Capítulo 17. 'With or without you'.

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Me estaba besando, era la segunda vez que lo hacía, pero claro, él me odiaba, no me soportaba, le parecía una niña mimada e insoportable, de lo peor que hay en el mundo valla, pero luego va y me besa, y no una, sino dos veces.

“Za... Zayn” hablé contra sus labios.

“Mmh” ni se molestó en intentar formular algo entendible, atrapó mis labios otra vez.

Mi parte racional intentó que me apartase de él pero no tardé en rendirme, por un lado demasiada fuerza y por otro sus labios parecían el mejor lugar en el que estar en ese momento.

Enredé las manos en su pelo y tiré de él, emitió un ronco gemido desde lo más hondo de su garganta que hizo que se encendieran todas y cada una de las células de mi cuerpo. Mi espalda chocó contra la pared, apartó su boca de la mía y la llevó hasta mi cuello, solo la dejó ahí, sus labios rozaban mi piel pero no llegaba a besarme, el simple roce revolucionaba mis pulsaciones, de repente mordió la piel y no pude evitar soltar un pequeño grito que hizo que sonriera contra mi cuello, notar su sonrisa contra mi piel era una sensación increíble, una de las mejores sensaciones que uno pueda sentir, cerré los ojos dispuesta a olvidarme del mundo y centrarme en sus besos.

“¿Nat?” una voz nos sacó de nuestra burbuja.

“¿Qué... qué pasa?” intenté alejarme de él pero se negaba a soltarme.

“¿Podemos hablar un momento?” sonaba un poco rara.

“Te va a recriminar el haberme besado, no le gusto para ti” dijo en voz baja, dejó un beso mojado sobre mis labios y se fue pasando por el lado de Andrea guiñándole un ojo.

“¿Qué quieres hablar?” me acerqué a ella esperando una charla no muy amable.

“Parece que lo estabais pasando bien” me miró sonriendo y a los pocos segundos comenzó a reír escandalosamente.

“¿Andrea?” me contagió la risa, estuvimos riendo un buen rato sin motivo aparente, acabamos las dos sentadas en el suelo apoyadas contra la pared intentando respirar y con las mejillas rojas.

“Tía ay, me duele todo” se llevó las manos a la tripa y suspiró.

“Y a mí, y por tu culpa idiota” dejé caer la cabeza hacia atrás “A ver, ahora sí, ¿Qué querías decirme? No me vallas a decir que lo que he hecho está mal y bla bla bla, ya lo sé, es solo qu...”

“No es eso, la verdad no sé qué narices hacéis” negó con la cabeza “Pero cuando estáis los dos solos como hasta hace unos segundos” elevó las cejas de forma ridícula y me hizo reír otra vez “Parece como si no hubiese mundo y ese odio que decís que sentís parece desaparecer.”

“¿Sinceramente?” pregunté.

“Sí porfa.”

“Yo tampoco lo sé, no sé por qué dejo que me bese ni por qué me gusta que lo haga” me elevé de hombros.

“¿Te gusta?” se sentó cual indio y me miró expectante.

“No, claro que no, nunca, ni en un millón de años amiga mía” sonreí.

“Entonces ¿Te gusta que bese pero él no te gusta? Eso es raro.”

“Bueno... no sé, solo... agh, no sé” me estaba poniendo nerviosa, no me había parado a pensar en la situación tan extraña.

“Si no sabes tú, menos sé yo Nat.”

“No le soporto, me cae fatal, es completamente idiota y como persona no vale una mierda, es mezquino y usa a las chicas como trapos, se cree el rey del mambo cuando ni siquiera ha dado sus primeras clases para aprender a bailarlo” concluí.

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