Capítulo 47 parte 1. 'It's a date'.

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Las nueve en punto y estaba corriendo de un lado para otro de mi habitación como loca, iba a pata coja tratando de ponerme uno de los tacones, en la otra mano llevaba un pequeño joyero, llegué al espejo tras dar un tras pie y el joyero cayó al suelo con un golpe seco y todo lo que había dentro salió volando, estupendo.

Estaba claro que no estaba hecha para eso de tener citas, ni siquiera podía controlar los nervios al andar.

Me agaché para abrocharme el zapato y rebusqué por el suelo los pendientes que quería ponerme, no me iba a entretener en recogerlo todo o no me iba a dar tiempo de ninguna de las maneras. Me levanté acercándome al espejo para cambiarme dos de los pendientes de los ocho que llevo, no podía cambiar el resto, total, con el pelo no se iban a ver apenas.

Me alejé del espejo para poder verme bien de cuerpo entero, no sabía si iba bien o no iba bien. Ni siquiera me había dicho donde me iba a llevar así que no tenía ni idea de que ponerme y tanto mi madre como las chicas me habían estado estresando para que me vistiese formal, sí, mi madre, me escuchó hablando con Hel que había pasado por casa para verme y habíamos estado hablando acerca de que ponerme, mi madre había escuchado la palabra cita y había entrado en el salón como una bala exigiendo que le contase.

No me quedó más remedio, además parecía muy entusiasmada por ello. Entre las dos me habían llevado a rastras hacia mi habitación y habían buscado en lo más hondo de mi armario para encontrar los vestidos, esos que siempre me regalaba mi madre porque decía que me quedaban preciosos, pero yo siempre me negaba a ponérmelos.

Según ellas había llegado el momento de usarlos, me encontraba con uno de ellos puesto, un vestido negro palabra de honor que me llegaba por encima de las rodillas, ceñido en el tronco y suelto a partir de las caderas, los tacones negros a juego con diminutos detalles brillantes, no demasiado altos, una chaqueta que ni siquiera recordaba que tenía, negra y brillante en algunas zonas, quedaba bien supongo.

Aunque eso no quitaba que yo me siguiese viendo como una especie de extraterrestre con mi cara.

Repasé el maquillaje y despeiné un poco el pelo dándole más volumen, tomé una honda respiración y abrí la puerta para antes de bajar darme la vuelta y coger un bolso no demasiado grande donde metí lo necesario, volví a girarme hacia las escaleras para bajar despacio, sin prisa, además de que si caminaba más rápido el temblor de mis piernas iba a hacer que estas se doblasen.

Llegué abajo consiguiendo no tropezarme con mis propios pies, el sonido de los tacones alertó a mi madre que salió corriendo con los guantes puestos para verme, su ojos y su boca se abrieron de par en par para segundos después acercarse a mí con una sonrisa que se salía de los confines de su cara.

“Hija, estás increíble” la sonrisa que estaba en su cara pareció contagiarse a la mía.

“Gracias mamá, supongo” puse una mueca extraña que le hizo reír para después abrazarme por unos segundos.

“Parece que esto con… Zayn va enserio” me miró seria, no sabía que contestar, en realidad aún ni siquiera habíamos definido todo aquello.

“Eso parece” traté de esconder la confusión.

Iba a contestarme cuando el timbre sonó, me di la vuelta para mirar el reloj de la pared, las nueve y media justas, siempre tan puntual.

Cuando volví a girarme para buscar a mi madre con la mirada me la encontré hablando con Zayn, la sangre pareció congelarse, creo que en ese instante me convertí en piedra. Mi madre le dijo algo que hizo que se girase para mirarme, en el instante en el que su mirada se cruzó con la mía la sangre volvió a correr por mis venas.

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