C a p í t u l o 7: "El cumpleaños de Kyle"

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(Kyle)

La vuelta a la realidad me parece irritante después de pasar por placenteras experiencias en el mundo de los sueños. A duras penas logro discernir lo que es el entorno que consta mi habitación, cegado por la claridad que apenas sin esfuerzo logra traspasar el cristal de mi ventana.

Mi visión aún no es nítida, tardo varios segundos en darme cuenta de que he despertado, obviamente a altas horas de la mañana, como todos y cada uno de los días que constan mis preciadas vacaciones.

Insconscientemente me froto los ojos y me levanto con lentitud de mi cama. Konny parece darse cuenta de que ya estoy dispuesto a salir de mi cueva, tras no sé cuánto tiempo jugando con una pelota en total silencio. Lo acaricio agradeciendo su educación, al parecer mayor que la de mi propia madre, y este menea la cola derrochando felicidad.

El exterior está en completo silencio. Todas las habitaciones de la casa parecen estar vacías, tan ordenadas como siempre, siendo iluminadas por la intensa luz del sol.

Es tarde, pero aun así decido cocinar algo sencillo con lo que llenar mi estómago, el cual ruge pidiendo clemencia. Opto por hacerme un sándwich, algo que para cualquier persona no es considerado un desayuno, pero sí para mí.

—¡Felicidades, Kyle! —exclama una animosa voz a mis espaldas, la cual me hace gritar como un desquiciado.

No sé si es que mis allegados son expertos sobresaltando a los demás o simplemente soy muy asustadizo. Pero de lo que sí estoy seguro es de que me tendré que hacer otro sándwich.

Me giro, todavía desconcertado, y logro divisar la figura de Kelsey frente a mí, quien rápidamente me rodea con sus brazos firmemente y deposita un beso sobre mis labios.

Estaba tan absorto en mi misión matutina que ni siquiera logré recordar que justo hoy hace un año más desde el día que nací, así que tomo la decisión de no hacérselo saber y sonrío agradeciendo su felicitación, aunque eso por poco me haya hecho llegar al techo.

—Feliz cumpleaños, hijo —me felicita mi padre entrando en la cocina, y me da unas palmadas en la espalda como muestra de afecto.

—Nuestro bebé ha crecido tan rápido... —comenta mi madre emocionada, a lo que yo blanqueo los ojos.

Luego de una charla poco interesante sobre mi futuro y su orgullo de ser mis padres, cumplo con el cometido de saciar mi hambre, esta vez sin interrupciones.

—Kyle, no perdamos el tiempo. —me apremia mi novia cuando nos quedamos a solas.

¿Hmm?  —es lo único que menciono, dando un último bocado a un delicioso sándwich que es con totalidad de mi agrado.

No obstante, tardo en darme cuenta del verdadero significado de las palabras de Kel, y la observo desconcertado y sorprendido al mismo tiempo, intentando no atragantarme y sintiendo cómo el calor sube a mis mejillas.

—No me refiero a eso, idiota —afirma después de soltar una carcajada, yo suspiro liberando toda tensión acumulada.

Aún sigo traumatizado por lo que pasó hace unos días en el spa. Definitivamente es algo que todavía no logro sacar de mi mente, aunque a la castaña no parece importarle la situación en absoluto. Me he llevado todos estos días encerrado en casa, más exactamente en mi habitación, suplicándole por WhatsApp a mi hermana que no contara nada de lo sucedido a nuestros progenitores, cosa que para mi fortuna ha cumplido.

Tal y como era de esperarse, los propietarios se molestaron mucho por lo sucedido, me atrevería a decir que incluso más de lo que en realidad deberían. Pero joder, no pueden culparnos por lo que ha pasado, al menos no a mí. Supongo que ya era hora de que algo así pasara.

Júralo Por Mí [#UAI2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora