gruñido.

-¿También quieres participar, eh?—Sonrió ladino.

No sabías porqué, pero tu intimidad palpitaba, avergonzada juntaste tus piernas.

-Hey, no hagas eso~.—Separó tus piernas. -¿Ésto se siente bien?

Colocó una mano en tu intimidad y comenzó a acariciarla sobre la tela de tu pantalón.

Soltaste un gemido ante tan satisfactoria acción.

-S-Sí.—Respondiste con un hilo de voz.

-Me alegro.—Besó tu cuello dejando algunas marcas.

Cuando ambos estaban completamente desnudos, Kuroo preguntó:

-¿Estás lista?—Acarició tu mejilla.

No estabas segura que eso entrara en ti, pero estabas demasiado excitada como para pensar.

-Sí.—Respiraste profundamente.

-Seré gentil, no te preocupes princesa.—Besó tu frente.

Cuánta mentira.

.
.
.

Al día siguiente te dolía todo, nisiquiera podías levantarte de la cama sin sentir tu cuerpo quebrarse.

Sin embargo, el señorito se levantó con una gran sonrisa.

-¡Buenos días, princesa!—Se estiró. -¿Cómo amaneciste?—Sonrió.

Aunque su sonrisa no duró mucho al ver tu mirada de odio.

Fin.

Espero que les haya gustado ;;

Por cierto, les tengo una pregunta.

¿Les gustaría que haya la opción de que haya híbridos/A.U.?

Si es así, me gustaría que me lo hagan saber, ¡gracias!