Hace unos días había llegado una chica, se llama Lindsey y hasta hace poco no me había importado. Había seguido mi trabajo con normalidad y sólo había intercambiado algunas palabras con ella.
Lindsey entró como Gerard, muy amable, simpática y esas cosas. Lo que le diferenciaba es que es de otro país. No le había tomado tanta importancia porque se estaba acoplando y bueno, ella sabía que es lo que hacía. Parece una chica muy segura de sí.
Lo que me empezó a disgustar fueron varias cosas, y una de ellas es que casi todo el tiempo quiere estar con Gerard. Me sentía un poco mal porque, no sé, Gerard comenzó a tomarle mucha atención. Y no, no es que le quiera prohibir amistades ni nada de eso, no soy posesivo, si algo me ha hecho saber éste empleo es que los novios posesivos nunca terminan bien.
¿Para qué?
Es dudar del amor que te tiene tu pareja y viceversa.
El punto es, no era en sí la actitud que tomó, sino las insinuaciones que ella le hace y, no sé si se haya dado cuenta, pero yo desde lejos puedo notarlo, entonces me oprime algo en el pecho, y realmente no sé cómo explicar bien la sensación.
Duele.
Me enoja.
Sólo quiero alejarlo de ella, que vuelva a pasar el día entero conmigo, como cuando iniciamos nuestra relación. Justo ahora estaban teniendo una platica muy animada, yo estaba tomando mi café y los veía de reojo. El día de hoy iba bien, pero recuerden, soy Frank y no todas las cosas van a salir como quiero. Lindsey se acercó mucho a Gerard, lo iba a besar, estoy seguro de eso. Conozco esa mirada, conozco ese sonrojo. Era lo que yo hacía cuando quería besarlo y simplemente exploté.
Tiré el vaso y caminé hacia Vicent.
—Quiero hablar contigo.
—Sí sólo...
—¡Ahora!
El intento de rubio sólo frunció el ceño y puso los ojos en blanco. Lo jalé hasta el estacionamiento y se iba quejando de mi agarre. No me quería desquitar con el, pero necesitaba desahogarme.
—Ya déjame —dijo y se soltó. Sólo se sobó el brazo y me miró un poco molesto, me disculpé.
—Dime que me pasa, ya no soporto seguir así.
Di un grito frustrado.
—¿De qué hablas?
—De Gerard y Lindsey. Todo el puto día se la pasan juntos y me hizo un poco de lado. Yo soy su novio, se supone que...
Vicent rió.
—Ya entiendo mi querido Frank, déjame decirte que estás celoso. Estás teniendo un arranque en éste preciso instante.
—¿Qué?
Vicent soltó unas carcajadas más, yo le golpeé el hombro de un puñetazo.
¿Cómo se atreve?
—¿No sabes lo que es? Estás celoso, no me la creo aún —reafirmó.
—No, yo no puedo.
—¿Nunca lo habías sentido?
—No, recuerda que técnicamente Gerard es la primera relación que tengo —dije y me rasqué la nuca nervioso.
—Ah claro, olvidaba que sólo cuando tenías sed de sexo buscabas algo fácil.
¿Ahora me recriminaba eso?
—Tenía necesidades, además ¿Qué mierda iba a pensar sobre un noviazgo si no me quería ni a mi mismo?
—Bueno...
—¿Cómo mierda hago para que pare? En serio me lastima —dije rogando por su ayuda.
—Ay Dios mío. Sólo habla con él, dile que te molesta y ya. No es tan difícil.
—Pero...
—Tengo que terminar un reporte, hablamos después. Arregla eso, comunicación.
Vicent me dio una mirada severa, se dio la vuelta y se fue. Yo no quería hablarle a Gerard, estaba molesto. Compré una cajetilla y fumé un cigarro.
—¡Frankie!
Gerard salió y me vio recargado en la pared. Caminó hacia mi y yo evité mirarlo, se veía muy adorable pero quería mantenerme fuerte.
—¿Qué quieres?
—¿Por qué no estás dentro?
—¿Por qué Lindsey está tan cerca de ti?
Está bien, mi plan no había funcionado pero, ¿Qué quieren que haga? Tampoco pude evitar ser tan directo o seguir guardándolo. El pelinegro soltó una risita, yo me quería pegar un tiro porque sólo podía pensar en besarlo. Y reclamarle.
—Oh, eso es lo que pasa.
—Respóndeme.
Gerard soltó otra risa, una carcajada y se acercó a mi, me agarró las mejillas, tiré el cigarro y lo pisé para que se apagara. Hizo un puchero y bajé la mirada, sus ojitos brillaban como de costumbre y si los miraba fijamente me perdería en ellos.
—¿Estás celoso?
Me levantó el mentón.
—¿No es obvio?
—¿Por qué?
—No sé, es sólo que ella es muy atenta contigo y está claro que le gustas. Me cancelaste ayer para ir con ella.
Gerard juntó nuestros labios y acepté gustoso, mordí su labio inferior e intensifiqué el beso.
Lo extrañaba, extrañaba sentir esa sensación, su aliento chocando con el mío y al parecer el estaba igual, estaba ansioso. Su lengua se metió en mi boca y dio inicio a una danza entre ellas, era como si fuesen hechas para encajar perfectamente. Le agarré la cintura, pasó sus manos alrededor de mi cuello. Empezó a jugar con mi cabello que, aunque estaba corto, no parecía afectarle en lo más mínimo y me pegó más a él.
Fui bajando mis manos hasta su cadera, apreté el agarre y me separé un poco.
—Eres el único a quien quiero con mi alma, no debes preocuparte.
—Pero ella...
Gerard puso un dedo en mi boca para que dejara de hablar.
¿Qué?
—Ella es sólo una amiga, de hecho al principio quería algo contigo, te quería pedir una cita y le dije que no, porque eres mi novio, entonces estuvimos hablando más tiempo. Tenemos muchas cosas en común, hasta los gustos —dijo y me guiñó un ojo. —Te repito, no te preocupes, ella es así, su forma de ser es muy afectiva pero créeme, a ti no te cambiaría por nada en el mundo.
Lo miré y sonreí luego de unos segundos, seguíamos abrazados así que aproveché y le besé de nuevo. Después me separé y le di otro beso corto. Sólo me miró confundido.
—Quiero que llegues a mi casa a las ocho de la noche.
Y me fui de ahí, arreglado mi chaqueta, dejándolo aún más confundido.
ESTÁS LEYENDO
Cold
FanfictionFrank es un tipo duro, tan indiferente que llega al punto de aparentar no tener sentimientos. Al trabajar como policía forense no se permite mucho el contacto con otras personas, es muy cerrado al mundo y vive de constantes luchas contra el pasado a...