C a p í t u l o 20: "Esos recuerdos dolorosos"

975 93 4
                                    

(Kyle)

Inhalo hasta que mis pulmones son incapaces de almacenar más aire, y segundos después lo suelto lentamente, como si estuviera liberando tensiones acumuladas. Mi novia aguarda pacientemente a que comience a contar una historia que prefería olvidar, pero que al fin y al cabo es recomendable que sepa. No obstante, esta será una experiencia horrible teniendo en cuenta lo poco que me gusta recordar los malos recuerdos y lo mucho que ya estoy sufriendo con las heridas del accidente.

—Bueno... —comienzo a decir, intentando calmar mi nerviosismo— Todo esto se remonta a cuando tenía catorce años. Y supongo que ya sabes que Jack y yo fuimos lo que se dice ser amigos —ella asiente, escuchando atentamente.

Me quedo pensativo por unos segundos, pensando en cómo convertir en palabras ese cúmulo de recuerdos que dominan mi mente. Miro al frente de nuevo, dispuesto a continuar con mi relato confiando en mis escasas habilidades.

—Nuestros días eran normales y corrientes para ese entonces. Yo pasaba los días con Connor desde los seis años, Jack se unió a nosotros cuando cumplimos diez. Y los tres fuimos muy buenos amigos por mucho tiempo, éramos como aquellos que nunca se separaban y que prometieron permanecer siempre juntos; algo que obviamente resultó ser una gran mentira —Miro a los ojos a Kelsey, tras darme cuenta de que mi mirada bajó inconscientemente al suelo—. Pero los problemas no tardaron en acecharnos, y nos dimos cuenta de ello en el momento en el que la pandilla de los malos nos puso el ojo encima. Aquellos gilipollas que ahora son conocidos como los guays de la universidad.

De nuevo inspiro intentando recuperar el aire perdido, ella posa su mano sobre la mía en una muestra de apoyo incondicional. Tras hacerme una idea de cómo resumir todo lo que pasó, me decanto por contarlo de una forma breve pero concisa.

—Ellos comenzaron con las amenazas y constantemente nos decían que estábamos perdiendo la gran oportunidad de unirnos a su grupo. Aseguraban que si aceptábamos seríamos populares, y que si no, no dudarían en hacernos la vida imposible. Connor y yo decidimos no caer tan bajo, pero al parecer Jack no pensó lo mismo y tras discutir conmigo vio la necesidad de rebajarse a su nivel. Sin embargo, él no tuvo la valentía de comunicarlo en persona, sino que directamente comenzó a pasar los días con esos imbéciles y nos ignoraba cuando intentábamos hablar con él.

—¿Y entonces... qué pasó? —se atreve a preguntar Kel.

—Bueno, los días pasaron y a través de rumores descubrimos que él hablaba de nosotros como idiotas miserables que desperdiciaron la oportunidad de su vida. Admito que al principio sufrí por la traición de Jack y verdaderamente pensé que debí haberles seguido el juego, pero Connor estuvo ahí para decirme que si yo hubiera hecho lo mismo, la felicidad en mi vida se habría acabado. Y tenía razón, porque ellos no hacen más que fingir la alegría que no tienen mediante el fastidiar a los demás —Hago una pequeña pausa, dando así una introducción a una nueva parte de la historia—. Entonces es aquí cuando ocurre lo más importante, aquello que me ha marcado de por vida.

Me preparo mentalmente para narrar los próximos sucesos. En mi cabeza todos los recuerdos de esos días se aglomeran de manera que rápidamente me hacen sentir de lo más miserable.

¿De verdad estoy preparado para contar eso?

Sí, no puedo dejarlo ahora que he comenzado. Compartirlo con alguien más es lo mejor que puedo hacer y Kelsey siempre me lo ha advertido.

Debo perder ese miedo a confiar en los demás si quiero que nos unan fuertes lazos incapaces de romperse.

—Vimos cómo Jack y su nuevo grupo de supuestos amigos comenzaron a meterse con un chico de nuestra clase. Era una persona sin amigos, de muy baja autoestima y su apariencia física era el blanco de esos inútiles, quienes aprovechaban cualquier momento para gastarle bromas pesadas y hacer burlas de su cuerpo. 

Júralo Por Mí [#UAI2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora